domingo, 31 de marzo de 2024

“Matusalen”, un divertimento intrascendente


Segundo largometraje en solitario de  David Galán Galindo (“Orígenes secretos”),  “Matusalén” (1) cuenta con un reparto coral que reúne a cuatro generaciones de actores del cine español: Julián LópezMiren IbargurenRaúl CimasAntonio Resines, Carlos ArecesLucía de la FuenteJason FernándezElena de LaraJudith FernándezMaría BarrancoManuel Galiana, Adrián Lastra, Maite Sandoval, Alberto San Juan, Roberto Álamo, Miguel Rellán y Emilio Buale; hay que añadir la participación de  Jorge Sanz, Alberto CasadoRober Bodegas y Enrique Villén, y decir que todos tienen su minuto de gloria en  esta historia sobre “lo que significa madurar y sobre lo que significa luchar por tus sueños, tengas la edad que tengas”, según dice la promoción. Yo me pregunto si realmente se necesitaba tanta gente para acabar desfilando por un guión tan previsible como absurdo, desde el primero al último  fotograma.

 

«Envejecer es inevitable, madurar es opcional». Esa es la máxima de «El Álber» (Julián López), un rapero que a los 44 años se matricula en la universidad por una apuesta con su padre. Si no aprueba todas deberá dejar «esa tontería del rap» para siempre. En la universidad, el Álber se reencuentra con Amaia, su primer amor, que es locutora de radio y también su profesora.

 

Esta película es la historia de Matusalén, “un rapero considerado un niño por sus padres y un abuelo por sus compañeros de clase” que alaban y aplauden sus interpretaciones musicales, sin ninguna duda lo mejor de esta historia sin interés ni sorpresas, a la que yo no le veo más futuro que engrosar la lista del “cine de barrio” que TVE se empeña en seguir programando cada sábado en la hora de la siesta.


(1) “Matusalen” llegará a las pantallas madrileñas el próximo viernes, 5 de abril de 2024.

martes, 26 de marzo de 2024

Julian Assange: la justicia británica pide garantías a Estados Unidos antes de autorizar su extradición


Este martes 26 de marzo de 2024, los jueces del Alto tribunal de Londres  Victoria Sharp y Jeremy Johnson han decidido dar una oportunidad más a Julian Assange, periodista australiano de 52 años fundador de Wikileaks y encarcelado en el Reino Unido en espera de la resolución de la demanda de extradición formulada por Estados Unidos y aceptada por el gobierno británico en junio de 2022, donde se le acusa de 18 cargos en aplicación de la Ley sobre espionaje, lo que podría suponerle una condena de hasta 175 años de cárcel.

La justicia estadounidense acusa a Julian Assange -quien tras pasar siete años refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres fue detenido por la policía británica y lleva cinco años internado en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, en Londres- de publicar en Wikileaks, hace ya catorce años, más de 700.000 documentos confidenciales sobre actividades diplomáticas y militares de Estados Unidos en Irak y Afganistán, entre los que destaca el vídeo de julio de 2007 que mostraba a un grupo de civiles, entre los que se encontraban dos periodistas de la agencia británica Reuters, asesinados por los disparos efectuados por un helicóptero de combate, en Irak.

Los jueces británicos han autorizado, con algunas condiciones,  que Assange presente un último recurso contra la extradición en el Reino Unido,  precisando que en caso de que el fallo no le beneficie todavía podrá recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.  Entre las condiciones, la sentencia establece que las autoridades estadounidenses disponen de tres semanas para garantizar que a Julian Assange se le va a aplicar la Primera Enmienda de la Constitución  de Estados Unidos, que protege la libertad de expresión, y que no se le condenará a pena de muerte. Si en tres semanas no llegan esas garantías,  Julián Assange podrá presentar un último recurso contra su extradición.

En los últimos meses, la esposa y otras personas cercanas a Julian Assange han alertado acerca del deterioro de sus condiciones de salud mientras que su abogada asegura que existe riesgo de suicidio, en caso de llevarse a cabo a la extradición.

 

 

lunes, 25 de marzo de 2024

“Puan”: un canto a la enseñanza pública en un país disfuncional, como tantos

 


Premio del Jurado al Mejor Guión para los directores y autores María Alché (“Familia sumergida”, Premio Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián 2018))  y Benjamín Naishtat (“Historia del miedo”, “Rojo”),  y Concha de Plata a la Mejor Interpretación protagonista para Marcelo Subiotto (Ex aequo con el actor japonés Tatsuya Fuji ) en la edición de 2023 del Festival de San Sebastián, la película argentina “Puan” (“El profesor”) es una clase magistral de interpretación y un homenaje a la enseñanza pública, a cargo del dúo Subiotto/Sbaraglia, acompañados por un meritorio elenco en el que, entre otros, figuran  Julieta Zylberberg, Alejandra Flechner, Cristina banegas, Andrea Frigerio, Mara Bestelli, Gaspar Offenhenden y Lali Espósito.

 

“Puan” (1)  cuenta la historia de Marcelo (Marcelo Subiotto, “Un hombre encantador”, “Ciegos”, “La encomienda”, “La barbarie”), un profesor introvertido y tierno, un hombre esencialmente bueno que lleva años enseñando filosofía política en el edificio de la calle Puan de la Universidad de Buenos Aires (UBA). A la muerte del responsable de la cátedra, y también su mentor y amigo, se presenta la oportunidad de aspirar a sucederle cuando inesperadamente llega de Alemania otro candidato, Rafael (Leonardo Sbaraglia, “Plata quemada”, “Salvador (Puig Antich)”, “Dolor y gloria”, “En terapia”), carismático y seductor, dispuesto a competir por el puesto. A todo esto, el siempre caótico gobierno argentino, ha decidido cerrar la universidad, por falta de liquidez  para continuar pagando a profesores y empleados.

 

 

La misma explicación de todos los años que hace Marcelo del Discurso de Rousseau sobre el origen de la desigualdad entre los hombres se ve interrumpida por la pregunta “Qué hacer?”, con la que una estudiante activista interrumpe la clase recordando la pregunta, formulada por Lenin en 1902, que tanto juego ha dado a sucesivas generaciones de filósofos. La alumna llama a sus compañeros a salir y tomar  las calles al tiempo que lleva al profesor a  reflexionar sobre lo que debe hacer, no solo en su vida profesional y personal, también en su actitud política y social.

 

Marcelo compagina su actividad universitaria, pagada tarde y mal,  con las clases particulares que, una vez por semana, imparte a una aburrida anciana que le paga en dólares y se duerme con sus explicaciones sobre Heidegger, y con unas sesiones de introducción a la filosofía que imparte para adultos en un barrio humilde de Buenos Aires, al que tiene que acudir obligatoriamente acompañado de un gendarme por decisión de las autoridades. Lo que aprovecha para formular al auditorio la pregunta de si la presencia de un hombre armado es la única manera que tiene el estado de proteger a sus ciudadanos. También ha aceptado sustituir al catedrático fallecido en un encuentro en Bolivia con un grupo de habitantes autóctonos.

 

Marcelo tiene un padre,  una mujer feminista y militante y un hijo preadolescente al que decepciona –como todos los padres- cuando falta a la reunión en que había prometido cantar un tango para sus amigos. Un tango que flota, sin llegar a expresarse, en toda la película, y que surge naturalmente cuando el profesor de filosofía se encuentra frente al grupo de bolivianos: “Sombras que se alargan en la noche del dolor. / Náufragos del mundo que han perdido el corazón. / Torvo cementerio de las naves que al morir / sueñan sin embargo que hacía el mar han de partir”.

 

 

 

(1) “Puan” se puede ver en las pantallas madrileñas a partir del miércoles 27 de marzo de 2024.

 


 


 


domingo, 24 de marzo de 2024

"Las cosas sencillas”: dos hombres, dos mundos, en una comedia amable

 


 


 


“Las cosas sencillas”
 ("Les choses simples"), la nueva película escrita y dirigida por Eric Besnard ("Delicioso""Pastel de pera con lavanda"), es una fábula moderna -que trata de cómo nos gustaría que fuera el mundo- basada en la amistad y  que  incluye –además de impresionantes paisajes- reflexiones básicas sobre las diferencias entre la gran ciudad y el mundo rural (nada que ver con los agricultores que en estos días reclaman sus derechos en toda Europa),  entre el empresario triunfador, poderoso, arrasador y hasta sexy en las portadas de las revistas económicas, y el robinsón versión siglo veintiuno, autosuficiente en sus muchas virtudes de supervivencia manual, interpretados con solvencia por dos actores de siempre del cine francés: Lambert Wilson (“Barbacoa de amigos”, “De Gaulle”, “Matrix revolutions”) y Grégory Gadebois (“El oficial y el espía”, “Delicioso”), junto a la actriz Marie Gillain (“El secreto de Vicky”).

Vincent (Lambert Wilson) es un hiperactivo, egocéntrico  y famoso patrón de éxito en el círculo de la aristocracia empresarial parisina, creador de la web de encuentros más famosa del mundo que, como los personajes de las películas hollywoodienses que tratan del poder y el dinero, compra, reflota, vende y revende, empresas, en su caso relacionadas con los mundos de la biología y la cosmética. Una mañana, la avería de su coche deportivo en una carretera de montaña, en mitad de ninguna parte,  interrumpe su frenético estilo de vida. Pierre (Grégory Gadebois), que vive alejado del mundo digital en medio de la naturaleza, acude en su ayuda y le ofrece hospitalidad. Pronto descubriremos que la avería no ha sido solo una casualidad.

 

La amistad entre estos dos hombres tan opuestos trastocará sus respectivas certezas y tanto ellos, como la intención de la película, es preguntarnos –a todos- si realmente vivimos la vida que queremos.

 

El problema es que resulta difícil creer lo que nos cuenta la comedia “Las cosas sencillas” (1). La historia es previsible y bastante simplista,   no resultan convincentes ni el encuentro de los dos hombres ni los arquetípicos diálogos que mantienen. Ni tampoco que, como esperábamos, el empresario descubra las bondades de una tortilla en una vida sin teléfono móvil, reloj,  ni agenda, en plena naturaleza y temiendo ser atacado por un oso, mientras que el taciturno barbudo eremita acabe admitiendo que tampoco estaría tan mal un poco de vida social.

 

En todo caso, las interpretaciones de los dos experimentados actores consiguen hacer simpáticos a ambos  personajes, si bien un poco caricaturescos, y se agradece el mensaje ecologista, por más simple que pueda parecer, que mandan los inmensos paisajes de una Francia de montaña, así como la esperanza de que puedan coexistir  la modernidad y las crisis de ansiedad, provocadas por el exceso de trabajo muchas veces inútil,  con los valores esenciales.  

 

(1) A causa de las fiestas de esta semana, “Las cosas sencillas” –como el resto de películas de la semana- se estrenan en Madrid el próximo miércoles, 27 de marzo de 2024.

 



 

miércoles, 20 de marzo de 2024

“Una vida Los niños de Winton”. Historia del hombre que salvó a cientos de niños de una muerte segura en los campos nazis

"Si algo no es imposible, entonces debe haber una manera de hacerlo...".

(Sir Nicholas Winton, 1909 – 2015)

 


1938. La Alemania nazi entra en Checoeslovaquia reclamando la anexión de la región de los Sudetes. Ante la inminente invasión del país, en la capital, Praga, miles de judíos, gitanos y otras minorías, huyen o se esconden y muchos terminan encerrados en campos de fortuna. Nicholas Winton –“Nicky”-, un agente de bolsa inglés procedente de una familia de origen judío alemán convertida a la religión anglicana, socialista convencido de 29 años, decidió reaccionar y, con algunos amigos y camaradas del Comité británico para los refugiados de Checoeslovaquia, además de la ayuda inestimable de su madre,  organizó convoyes para salvar a cientos de niños, mayoritariamente judíos, de una muerte certera en los campos de internamiento, trasladándolos a Inglaterra y poniéndolos en manos de familias de acogida.

 

Winton y sus compañeros consiguieron hacer realidad lo inimaginable. Pidió ayuda a la Cámara de los Comunes británica, recogió dinero, falsificó documentos, colocó anuncios en los periódicos ingleses y consiguió organizar el viaje de ocho trenes cargados de niños checoeslovacos. El 14 de marzo de 1939, en vísperas de la invasión nazi de las regiones checas de Bohemia y Moravia, salió hacia Gran Bretaña el primero de los ocho trenes que transportaron 669 niños, mayoritariamente judíos. Un noveno tren, programado para el 3 de septiembre, fue interceptado por hombres de la Gestapo : Alemania había invadido Polonia dos días antes, la guerra había comenzado y se cerraron las fronteras. No sobrevivió ninguno de los 250 niños que se encontraban a bordo de ese último tren.

 

 

 

¿Por qué Nicholas Winton nunca contó este episodio de su vida? Según el realizador de la película –en cuyo reparto figuran junto a  Anthony Hopkins (“El silencio de los corderos”, “El padre”- https://aqui.madrid/el-padre-el-mejor-anthony-hopkins-en-un-retrato-brutal-sobre-la-demencia-se), Helena Bonham Carter (“El discurso del rey”, “Alicia en el País de las maravillas”), Lena Olin (“La novena puerta”, “La insoportable levedad del ser”) y  Johnny Flynn (“Emma”, “The lovers”), entre otros- “no pretendía mantenerlo en secreto, pero siempre se quejaba de no haber podido salvar a más niños”. Su compromiso no terminó allí. Después intentó entrar en la Royal Air Force, pero debido a sus problemas de vista se quedó en instructor. En la Francia ocupada condujo ambulancias de la Cruz Roja y después de la guerra se implicó en la restitución de los bienes expoliados por los nazis.

 

Esta historia real, desconocida durante décadas, saltó a las portadas de la actualidad en 1988, cincuenta años después de los hechos,  cuando el programa de la BBC “That’s Life”  invitó a Nicholas Winton (magníficamente interpretado por Anthony Hopkins) a contar lo que había vivido en vísperas de la Segunda Guerra mundial. Winton –que consiguió rescatar a 669 niños en aquellos días de 1938- acudió al plató sin saber que entre el público se encontraban varias decenas de los niños –en ese momento ya adultos- que sobrevivieron gracias a él. La mayoría nunca volvieron a ver a sus padres -casi todos los que quedaron atrás fueron asesinados-, y tuvieron una vida nueva en Inglaterra. Al día de hoy se estima que son en torno a cinco mil los descendientes de aquellos conocidos como « los niños de Nicky ».

 

Dirigida por James Hawes  (un realizador procedente de la televisión para la que ha hecho telefilms, series y documentales: “Los 39 escalones”, “Enid Blyton”, “The Challenger”), la película « Una vida. Los niños de Winton” (One Life”),  basada en el libro “If It’s Not Impossible... : The Life of Sir Nicholas Winton”, escrit0 en 2014 por su hija Bárbara, cuenta la historia de Nicholas Winton –elevado a la categoría de Sir por la reina Isabel II y condecorado con la Orden del León Blanco, la mayor distinción  del gobierno checo- a quien la prensa bautizó como “el Schindler británico”, fallecido en 2015 a los 106 años.

 

Aquella tragedia emocionante ha dado como resultado un drama de realización tan convencional como clásica, e igualmente emotiva, que contrapone el heroísmo de algunas personas al horror de un régimen genocida y se sigue, durante las casi dos horas de proyección,  con un nudo en la garganta.

 

(1) “Una vida. Los niños de Winton” estará en las pantallas madrileñas a partr del próximo viernes 22 de marzo de 2024.

lunes, 18 de marzo de 2024

Tras anunciar su victoria, Putin se atreve a pronunciar el nombre de Navalny

« -No sé por qué hacen propaganda si todo el mundo sabe que va a ganar.

-Las formas democráticas son importantes” (del diálogo de dos matrioskas enfundadas en sus abrigos de piel, en un chiste de la jornada electoral rusa).

 



Homnaje a Navalny en una calle de Moscú

Sin sorpresas, Vladimir Putin ha ganado, el domingo 17 de marzo de 2024,  lo que la prensa occidental califica de “mascarada” y  « simulacro de elección » después de tres días consecutivos de votaciones, incidentes que han terminado con la detención oficial de 74 personas, y una movilización de  la oposición que acudió  a la cita fijada para el  mediodía del domingo y  que en la urnas –en Mocú, en San Petersburgo, en Kazán, en los centros y en las periferías, e incluso en las instaladas en las embajadas en el extranjero-  ha escrito el nombre de Navalny en su papeleta, igual que lo ha hecho su viuda, Yulia Navalnaia, al introducir la suya en la urna de la embajada rusa de Berlín.

El gesto respondía también a una de las últimas peticiones del propio Alexei Navalny, pocos días antes de su asesinato en la colonia penitenciaria donde cumplía una condena de 19 años por « extremismo » : Navalny pidió un “Mediodía contra Putin (…) un gesto simbólico” y según un joven elector mencionado por la Agencia France Presse en una de sus crónicas, “la única manera de expresar (su) posición en estas circunstancias”. En el caso de los moscovitas contrarios a Putin, han sido cientos los que han acudido a la tumba de Navalny para cubrirla totalmente con flores y sus papeletas de votación, con su nombre estampado encima con rotulador.   

“El señor Navalny”, se ha atrevido a pronunciar Vladimir Putin en la primera declaración efectuada tras iniciar un nuevo mandato, el quinto,  para los próximos seis años, con un score oficial cercano al 90% de los votos en un escrutinio sin el menor suspense, mencionando por primera vez en público la muerte –repentina y sin ninguna explicación hasta la fecha- de quien fue su principal opositor: “Ha muerto. Si, ha muerto, es siempre un acontecimiento triste, pero tenemos otros casos de personas que han muerto en la cárcel”, han sido sus palabras textuales que un periodistas del canal estadounidense NBC ha desvelado el primero.

“Ha sido necesario que Putin asesine a Navalny para que finalmente pronuncie su nombre”, escribe en su cuenta de X Christopher Miller, periodista del Financial Times, recordando que hasta ahora los responsables del poder ruso le llamaban “el bloguero”, “ese señor”, “ese ciudadano”, “ese personaje” o “la persona a la que usted se refiere” (ahora sabemos donde aprendió maneras M-punto-Rajoy).

Como, una vez muerto el adversario, se puede decir cualquier cosa sobre él que nadie vendrá a desmentirlo, Vladimir Putin ha asegurado en las últimas horas que, antes del deceso de Navalny, se estaba organizando un intercambio de presos con Alemania, precisando que el fallecido estaba “de acuerdo” en que le cambiaran por “algunas personas que se encuentran en establecimientos penitenciarios de países occidentales”, con la única condición “de que no volviera nunca más”.

 

 

“Arnasa betean. A Pulmón”, cine con mirada de género

 


 

“No es porque estemos de moda, es que por fin hablamos” (Arantxa Echevarría)



De la casi inexistencia a lo que puede considerarse una auténtica revelación, las realizadoras vascas de películas –ficción, documentales, animación y vanguardia experimental - han irrumpido en el panorama cinematográfico del país como un fenómeno muy real y con personalidad bien definida, que ha venido para quedarse.

 

“Arnasa betean. A Pulmón”, documental femenino y feminista en el que una veintena de cineastas vascas exponen sus problemas, su trayectoria y su concepto del cine que quieren hacer, está realizado por Bertha Gazrelumendi y Rosa Zufía, y entre sus protagonistas se encuentran, entre otras,  Estibaliz Urresola, ganadora del Goya a la mejor Dirección Novel y Mejor Guión Original por la espléndida película  “20.000 especies de abejas”, así como Isabel Herguera (“El sueño de la sultana”, preciosa animación del cuento feminista escrito por Rokeya Hussain, publicado en India en 1905) y Arantxa Echevarría, probablemente la cineasta vasca con una trayectoria profesional más extensa al día de hoy,que cuentacon dos películas a mi juicio  perfectas: “Carmen y Lola” y “Chinas”.

 

“Arnasa betean. A pulmón” (1)  está guiado por una ficción en imágenes que se desarrolla en el mundo submarino. Con las  imágenes de evoluciones  llevadas a cabo por tres buceadoras apneistas, las directoras de esta historia que tiene algo de pasado, mucho presente y anuncia un futuro consolidado, han construido una historia estructurada temáticamente y basada en las vivencias y pensamientos de 19 cineastas vascas y una investigadora. Las buceadoras nos llevan a  un viaje submarino, en las profundidades abisales, como profundo y casi ignorado ha sido hasta muy recientemente el cine dirigido por mujeres  en general y por tres generaciones de mujeres vascas en particular, que nos interpelan directamente al mostrarnos las preocupaciones que ocupan el núcleo central  de sus películas, sus personajes, su mirada, sus sueños, sus esfuerzos por salir adelante – alguien confiesa que las “mayores” no consiguieron levantar sus proyectos antes de cumplir cincuenta años- y, sobre todo, su aportación al cine y a la sociedad. Descubriremos a las pioneras, y nos pondremos al día en los trabajos de veteranas cineastas, y de jóvenes que están triunfando en los últimos festivales.

 

Las directoras de este documental que es la foto fija de una realidad impuesta a base paciencia y mucha vocación– Bertha Gaztelumendi y Rosa Zufía, ambas periodistas y cineastas- celebran que al fin la voz de las mujeres empieza a escucharse en el cine, y se preguntan hasta qué punto la incorporación de la mirada femenina está cambiando la manera de hacer películas:  “El cine es una de las artes en que las mujeres han estado más ausentes.  En un momento de eclosión del cine realizado por mujeres, queremos homenajear el trabajo de las cineastas en el pasado, celebrar sus logros en el presente y soñar junto a ellas con  su futuro (…) Hablamos del universo de las mujeres en el cine y reivindicamos la igualdad de derechos en la profesión. Pero también disfrutamos de la presencia del mar, de sus viajes como películas y de sus películas como viajes, de su pasión por los documentales y la experimentación, de su interés por el mundo que les rodea y de la ventana abierta a su mundo interior”. 

  .
 (1) “Arnasa betean. A Pulmón”, llegara a la cartelera madrileña el próximo viernes, 22 de marzo de 2024.

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 15 de marzo de 2024

“Nuestro último baile”, elogio de la edad final

“Una última danza que conmueve y seduce”




« Nuestro último baile” (“Last Dance”), comedia vitalista serie B que cuestiona la forma en que la sociedad globalizada trata a sus mayores, Premio del Público en el Festival de Locarno dirigida por la realizadora suiza residente en Bélgica Delphine Lehericey (“El Horizonte”), es un alegato en  favor de la vida y de la danza que, al parecer, puede resultar un excelente antídoto aplicado a heridas que no se cierran fácilmente.

Está  protagonizada por el actor francés François Berléand y   cuenta con la participación especial de la artista multidisciplinar La Ribot quien, además de dirigir la coreografía, se estrena como actriz.

“Nuestro último baile” nos habla de Germain, un jubilado de 75 años y espíritu jovial que intenta reconstruir su vida tras el fallecimiento repentino de su esposa. Los hijos no se lo pone fácil y tratan de sobreprotegerle con visitas inesperadas, llamadas incesantes y pilas de fiambreras con comida  en la nevera… Aunque él tiene claro su objetivo, que no comparte con el resto de la familia, y que no es otro que intentar cumplir la promesa que hace tiempo intercambió con su esposa, lo que le meterá de lleno en un mundo hasta ahora completamente ajeno a sus intereses: el de la danza, una actividad  nada fácil, sobre todo cuando nunca se ha practicado anteriormente.

Comedia agridulce, tierna y sensible,  que no habla de la muerte sino de la vida y de envejecer bien,  es una metáfora en la que la danza cumple con su papel más ancestral, el de expresión silenciosa de los estados anímicos y contribuir a exorcizar las penas.

Con sentido del humor, el protagonista lo vivirá en carne propia, irá renaciendo –“se pondrá al paso del otro (hermosa definición del duelo” Jérôme Garcin, L’Obs)-  a medida que avanza el proceso de creación de un ballet contemporáneo, que interpretan aficionados de ambos sexos y con distintas motivaciones y dirige María Ribot, renombrada coreógrafa madrileña que se interpreta a sí misma.

 

(1) “Nuestro último baile” se encuentra en la cartelera madrileña a partir de hoy, viernes 15 de marzo de 2024.

 

 

 

 “Una última danza que conmueve y seduce”



« Nuetstro último baile” (“Lasr Dance”), comedia vitalista serie B que cuestiona la forma en que la sociedad globalizada trata a sus mayores, Premio del Público en el Festival de Locarno dirigida por la realizadora suiza residente en Bélgica Delphine Lehericey (“El Horizonte”), es un alegato en  favor de la vida y de la danza que, al parecer, puede resultar un excelente antídoto aplicado a heridas que no se cierran fácilmente.

Está  protagonizada por el actor francés François Berléand y   cuenta con la participación especial de la artista multidisciplinar La Ribot quien, además de dirigir la coreografía, se estrena como actriz.

“Nuestro último baile” nos habla de Germain, un jubilado de 75 años y espíritu jovial que intenta reconstruir su vida tras el fallecimiento repentino de su esposa. Los hijos no se lo pone fácil y tratan de sobreprotegerle con visitas inesperadas, llamadas incesantes y pilas de fiambreras con comida  en la nevera… Aunque él tiene claro su objetivo, que no comparte con el resto de la familia, y que no es otro que intentar cumplir la promesa que hace tiempo intercambió con su esposa, lo que le meterá de lleno en un mundo hasta ahora completamente ajeno a sus intereses: el de la danza, una actividad  nada fácil, sobre todo cuando nunca se ha practicado anteriormente.

Comedia agridulce, tierna y sensible,  que no habla de la muerte sino de la vida y de envejecer bien,  es una metáfora en la que la danza cumple con su papel más ancestral, el de expresión silenciosa de los estados anímicos y contribuir a exorcizar las penas.

Con sentido del humor, el protagonista lo vivirá en carne propia, irá renaciendo –“se pondrá al paso del otro (hermosa definición del duelo” Jérôme Garcin, L’Obs)-  a medida que avanza el proceso de creación de un ballet contemporáneo, que interpretan aficionados de ambos sexos y con distintas motivaciones y dirige María Ribot, renombrada coreógrafa madrileña que se interpreta a sí misma.

 

(1) “Nuestro último baile” se encuentra en la cartelera madrileña a partir de hoy, viernes 15 de marzo de 2024.

 

 

miércoles, 13 de marzo de 2024

“Imaginary”, el horror encarnado en un oso de peluche


Los amigos imaginarios ¿son realmente producto de la imaginación infantil o esconden algo más terrorífico? Esta es la pregunta que flota en el ambiente de la película “Imaginary”, historia de terror dirigida por Jeff Wadlow (“Verdad o reto”, “Con un par”, “Rompiendo las reglas”), protagonizada por DeWanda Wise (“Juraddic World”, “Dominion”, “Nola Darling”), Tom Payne (“Prodigal Son”, “The Walking Dead”), Taegan Burns (“Somos los mejores”, “Una nueva era”), la actriz mexicana Verónica Falcón (“Reina del Sur”, “Ozark”), Betty Buckley (“Carrie”, “Split”) y la joven Pyper Braun (“Superkitties”, “Desesperation Road”)  como Alice, la niña encariñada con el osito Chauncey.

La película sumerge al espectador en un ambiente inquietante a partir del momento en que Jessica, una mujer joven, regresa a la casa de su infancia. Allí, Alice, su hijastra, demuestra una atracción extraña por un oso de peliche que encuentra en el sótano, y al que llama Chauncey, que fue el amigo imaginario de sus juegos infantiles.

Mientras la pequeña juega con el oso, del que no quiere separarse, su comportamiento empieza a cambiar hasta volverse realmente siniestro, como si el peluche estuviera dotado de una oscura consciencia,  lo que lleva a la conclusión de que Chauncey es algo más que un simple juguete.

“Imaginary” (1)  es una historia de posesión clásica por la que desfilan una serie de personajes “típicos del género, como la hermana mayor escéptica, la psiquiatra infantil, y la especialista en ciencias ocultas, un equipo que intentará desentrañar el misterio de Chauncey y proteger a la pequeña”.

 

( 1) « Imaginary » se estrena en los cines de Madrid el 15 de marzo de 2024.

“Stella: víctima y culpable”, historia de una joven judía convertida en delatora para los nazis

« Solo la complicidad de todo un pueblo hizo posible el asesinato de millones de judíos” (del guión de Stella).

 

 

 


Stella, una joven judía alemana, crece en Berlín durante el régimen nazi. A pesar de todas las medidas represivas, sueña con una carrera como artista y cantante de jazz en Broadway. Cuando se ve obligada a pasar a la clandestinidad en febrero de 1943, su vida se convierte en una tragedia.  Capturada y torturada por la Gestapo, dercidió traicionar a su pueblo para salvarse a sí misma, y a sus padres de la deportación a Auschwitz, convirtiéndose en una "caza judíos”. En un mundo inmoral y sin reglas, aprendió a proteger sus propios intereses en busca de su propia identidad. Entre 1943 y el final de la Segunda Guerra mundial, entregó a cientos de judíos a la Gestapo. En contra de sus previsiones, sus padres murieron en Auschwitz. Al acabar la guerra fue detenida por los rusos y pasó diez años en un campo de internamiento, lo que le valió para quedar en libertad cuando fue juzgada en Berlín. Tras un intento fallido, se suicidó en 1994.  Tenía 72 años.

En « Stella, víctima y culpable » -Premio del Público-Biznaga de Plata a la Mejor película “Mosaico Panorama Internacional” en el Festival de Málaga-  la joven cantante que sueña con una vida de glamour en Estados Unidos, vive con sus padres en Berlín y trabaja en una fábrica de armamento donde, igual que todos sus colegas judíos, tiene que aguantar un trabajo extenuante y obedecer consignas. En un intento desesperado por escapar a lo peor, se pasa al campo enemigo y sobrevive denunciando a otros judíos.

 

Es una historia real y terrible, una página negra de la historia de Alemania: Stella Goldschlag, cantante de jazz en el Berlín de finales de los años 1930, judía rubia y con ojos azules, sobrevivió al régimen nazi cuando, tras ser detenida y torturada, aceptó lo inaceptable y empezó a colaborar con los nazis denunciando a judíos que estaban viviendo en clandestinidad, a sus conocidos, a sus amigos…|En los años 1990, el periodista alemán Peter Wyden, judío berlinés que fue en su día compañero de instituto de Stella, relató por primera vez su historia. En 2020 se publicó lo que acabaría convirtiéndose en un Bestseller: “Stella” de Takis Würger, aunque el autor  fue duramente criticado por haber hecho una novela kitsch sobre el Holocausto.

 

El realizador alemán Kilian Riedhof (« No tendréis mi odio », sobre el atentado terrorista islamista  que tuvo lugar en la sala Bataclán de Paris, el 13 de noviembre de 2015, en el que murieron 131 personas y 415 resultaron heridas) no condena a la protagonista, la considera la última víctima de Hitler. Pero sí plantea varios interrogantes al espectador: en primer lugar que habríamos hecho cada de nosotros en el lugar de Stella y, al mismo tiempo, cuanto de preocupados nos sentimos ante el inquietante despegue de la extrema derecha en toda Europa.

“Stella, víctima y culpable” (1) –víctima y verdugo-  es un drama histórico, una tragedia, una película sobre la culpabilidad y un retrato estremecedor de quien fue una de las más importantes colaboradoras de la Gestapo en el Berlín de la guerra, y sus comportamientos ambivalentes hasta llegar al punto de no retorno, interpretado magistralmente por la alemana Paula Beer (“Ondine”, “Frantz”, “El canto del lobo”, “El cielo rojo”), una mujer entregada al personaje –tan complejo como execrable-  con un rostro que llena la pantalla y eclipsa al resto de personajes que le acompañan en el relato y que, como confiesa ella misma, “no tuvo nunca una vida normal”.  La actriz ha confesado que el myor reto consistió en superar el rechazo que le inspiraba el personaje en un primer momento.

« En sus mejores momentos, la película plantea un interrogante moral sobre la cuestión de la supervivencia en condiciones extremas, apoyándose en la interpretación de Paula Beer, que compone un personaje a la vez luminoso, carismático y glacial ». (Cahiers du Cinéma)

 

(1) “Stella, víctima y culpable” estará en los cines madrileños a partir del viernes 15 de marzo de 2024.