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Henry Miller escribió una función sobre el caso |
En 1692, en el pueblo de
Salem (Massachusetts) –hoy ha cambiado su nombre por el de Danvers- comenzó una
caza de mujeres y hombres acusados de
brujería, que se saldó con veinte ejecuciones. El último, según la información
que publica ahora el diario británico The Guardian, murió por lapidación,
aplastado por las piedras que le lanzaban algunos de sus vecinos.
« Un frenesí judicial
inmerso en puritanismo, superstición, misoginia y espíritu revanchista, se
apoderó de la colonia británica mientras circulaban distintas enfermedades entre
la comunidad, sobre el fondo de las desigualdades sociales, y subsistía el
temor a sufrir ataques de los indios, lo que propició que se buscaran chivos
expiatorios. La joven Elizabeth Johnson
Jr, de 22 años, fue uno de ellos ».
Condenada a morir en la
horca, escapó al cadalso en el último momento gracias a la intervención del
gobernador real de Massachusetts, William Phips quien puso fin a la cadena de
procesos y liberó a los acusados encarcelados.
Sin embargo, ha habido que
esperar 329 años, exactamente hasta este 26 de mayo de 2022, para que los
legisladores de Massachusetts hayan declarado inocente a Elizabet Johnson Jr.
aceptando que fue erróneamente acusada de practicar la brujería. El caso se
reabrió gracias a la iniciativa de los adolescentes de una clase del colegio de
North Andover, la región donde nació Elizabeth.
Carrie Lapierre, la
profesora de educación cívica que ha acompañado a sus alumnos en el proyecto,
ha explicado que los chicos “han pasado la mayor parte del curso escolar trabajando
en la redacción de un proyecto de ley, escribiendo cartas a los legisladores, ideando
presentaciones del proyecto, investigando, examinando la declaración de la
acusada y queriendo saber más sobre los procesos de las brujas de Salem”.
Al final, los alumnos han
conseguido que la senadora demócrata Diana di Zoglio se hiciera cargo del proyecto de ley destinado a declarar inocente
a Elizabeth Johnson Jr. y lo presentara diciendo: “No podremos nunca cambiar lo
que les sucedió a las víctimas como Elizabeth, pero al menos podemos restablecer
la verdad”.
En 1712, Elizabeth Johnson pidió al tribunal de
Massachusetts que reconociera su inocencia, sin ningún éxito. Tampoco consiguió
que su nombre figurara en ulteriores resoluciones legislativas, que declararon
inocentes a algunos de los acusados. “La historia y el combate de Elizabeth –asegura
la senadora Di Zoglio – encuentran un eco importante en nuestros días. Aunque
hemos recorrido un largo camino desde los horrores de los procesos de los
brujos, las mujeres de hoy ven con demasiada frecuencia como se cuestionan sus
derechos y se niegan sus preocupaciones”.
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