jueves, 26 de febrero de 2015

Samba, demasiada miel para una realidad tan dura



Samba, película sobre “el otro” y la integración forzosa de los inmigrantes en la cultura occidental, realizada por Olivier Nakache y Eric Toledano, aprovechando el exitazo mundial de su anterior film, Intocable, está protagonizada por Omar Sy (Intocable, X-Men: Días del futuro pasado) en el emigrante negro, Charlotte Gainsbourg (Melancolía, Nymphomaniac) en la voluntaria de una Ong que ayuda a que los ilegales consigan “papeles”, Tahar Rahim (Un profeta) e Izïa Higelin.

Samba es un ilegal senegalés que lleva diez años viviendo en Francia, a base de trabajos temporales en restaurantes y de la ayuda de su tío y que, a pesar de haberlo intentado repetidamente, no ha conseguido regularizar su situación. Internado en un centro para clandestinos en vías de expulsión, recibe la visita de dos mujeres de una asociación que ayudan a la gente como él a solucionar sus problemas. Alice, ejecutiva que está de baja tras un episodio de stress psicótico, en el que arrojó su teléfono móvil a la cabeza de un colega, y ofrece ayuda jurídica voluntaria a la asociación, hará lo imposible por conseguir que Samba consiga finalmente permiso de residencia...

O sea, cuento de hadas moderno muy alejado de la realidad probable, melodrama -que no comedia- optimista, que nos muestra un mundo a todas luces inexistente poblado por gente mayoritariamente buena, con buenos sentimientos hacia el prójimo, que no salvan ni siquiera dos buenos actores como son los de la pareja protagonista, ni la imposible intriga sentimental entre sus personajes.

Muy “americana” en su planteamiento –comedia de chico/chica con final más que feliz afortunado- Samba es una historia excesivamente edulcorada que ignora la lógica de los complejos sentimientos humanos con personajes planos, hechos de una sola dimensión, sin ambigüedades ni matices y escenas increíbles –en todos los sentidos- como la del tipo que limpia las ventanas de los rascacielos efectuando un striptease para deleite de las secretarias que le contemplan tras los cristales…

Como escribía Pierre Murat en Télérama, cuando se estrenó en Francia donde era muy esperada, “en resumen, ni auténtico guión, ni auténticos personajes ni auténtica dirección. Solo amabilidad, en todas partes, durante todo el tiempo. ¿Bastará para conseguir un éxito? Seguramente. ¿Bastará para hacer una buena película?. No”.



miércoles, 25 de febrero de 2015

Alaa Abdel-Fattah, figura de la revolución que acabó con el régimen de Mubarak, condenado a 5 años de cárcel



Alaa Abdel-Fattah, célebre bloguero y opositor egipcio que se dio a conocer durante la rebelión popular que en 2011 expulsó del poder al presidente Hosni Mubarak, acaba de ser condenado a cinco años de cárcel, acusado de haber atacado a un policía durante una manifestación ilegal en noviembre de 2013. Otros 24 acusados, pertenecientes al mismo sumario, han sido condenados a penas de cárcel de entre 3 y 5 años. La condena ha encendido los comentarios en las redes sociales de todo el mundo árabe.

En principio, Alaa Abdel-Fattah, de 33 años, en libertad con fianza, fue condenado en junio de 2014 a 15 años de cárcel, en un juicio que se celebró sin la presencia del acusado, al que se le imputa haber robado el walkie-talkie de un policía. Los acusados, presentes en la sala, aplaudieron al conocer la sentencia y han gritado “Abajo el régimen militar”.

Los procesados denuncian al presidente Abdel Fattah al-Sissi –quien en un discurso del domingo 22 de febrero de 2015 prometió sacar de la cárcel a “los jóvenes condenados por error”- por haber instaurado en Egipto un régimen más autoritario que el de Hosni Mubarak. Según Khaled Daood, portavoz del Partido Liberal egipcio (Al-Dostour) los condenados ahora son precisamente “esos jóvenes de los que hablaba el presidente en su alocución. Para un país que ha pasado por dos revoluciones consecutivas, es una vergüenza que se encarcele a los jóvenes por manifestarse”.

Según el canal internacional France 24, en los meses que siguieron al derrocamiento del presidente Morsi, la represión mató a más de 1.400 personas, en su mayoría manifestantes islamistas, y encarceló al menos a 15.000 pro-Morsi, cientos de los cuales fueron condenados a muerte en procesos masivos expeditivos. “También están encarcelados, por concentraciones ilegales, decenas de militantes laicos y de izquierda, que apoyaron el cese de Morsi y el golpe militar de al-Sissi, y después han criticado a las actuales autoridades”.

La mujer de negro: El ángel de la muerte, terror decepcionante



La leyenda urbana asegura que el éxito de la primera parte de la saga de La Mujer de negro –película gótica de horror de producción británico-canadiense-sueca estrenada en 2012- hizo resurgir de sus cenizas al histórico estudio Hammer, además de dar al joven Daniel Radclife la oportunidad de salir de su encasillamiento en el personaje de Harry Potter, que había agotado parte de su niñez y toda su adolescencia.

Ese éxito de hace tres años es lo que ha decidido a los productores a intentar prolongarlo, en esta segunda parte que se sitúa en el Reino Unido de la segunda guerra mundial y, en lugar de Radclife, tiene como protagonista a una joven maestra que acompaña a sus alumnos huérfanos en la huida para escapar de los bombardeos de Londres hasta la mansión atormentada , situada en una isla pantanosa y deshabitada, donde tienen lugar los hechos que justifican que se anuncie como una película de suspense y tensión máxima.

Pero, en realidad, estamos ante una película decepcionante, con un guión previsible en todo momento, a la que ni siquiera salva un final poco explícito. Dirigida por el británico Tom Harper (autor de la serie televisiva Misfits) e interpretada por Phoebe Fox (Siempre el mismo día) en la guapa maestra amenazada por el fantasma de la casa y por sus recuerdos, y Jeremy Irvine (Caballo de batalla, Un largo viaje), en el guapo aviador que también oculta un pasado, esta segunda parte es de las que “nunca fueron buenas”.

Durante la segunda guerra mundial, dos maestras y ocho escolares huyen de los bombardeos y se refugian en una casa aislada, oscura, terrorífica, en la que habita una fuerza maléfica, en la aldea desierta de Crythin Gifford. Allí aparece un piloto de la RAF, destinado en un aeródromo ficticio de la isla que está conectada a tierra firme por una carretera que desaparece cuando sube la marea… El aislamiento y los poderes del fantasma de la mujer de negro –que habita la mansión desde tiempo inmemorial- son la causa de que empiecen a ocurrir accidentes y situaciones incontrolables de pánico.

Pese a contar con casi todos los elementos imprescindibles –oscuridad, tempestades, un mar que se traga la tierra y las personas, ambientes tenebroso y agobiantes, el fantasma rabioso de alguien atormentado que vivió en el mismo lugar y está dispuesto a impedir que nadie pueda encontrar allí refugio y paz, el muñeco terrible que da más miedo que el fantasma, los inocentes niños víctimas de todo e incluso el niño traumatizado que se niega a hablar desde que presenció la muerte de su madre- La dama de negro: El ángel de la muerte (o Dama de negro 2) no consigue seducir al espectador que sale con la impresión de haber visto un telefilm muy aburrido que le ha hecho perder el tiempo.