Las empresas de la agroalimentación, la energía y la farmacia se encuentran en el punto de mira de la ONG Oxfam, que lucha contra el hambre en el mundo y que propone que se les haga pagar un impuesto especial sobre los beneficios obtenidos con la pandemia.
En el informe que Oxfam ha
publicado este lunes 23 de mayo de 2022, en París –ampliamente comentado en el
diario Libération- coincidiendo con el inicio del Foro Económico Mundial en la
localidad suiza de Davos, al que asisten
2.500 dirigentes económicos y políticos llegados de las cuatro esquinas del planeta,
la organización que centra su actividades en la lucha contra las desigualdades,
y más concretamente, contra el hambre en el mundo, apunta directamente a
quienes han conseguido beneficios excepcionales durante la crisis sanitaria,
empezando por la industria de la agroalimentación y el significativo aumento
del precio de los productos el año pasado (2021): un 33,6% según la FAO, la
agencia especializada de la ONU.
En este apartado, Oxfam
destaca los beneficios obtenidos por el grupo Cargill que « con 4.900
millones de dólares (4.600 millones de euros) de beneficios ha conseguido el mejor
resultado en sus 156 años de existencia. Los otros tres protagonistas mundiales
del comercio de cereales y materias primas alimenticias han conseguido unos
beneficios de más del 50% en 2021.
Oxfam se centra a
continuación en el sector de la energía, cuyos precios han aumentado como nunca
antes. desde el final de la crisis sanitaria y después con la guerra de
Ucrania. Con un aumento superior al 53% en los últimos doce meses en el precio
del barril de crudo, las grandes empresas del petróleo han amasado enormes
beneficios: 82.000 millones de dólares acumulados por BP, Shell, TotalEnergies,
Exon y Chevron.
Sin sorpresa, la industria farmacéutica
es la tercera ganadora con la crisis sanitaria, empezando por Moderna y Pfizer
/ BioNTech, las dos grandes que han fabricado el mayor número de vacunas. Tan
solo Moderna ha conseguido un margen de beneficios de 12.000 millones de dólares
con sus ventas de vacunas.
Y, en cuarto lugar, Oxfam señala
a los gigantes tecnológicos, beneficiarios directos de la pandemia, especialmente
en razón del tiempo dedicado a las
videoconferencias en las redes sociales y de la ventas online : Apple, Microsoft, Tesla, Amazon y Alphabet (la casa
madre de Google) han conseguido 271.000 millones de dólares de beneficios, lo
que representa un aumento del 94% en relación con 2019, el año anterior al Covid.
Evidentemente, todas estas
cifras que marean han servido para dar una alegría a muchos accionistas. El año
pasado, Wal.Mart, la primera cadena de supermercados en territorio
estadounidense, repartió 16.000 millones de dólares en dividendos, la mitad de
ellos a la familia Walton, el primer accionista del grupo.
La farmacéutica Moderna « ha
engendrado » cuatro nuevos milmillonarios entre sus fundadores y
dirigentes, gracias a la revalorización de la empresa. “En cuanto a la fortuna
de Jeff Bezos”, fundador y principal accionista de Amazon, aumentó en 45.000
millones de dólares en 2020. En fin de cuentas, según Oxfam el planeta cuenta
hoy con 2.688 milmillonarios (en dólares), 573 más que en 2020. Mientras que en
el otro extremo de la cadena, 250 millones de personas más podrían caer en la
pobreza extrema a causa de la crisis sanitaria”.
Por eso, frente al aumento
de las desigualdades, Oxfam propone una doble respuesta fiscal: en primer lugar
un impuesto sobre los beneficios excepcionales conseguidos por los grandes
grupos durante la pandemia. “Una iniciativa situada en la miama filosofía de lo que han imaginado el FMI, la
OCDE y la UE, al sugerir un gravamen sobre los beneficios excepcionales de los
grandes grupos energéticos. “En septiembre 2020, Oxfam calculaba que un
impuesto provisional del 90% sobre los beneficios excepcionales de 32
multinacionales relacionados con el Covid generarían 104.000 millones de
ingresos fiscales suplementarios, con lo que se podría alimentar y tratar a
centenares de millones de personas que lo necesitan en todo el mundo”.
Oxfam propone también “un impuesto del 99% de
los beneficios conseguidos entre 2020 y 2022 para los milmillonarios –como Elon
Musk, Jeff Bezos y Bernard Arnault (el propietario de las mayores marcas del
lujo)- que vieron aumentar su fortuna durante la crisis como nunca antes »,
con lo que se conseguirían decenas de miles de millones para luchar contra la
pobreza y las desigualdades en el mundo.
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