miércoles, 28 de febrero de 2018

Francia: dos meses de prisión incondicional para los militantes de Greenpeace que ocuparon la central nuclear de Cattenom

Acción de Greenpeace en Cattenom

El tribunal correccional de Thionville  ha condenado a ocho militantes –dos mujeres y seis hombre de entre 28 y 58 años- y un dirigente  de Greenpeace ,que en octubre de 2017 ocuparon la central nuclear de Cattenom, a penas que van desde cinco meses de cárcel con el cumplimiento en suspenso hasta dos meses de prisión incondicional, por "intrusión en reunión con degradación en el recinto de una instalación civil que gurda materias nucleares”. Al director general de la ONG, Jean-François Julliard,  le han condenado a pagar una multa de 22.000 euros, según la información publicada por el digital francés Huffington Post.

Los militantes de la organización ecologista que deberán ingresar en prisión son dos activistas que ya fueron anteriormente condenados por ocupar otras centrales nucleares y que, en esta ocasión, dispararon un fuego de artificio desde  el interior del recinto, para evidenciar los fallos de seguridad que tienen esos lugares. Entre los seis restantes se encuentra Yannick Rousselet, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, acusado de complicidad.

Para Julliard, se trata de una condena “particularmente injusta para personas que lo único que han hecho es alertar sobre un riesgo nuclear (…) Greenpeace asume la organización,  el desarrollo y la comunicación de esta acción. Llevar a cabo una acción ilegal como ésta no es el objetivo de nuestra organización, pero nuestro deber nos obliga a encontrar la mejor manera de crear un debate público”.  Para la fiscalía, “Greenpeace rebasó la línea roja” al saltarse  un cierre  y dos alambradas.

En la madrugada del 12 de octubre de 2017 fueron detenidos los ocho activistas  de Greenpeace en el interior de la central nuclear, donde se habían introducido “para alertar sobre la vulnerabilidad de las instalaciones nucleares” y desde donde dispararon un fuego de artificio cerca del edificio donde se encuentra la piscina del combustible.


"Foxtrot", el baile de un hombre con su destino




« La película de Samuel Maoz cuenta tres historias en tono a los jóvenes conscritos israelíes, el Holocausto y la difícil relación del país con sus vecinos » (Kaleem Aftab, Cineuropa)
« Foxtrot », segunda película del israelí Samuel Maoz, (55 años, vencedor del León de Oro en 2009 con la anterior, “Líbano”), ganadora del León de Plata y el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia 2017, es una buena película de guerra que ha molestado en Israel; tanto que su ministra de Cultura, la ultraderechista Miri Regev, ex brigadier de las Fuerzas de Defensa del país, ha declarado sentir “vergüenza de que la Academia israelí haya alabado los méritos de una obra que ensucia la imagen del ejército”, al mostrar en una escena a soldados israelíes que matan accidentalmente en un control a civiles inocentes, e intentan camuflar su atropello como la acción de un bulldozer.
El director, que participó en la primera guerra de Líbano  en 1982 y ha revivido su pasado militar en la película, le ha respondido diciendo que se trata de una escena “alegórica” destinada a mostrar cómo la sociedad israelí prefiere “enterrarla verdad en el barro que hemos creado, en lugar de enfrentarse a ella”.
“Foxtrot” es un drama sobre el duelo que tiene como fondo a dos generaciones traumatizadas por el servicio militar obligatorio en Israel, aunque su alcance es universal. Foxtrot es tanto u baile como una palabra clave del ejército. La película nos muestra al joven soldado que combate el aburrimiento de un puesto de control en ”un desierto de tártaros” ensayando, entre el control de dos automóviles de árabes y en un ejercicio de surrealismo,  los pasos del foxtrot abrazado a su ametralladora (“un baile del hombre con su destino”, Samuel Maoz) mientras se escucha a Mahler y el horizonte se tiñe de rosa a la puesta del sol. Una rutina cotidiana que acaba conduciendo a un abuso.
Dividida en tres partes bien diferenciadas, “Foxtrot” comienza con unos militares tocando el timbre de la casa de la familia Feldman ( Lior Ashkenazi, el padre, “Late marriage”, Norman: the modrate rise”;  Sara Adler, la madre, “Tsili”) para informar de que su hijo, Jonathan, ha muerto asesinado en el cumplimiento de su deber. La segunda tiene como protagonista a una patrulla fronteriza en pleno desierto, formada por cuatro jóvenes soldados hastiados, entre ellos Jonathan Feldman (Yonatan Shiray), que de vez en cuando levanta la barra para facilitar el paso de un camello y, también esporádicamente, para controlar el automóvil de unos árabes que regresan de un recado, o de asistir a una boda. En la tercera parte, sobre la exteriorización del dolor, los padres están empezando a pasar el duelo comiendo pasteles con los parientes que han acudido a acompañarles.
Para el profesor Raya Morag, de la Universidad hebraica de Jerusalén, especialista de la relación entre cine, post-trauma y ética, aunque no lo nombra explícitamente, la película trata de forma crítica la ocupación militar israelí y el conflicto bélico enquistado: “Foxtrot es un filme que trata de la dimensión trágica de la situación israelí, de los padres enlutados, de los soldados que mueren en el frente y del carácter arbitrario de la muerte en Israel. También explora las relaciones entre la segunda y la tercera generación de la Shoah”.  “Maoz utiliza la estructura de la película –escribe el crítico Jay Weissberg, de origen judío y residente en Roma- para abarcar una devastadora letanía de atributos israelíes, que van desde el machismo al racismo y a un pasado subvertido por el Holocausto”.
“Foxtrot” tiene varias y diferentes lecturas, pero en todas es una película inteligente y eficaz.


 


Egipto: condenan a una cantante por una broma sobre el Nilo


Sherine Abdel Wahab, cantante de pop egipcia muy popular en todo el mundo árabe y miembro del jurado de la versión local del popular concurso televisivo The Voice, ha sido condenada, el martes 27 de febrero de 2018, a un mes de cárcel por « denigrar al Nilo bromeando sobre la cualidad de su agua », informa el diario digital francés L’Obs.  El tribunal cairota ha escrito en la sentencia que la condena por « difundir informaciones falsas y alterar el orden público ». En espera de la apelación, Sherine se encuentra en libertad tras pagar una fianza de 5.000 libras egipcias (230 euros).

Hace unos meses,  unos internautas subieron a las redes sociales un vídeo de un concierto suyo en Emiratos Arabes Unidos, en el que un fan le pedía que cantara el tema « ¿Has bebido el agua del Nilo?» (que es uno de sus grandes éxitos). Sherine le respondió « Cogerías una esquistosomiasis », y después bromeó: « Mejor bebe Evian ». La esquistosomiasis  es una enfermedad provocada por unos gusanos parásitos que se encuentran en algunas aguas dulces.  

Ante la polémica desatada, Sherine presentó sus excusas mientras el Sindicato de Músicos anunciaba que ya nunca podría actuar en Egipto.


lunes, 26 de febrero de 2018

Periodistas asesinados en Eslovaquia: Jan Kuciak investigaba el fraude fiscal

Jan Kuciak

Jan Kuciak, periodista de investigación que trabajaba en el digital informativo aktuality.sk, h aparecido asesinado, junto a su novia, Martina Kusnirova,  la noche del 25 al 26 de febrero de 2018 en su casa de Velka Maca, a unos 65 kilómetros de Bratislava, según informaciones difundidas por las grandes agencias internacionales y la organización Reporteros sin Fronteras.  El Ministerio del Interior eslovaco ha confirmado la muerte al diario Dennik N.
Tibor Gaspar, director de la policía eslovaca, ha dicho a los periodistas que el asesinato « está muy probablemente relacionado con su trabajo de investigación” sobre importantes casos de fraude fiscal. Lo que para el Primer ministro, Robert Fico, “sería un ataque sin precedente contra la libertad de prensa y contra la democracia en Eslovaquia”. El último artículo publicado por Jan Kuciak trataba sobre las actividades de Marián Kočner, un empresario eslovaco con polémicos vínculos con varios políticos.

La misma fuente ha explicado que el periodista presentaba un disparo en el pecho mientras que a su compañera le alcanzaron en la cabeza. Tanto el presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, como la organización que defiende la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras han pedido la realización de una investigación minuciosa sobre los asesinatos, con el fin de “conocer las circunstancias exactas” en que se han llevado a cabo.  La ONG hace un llamamiento a las autoridades de Eslovquia para que garanticen el castigo de los responsables.

Jan Kuciak es el segundo periodista asesinado en un país de la Unión Europea en los últimos cinco meses, y el quinto de los últimos diez años: la periodista y bloguera investigadora Daphne Caruana Galizia fue asesinada en Malta el 16 de octubre de 2017,  siete periodistas de Charlie Hebdo fueron masacrados en París el 7 de enero de 2017, el director de radio griego Socratis Guiolias fue asesinado con un arma automática frente a su casa en 2010 y el periodista croata Ivo Pukanic fue asesinado frente al periódico, por una bomba colocada junto a su automóvil, en 2008.

Eslovaquia ocupa el puesto 17, entre 180 países, en la 
Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017 de Reporteros Sin Fronteras, tras caer cinco puestos  respecto de 2016

domingo, 25 de febrero de 2018

“Oficio de difuntos” de Úslar Pietri: Las dictaduras son exactamente lo que parecen


Nada se parece más a una dictadura que otra dictadura. Leyendo los primeros párrafos de la novela “Oficio de difuntos”, del venezolano Arturo Úslar Pietri, publicada en 1976 y reeditada en 2017 por Drácena, me parecía estar reviviendo algunas situaciones conocidas, y muchas de las pesadillas que ocurrieron mientras estaba despierta.

Algunos de los mejores narradores americanos en lengua castellana han abordado el tema de los dictadores en relatos de ficción que ya forman parte de la historia de la Literatura: Alejo Carpentier (“El recurso del método”), Gabriel García Márquez (“El otoño del patriarca”), Miguel Angel Asturias (“El señor presidente”), Augusto Roa Bastos (“Yo el Supremo”)…Todos ellos han reflejado la realidad de ese fenómeno tan extendido en sus países: la aparición de un caudillo que les ha dirigido de forma muy autoritaria durante alguno años (muchos, demasiados siempre).

“Oficio de difuntos” es una novela importante, de las que cabe incluir en el “boom” de la literatura latinoamericana de mediados del siglo XX, escrita por el inventor de la expresión “realismo mágico”. Úslar Pietri “no inventa el personaje, no nos introduce en un círculo de ilusiones. Elige una realidad específica, un verdadero microcosmos dentro del cual vivió en el despertar de su adolescencia” (Ignacio Quintana, El País, junio 1977), y nos lleva a un  paseo literario por la vida y milagros de un caudillo criollo de origen rural, el dictador venezolano Juan Vicente Gómez (1857-1935), en la narración Aparicio Peláez, quien ejerció de sátrapa durante 27 años y al que las biografías definen como “militar y hacendado” (que significa propietario de hacienda, en este caso la finca familiar  “La Mulera”, donde nació, en el estado de Táchira); y, en cuanto a lo de militar, general autoproclamado y golpista, como tantos otros especímenes que han acabado convirtiendo muchos países latinoamericanos -que han conocido un sucesión de guerras civiles, sublevaciones, cuartelazos y tiranías- en repúblicas bananeras gobernadas al antojo personal por esos cabecillas que llegan al poder como “pacificadores” en tiempos revueltos y, gracias “a la obsequiosa abyección de quienes les rodean, se convierten en sangrientos dictadores sin apenas oposición.
En esta biografía novelada de un representante de esa casta, el narrador es un cura de libro, el padre Solana –tragón, bebedor, mujeriego, corrupto,  “familiar” del primer círculo de poder- que, tras haber disfrutado durante toda la dictadura de los privilegios ganados como capellán personal y escritor de loas al caudillo, a la muerte de éste y a la vista de que le piden que se signifique una vez más haciendo su panegírico en el funeral,  se plantea el negro futuro que le espera si la oposición, silenciada hasta entonces, consigue una parcela de poder, por pequeña que sea; o si se desatan los odios y las venganzas, y cualquier “desaprensivo” decide cobrarse la deuda de alguna tropelía.

Un narrador que nos va llevando por la caleidoscópica Venezuela de la primera mitad del siglo XX, en la que contrastan señales de progreso,  como grandes obras públicas, con evidentes manifestaciones de inhumanidad, como el “hostigamiento y la desaparición de miles” de ciudadanos, y  nos acerca a la construcción del “gendarme necesario”, que tanto juego ha dado, y sigue dando en el sudcontinente americano.

El dictador Gómez fue un hombre excesivo desde su nacimiento: primogénito de doce hermanos, construyó dos núcleos familiares oficiales, el primero con siete hijos y el segundo con ocho, pero también fue padre de entre 63 y 73 hijos ilegítimos, muchos de los cuales recibieron puestos en la administración pública (junto con algunos de los legítimos), lo que le valió certeras acusaciones de nepotismo. En el aspecto económico y financiero, el régimen “gomecista” definió el marco legal mediante el cual se cedió gran parte del territorio nacional en concesiones a los grande consorcios petroleros internacionales.

Arturo Úslar Pietri nació en Caracas, en 1906, donde murió en 2001. Como descendiente de un edecán de Simón Bolívar y de dos presidentes de Venezuela —su abuelo materno, el general Juan Pietri, fue presidente del consejo de Gobierno— se crió en un ambiente familiar muy político, que le sirvió para ocupar diversos cargos: tres veces ministro —de Educación, de Hacienda y de Interior—, secretario de la Presidencia de la República, diputado y senador, y hasta candidato a la Presidencia de la República, por el partido conservador derechista  (CIPFN), posteriormente Frente Nacional Democrático (FND),en 1963. 
Como varios escritores latinoamericanos, compaginó el ejercicio de la política con el de escritor. En 1929 fue destinado a París, como agregado civil en la Embajada de Venezuela, donde trabó amistad con Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier,que como él desempeñaban funciones diplomáticas, y frecuentó  a Paul Valéry,  Robert Desnos,  André Breton,  Ramón Gómez de la Serna… En el ensayo “Letras y hombres en Venezuela” (1948) formuló el término “realismo mágico”.  Su obra literaria aborda distintos géneros, en especial el ensayo periodístico, pero también escribió siete novelas “Las lanzas coloradas” (1931), “El camino de el Dorado” (1947), “Un retrato en la geografía” (1962), “Estación de máscaras” (1964), “Oficio de difuntos” (1976), “La isla de Robinsón” (1981) y “La visita en el tiempo” (1990), además de nueve recopilaciones de cuentos. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1990.


Arturo Úslar Pietri.
“Oficio de difuntos
Prólogo de Moisés Naím.
Drácena editorial. Madrid, 2017.
ISBN: 9788494648342
352 páginas, 22,95€.



sábado, 24 de febrero de 2018

Encuentran un cuadro de Degas robado en 2009


El cuadro « los coristas », también conocido como « Los figurantes » del pintor impresionista Edgar Degas, robado en 2009 en Marsella, ha aparecido el 16 de febrero de 2018, en un control rutinario, escondido en una maleta colocada en el compartimento de equipajes de un autobús aparcado en el área de descanso de Ferrières, en Seine-et-Marne, cerca de París. Los aduaneros que lo han encontrado ha recurrido a un experto del Museo d’Orsay, quien ha confirmado la autenticidad de la obra.

El cuadro,  un pastel de 32 por 27 cm, realizado en 1877 por el pintor parisino (19 de julio de 1834, 27 de septiembre de 1917), y de un valor en torno a los 800.000 euros, representa a un grupo de coristas cantando en un escenario y es propiedad del Museo d’Orsay de París, quien en 2009 lo prestó al Museo Cantini de Marsella para una exposición. Desapareció del museo, sin dejar ningún signo de efracción, el 31 de diciembre de aquel año.

Edgar Degas, a quien no gustaba la definición de pintor impresionista, prefría ser llamado realista, ha pasado a la historia de la pintura contemporánea por los efectos del movimiento que plasmó magistralmente en sus cuadros, y en especial en ls series de bailarinas, planchadoras y otras figuras femeninas, a las que dedicó la mayor parte de su obra: mujeres, bailando, bañándose o secándose…Definido como misógino y “voyeur” del cuerpo femenino, perdió a su madre a los 13 años y no se casó nunca, ni se le conoció ninguna relación amorosa.

Hace unos meses se ha conmemorado  el centenario de la muerte de Edgar Degas; el Museo d’Orsay prepara para 2019 una exposición con el título “Degas en la Opera”. 

Según la información que publica el diario L’Obs, la aduana francesa recuperó en 2016 más de diez mil objetos artísticos  desaparecidos, mayoritariamente monedas antiguas o restos arqueológicos.


viernes, 23 de febrero de 2018

Proceso de “los 27 y más”: en busca y captura el secretario de la CGT de Cataluña

Ermengol Gassiot en una rueda de prensa

Ermengol Gassiot, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y Secretario General de la CGT en Catalunya, se encuentra desde el 22 de febrero de 2018, junto a otras cuatro personas más,  en busca y captura por el caso 'Somos 27 y más', incoado a raíz de un encierro de 2013 en protesta por la subida de las tasas universitarias, por el que la fiscalía pide penas de entre 11 y 14 años de prisión

La protesta de 2013 que culminó en el encierro en el Rectorado contaba con el consenso mayoritario de la comunidad universitaria. Ermengol Gassiot, miembro de la sección sindical de la CGT en la UAB, apoyó públicamente aquella lucha, como también lo hicieron otros representantes sindicales de los trabajadores de la UAB.
La orden de busca y captura procede del juzgado de Cerdanyola, donde se juzga al profesor Gassiot, 25 estudiantes y un trabajador del personal de Administración y Servicios, del encierro que en 2013 se llevó a cabo en el Rectorado de UAB, y está motivada por la negativa de Gassiot a personarse en dicho juzgado para recoger la notificación. Para los encausados se trata de un juicio político promovido por el rector de la época, Ferran Sancho, y la vicerrectora, Silvia Carrasco. En el caso del profesor Gassiot, la acusación señala su participación en una rueda de prensa como hecho incriminatorio.  

En un comunicado, el sindicato CGT define los hechos como “un tipo de acción habitual y que forma parte del repertorio del movimiento estudiantil en las universidades catalanas desde hace décadas” y califica la actuación del rectorado de 2013 de “cacería brujas por la vía penal…en la invención de un conspiranoico entramado criminal” organizado para destruir la universidad, y del que supone que formaban parte Gassiot y los demás procesados,  “un auténtico despropósito que constituye el peor caso de represión política en una universidad en nuestro país desde las postrimerías del franquismo”.

La decisión de no presentarse ante el juez es, para el profesor Gassiot, una “respuesta política” porque está en riesgo su libertad y la situación en que se encuentra está afectando a su trabajo. La CGT, que apoya la decisión de Gassiot de no colaborar en el caso, estudia dar una respuesta  colectiva  “a este golpe represivo”. El Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) ha convocado una “jornada antirrepresiva” para el 27 de febrero.




Trump, protagonista de una comedia musical en Londres


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Cartel de la comedia musical
“Trump, el musical”, una “comedia irreverente” según el digital Culturebox, suplemento diario del canal internacional France 24, está en cartel hasta el 25 de febrero de 2018  en el Waterloo East Theatre de Londres, y después emprenderá una gira por el resto de Inglaterra. 

Un Donald Trump rejuvenecido y más delgado, con su característica  boca  “de culo de pollo”, su tupé amarillento y su obsesión por las “Fake News” (noticias falss, en las que él es un especialista consumado), es el que se presenta diariamente en la sala londinense, que cuenta con un centenar de butacas., en la imaginativa función ideada por una joven compañía de Shefield llamada Blowfish Theater, en la que David Burchhardt, un actor de 24 años que interpreta al presidente estadounidense, tuitea sentado en el retrete: “Negar, difamar, distraer, inflamar, negar las fake news. Con mi móvil, me dedico a mi juego preferido: lanzo pelotas y los medios de comunicación van a bucarlas”. Al mismo tiempo, Natasha Lanceley, la actriz que interpreta a Vladimir Putin, “ahoga sus penas en vodka: ‘Oh Donald, estamos tan cerca, yo pensaba que me querías realmente”.

Laurence Peacock, uno de los directores artísticos de la compañía, recuerda que en 2017 hicieron una parodia de Boris Johnson, el ministro de Asuntos Exteriores británico, favorable al brexit, quien lo mismo que Trump luce una frondosa cabellera y practica la provocación continua con sus controvertidas declaraciones: “Pensamos que si ya habíamos hecho un comedia sobre un demagogo rubio, bien podíamos hacer una segunda”.  

El espectáculo, aseguran sus responsables, es una “bufonada”, género teatral que se burla de los personajes que ocupan puestos destacados en la sociedad: “El mundo está adoptando un mal cariz y pensamos que tenemos que reírnos. No se trata tanto de ir contra Trump, como de pasar un buen rato”.





jueves, 22 de febrero de 2018

Censura en España: un país de ayatolas


El 21 de febrero de 2018 ha sido un día negro para la libertad de expresión en el país de los ayatolas del PP.

En el tiempo record de menos de 12 horas, el Tribunal Supremo confirmó la condena de tres años y medio de cárcel que la Audiencia Nacional había impuesto al rapero José Miguel Arenas Beltrán, alias ‘Valtonyc’, por delitos de enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona y amenazas no condicionales, contendidos en unas cuantas de canciones de las que es autor,  y que subió a Internet donde son accesibles de forma gratuita; la jueza de Collado Villalba Alejandra Pontano acordó -a petición del  exalcalde de O Grove (Pontevedra) José Alfredo Bea Gondar, quien demandó en enero a Carretero y a la editorial Libros del KO por supuesta vulneración de su derecho al honor- el secuestro cautelar y la prohibición de volver a editar y comercializar el libro “Fariña”, una obra publicada  hace tres años, en la que el periodista Nacho Carretero profundiza en la historia del narcotráfico gallego; y, por último y no menos grave, a petición de Ifema (la institución que gestiona las instalaciones de la Feria de Madrid, entidad consorciada y participada accionarialmente por la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid, la Cámara de Comercio e Industria y Fundación Obra Social y Monte Piedad de Madrid), la galería Helga de Alvear retiró de su stand en la feria de arte contemporáneo ARCO la serie de 24 retratos que componen la  obra del fotógrafo Santiago Sierra titulada  Presos políticos en la España contemporánea “,  que incluye entre otros a Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y a Jordi Sánchez, presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), acusados de rebelión y sedición por el procés.



El saldo de ataques a la libertad de expresión no está nada mal para un país en panne, averiado, estropeado,  que no funciona, donde algunos jueces y fiscales llevan varios meses (seguramente años, pero nos hemos dado cuenta ahora) actuando al compás que le marcan el gobierno y algunos políticos del partido que apoya al gobierno, y donde ha tenido que aparecer un delincuente, corruptor de corruptos, para recordar al ministro de Justicia reprobado por el Parlamento, Rafael Catalá, que es mala cosa que a la justicia haya que ponerle adjetivos: que la justicia no tiene que ser ejemplar, sino justicia y punto.



La sucesión de atentados a la libertad de expresión en un solo día nos devuelve no a los tiempos oscuros del franquismo, cuando la censura secuestraba libros y artículos, y de paso colocaba morbosos retales sobre los pezones y el sexo de las aspirantes a starlette que pretendían atajar el camino a la fama fotografiándose  desnudas, sino a mucho más atrás. Escuchando las tropelías políticas y jurídicas de las últimas horas he sentido que montaba en la máquina del tiempo y daba marcha atrás hasta regresar a la Edad Media, a los tiempos negros de la Inquisición, cuando para escarmiento (y para ser ejemplares) los jueces  quemaban los libros en las plazas y mandaban a los presos caminando hasta el  patíbulo, con la cabeza rapada y un sayal que apenas tapaba sus vergüenzas.

Si los ciudadanos no ponemos freno a tanto desmán, la Turquía de Erdogan, el Irán de los ayatolas y la China de la “omnicensura”  (por no citar a Corea del Norte, donde realmente no sabemos qué pasa) son, sin duda, ejemplos que en breve contemplarán nuestros dirigentes y los jueces que actúan a sus órdenes.

De momento, se les escapa Internet, que fluye entre sus dedos sin que consigan atraparlo (como decimos siempre, Internet tiene cosas buenas y otras que hay que vigilar; en este caso ha actuado de hada madrina): Amazon hizo ayer un discreto agosto vendiendo todos los ejemplares que fueron apareciendo del libro de Nacho Carretero, y la galería madrileña Helga de Alvear, que horas antes actuó como brazo ejecutor de la censura,  vendió después por 80.000 euros las 24 fotografías de la serie “Presos políticos” de Santiago Sierra (que supongo está celebrándolo todavía). En cuanto al rapero “Valtonyc” –cuyas letras me parecen de un gusto deleznable desde el punto de vista estético, pero no por eso le daría garrote vil, allá él con su “arte”-,  que ha multiplicado por tres dígitos sus fans en las redes, piensa reclamar sus derechos fundamentales en el Tribunal Constitucional y, si fuera menester, en el de Derechos Humanos de Estrasburgo.



Siempre he mantenido que la libertad de expresión no tiene límites. Que se puede decir todo y que, en caso de controversia, decidan los tribunales. Pero, naturalmente, yo me refiero a unos tribunales justos, a una justicia proporcionada, no a la que inventa un delito de rebelión cuando no existen armas ni intento de toma del poder violento,  ni a la que encuentra apología del terrorismo e injurias a la corona (¿qué es esto?, ¿por qué no se miran en el espejo británico?) en las letras de un rapero, que tienen que rimar en consonante. 

Como en otras ocasiones, me veo obligada a echar mano de la célebre frase pronunciada por el muy conservador Antonio Cánovas del Castillo cuando, en plena redacción de la Constitución de  1876, a la hora de definir quiénes son los españoles, el presidente del Gobierno y promotor de la Restauración, sugirió: «Pongan que son españoles los que no pueden ser otra cosa». Porque, decididamente, este país de ayatolas no me gusta y si pudiera me apeaba, aunque fuera en marcha.

miércoles, 21 de febrero de 2018

"En la sombra", la venganza de un mujer herida


Globo de Oro a la mejor película extranjera de 2017 y Premio de interpretación femenina para Diane Kruger en el último Festival de Cannes (https://periodistas-es.com/cannes-2017-the-square-tonica-comedia-sueca-gana-la-palma-oro-86483), “En la sombra” ("Aus dem nichts"), del realizador alemán de origen turco Fatih Akin (“Contra la pared”, “Cruzando el puente”, “Los sonidos de Estambul”)  es la historia de una venganza contada en forma de drama psicológico y thriller judicial.

La vida de Katja  (Diane Kruger, “El caso Farewell”, “Un plan perfecto”, “The host”) se ve completamente truncada con la muerte de su marido y su hijo en un atentado xenófobo. La historia,  escrita por el propio realizador y el abogado Hark Bohm, está inspirada en los asesinatos perpetrados en Alemania, entre los años 2000 y 2007,  por el grupo neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU). Ambos autores estudiaron los casos y siguieron personalmente el desarrollo de los procesos.

La película nos cuenta un drama humano, la irrupción del horror en la intimidad de una persona, una mujer frágil y fuerte a la vez, que no solo tiene que enfrentarse  a la tragedia y a la pena sino también al desarrollo de un proceso (el de los asesinos), en el que el abogado defensor expresa un discurso de odio y hace todo cuanto está en su mano para cambiar los papeles e intentar convertir  a la víctima en culpable. Cuando el tribunal absuelve a los asesinos por falta de pruebas contundentes, cuando la justicia le defrauda, Katja opta por tomar el camino de la venganza personal, que incluye su propio sacrificio.

Como acompañamiento al drama personal, la realidad de la existencia de una sociedad multicultural, la que odian los neonazis, en la que se dan muchos momentos de falta de comunicación y de incomprensión, como se subraya en secuencias como las del funeral. Evidentemente no es solo una película de asesinatos y juicios, también tiene una intención política: la de denunciar el crecimiento de los grupos de extrema derecha en la Europa del siglo XXI.

Personalmente, me he sentido defraudada por el desenlace de la historia. Dividida en tres partes, mientras en las dos primeras –la tragedia y el juicio- todo está perfectamente claro y explicado, en la tercera los acontecimientos se precipitan, se montan unos sobre otros y en mi opinión se ha elegido un final estúpido, que lleva implícito un elogio de la violencia.
Ningún pero a la interpretación de Diane Kruger -y a su merecido premio en Cannes- que carga con todo el peso de  una película que, a fuerza de esquematismos y  de personajes y situaciones de una pieza, sin matices, escamotea el debate moral sobre la venganza (¿está justificada siempre?) y manipula las emociones del espectador.




“Marcha por nuestras vidas” el 24 de marzo en Washington


Después del tiroteo, en el que un adolescente  de 19 años asesinó  la semana pasada a 17 personas en un colegio de Florida, el debate sobre la posesión de armas de fuego ha subido de tono en Estados Unidos, por primera vez en la historia reciente del país.

Mientras el ultraconservador y casi deficiente Trump –siempre apoyado y apoyando a la poderosa Asociación del rifle, que tan generosamente ha contribuido a su campaña, como a la de anteriores  presidente republicanos-  da un tímido paso adelante afirmando que va a prohibir la transformación de escopetas en armas automáticas, un grupo de estudiantes se ha unido a la mayoría de estadounidenses que, según los recientes sondeos, reclaman un cambio en las leyes sobre armas, celebrando un particular “sit-in”, tumbados en lugar de sentados, en la calle que pasa por delante de la Casa Blanca, donde han permanecido tres minutos (el tiempo que duró el tiroteo del colegio) con los ojos cerrados y un cartel encima: “I am the next” (soy el próximo).

A la protesta de esos estudiantes de Washington, que quiere ser una réplica de la de sus colegas de Florida que no hay día en que no se manifiesten públicamente, se ha sumado la de las estrellad de Hollywood (algunas, claro), que se están sumando a la organización de la “March for Our Lives” (Marcha por nuestras vidas), convocada para el próximo 24 de marzo de 2018 en Washington, con donaciones de medio millón de dólares.

La primera en hacer este gesto ha sido la muy mediática pareja formada por Amal y George Clooney, que además de  desembolsar el medio millón de dólares ha publicado el siguiente comentario: “Nuestra familia estará el próximo 24 de marzo junto a esta increíble  generación de jóvenes llegados de todo el país. Y, en nombre de nuestros hijos, Ella y Alexander, aportamos 500.000 dólares a la financiación de este acontecimiento revolucionario. La vida de nuestros hijos depende de este tipo de actuaciones”.

Poco después, era la célebre presentadora Ophrah Winfrey quien seguía el ejemplo del matrimonio Clooney: “George y Amal, solo puedo estar de acuerdo con vosotros. Quiero unir mis fuerzas a las vuestras, igualando vuestra contribución a la ‘March of Our Lives’. Estos jóvenes me recuerdan a los ‘Viajeros por la libertad’ de los años 1960, que también dijeron ya basta y permitieron que se escucharan nuestras voces”.

El 20 de febrero Steven Spielberg y su mujer, la actriz Kate Capshaw, anunciaban también que donaban medio millón de dólares a la Marcha, lo mismo que el productor Jeffrey Katzenberg y su mujer, Marilyn, según la información que hoy publica el Huffington Post.



martes, 20 de febrero de 2018

"Todo el dinero del mundo": un gélido thriller sin alma


El resultado de esta débil fábula sobre el capitalismo es bastante decepcionante, sobre todo si lo comparamos con la expectación creada en torno a su estreno jugando con el morbo de que, una vez finalizada la película, en la postproducción se ha sustituido al protagonista inicial, Kevin Spacey (“American Beauty”, “House of Cards”) por Christopher  Plummer (“Tolstoi, el último otoño”, “Elsa y Fred”), quien sale bastante airoso del encargo,  a causa de las acusaciones de abusos sexuales a jóvenes y menores contra Spacey que le han retirado, parece que definitivamente, de los platós y los escenarios.

Basada en una historia real, pero con toda la fantasía del mundo sobre el desarrollo y desenlace de los acontecimientos, esta historia de un secuestro en la Italia de los años 1970 –a la que en cierta manera el realizador, Ridley Scott (“Blade Runner”, “Thelma y Louise”, “Gladiator”), parece querer rendir  homenaje en las primeras secuencias de la película, como calcadas de “La dolce vita”- trata sobre la obscenidad del dinero, cuando se trata de cantidades inconmensurables. 

Seguramente no es todo el dinero del mundo, pero casi, la fortuna de John Paul Getty , el gigante del petróleo que “descubrió” las riquezas que atesoraban los países del Golfo, e hizo inmensamente ricos a todos los jeques que hasta entonces vivían en tiendas en el desierto y hoy, a punto de extinguiré el maná una vez exprimidos al máximo los pozos, se han construido islas artificiales y palacios, y se han adueñado de medio occidente invirtiendo en inmobiliario, coches de lujo, joyas, arte y fútbol, entre otras mucha cosas.

Es la historia de un adolescente rico secuestrado (los más antiguos el lugar recordarán que durante meses ocupó las primeras páginas de la prensa sensacionalista  y llenó de imágenes la del corazón), y del delirante egoísmo de su multimillonario abuelo, que se negaba a pagar el rescate de 17 millones que pedían los delincuentes que retuvieron al chico durante meses. Un tiempo en el que el secuestro pareció incluso tener tintes políticos revolucionarios, porque era Italia y eran “los años de plomo”, cuando las Brigadas Rojas cometían atentados y asesinaban al antiguo jefe del gobierno Aldo Moro.

El guión se ha construido a partir de la investigación llevada a cabo por el periodista y escritor John Pearson, colaborador de Ian Flemming en la creación de las novelas de James Bond, plasmada en el libro   « Painfully Rich: The Outrageous Fortunes and Misfortunes of the Heirs of J. Paul Getty » (recién reeditado en castellano, con el mismo título que la película, por HarperCollins),  que cuenta la forma en que el riquísimo  John Paul Getty, fundador de  la  Getty Oil Company, se negaba categóricamente a pagar los 17 millones de dólares de rescate con la excusa de que podría incitar a otro rapto de cualquiera de sus diez nietos, e incluso de él mismo. “A partir de este sórdido suceso, Ridley Scott, más preocupado por la pureza del arte que por el conflicto moral, realiza una película fría y distante”.   

Según  Getty, « quintaesencia del nuevo rico decadente y vulgar », un hombre  solo cuya omnipotencia le mantiene alejado del resto del mundo, la vida se resumía en una serie de fracasos a nivel mundial, donde los hombres y el dinero se mezclaban con un cinismo bastante confortable.  Getty, la encarnación del mal y también del mal gusto, se compra un cuadro de Vermeer, que nunca podrá enseñar porque es una obra robada, en el preciso momento en que se está negando a comprar la libertad de su nieto; para que  finalmente ceda en entregar una parte de la cantidad pedida como rescate, tiene que recibir una prueba abyecta de hasta qué punto está en peligro la vida del muchacho.

Aparte Christopher Plummer, introducido en la película de forma bastante indolora gracias a la magia digital, el reparto se completa con Michelle Williams (“Manchester by the sea”, “El museo de las maravillas”) en el papel de madre coraje, Mark Wahlberg ( “Mojave”, “La noche nos pertenece”, “Transformers, el último caballero”), como un ex agente de la CIA metido a consejero aúlico del multimillonario y mediador poco afortunado en el secuestro, el joven Charlie Plummer en el rol del adolescente secuestrado,  y el francés Romain Duris, como el delincuente con buen corazón que no debería faltar en ninguna historia de desalmados; la mayoría de ellos con interpretaciones muy superiores al decepcionante y aburrido resultado final, que yo achaco a un guión que no se ha prado en los detalles y a la excesiva duración de la película, más de dos horas en las que no consigue ni crear ni mantener  la necesaria tensión de un thriller.