Con ocasión del Día internacional
de lucha contra la violencia de género, el pasado 25 de noviembre de 2016, el
semanario digital francés Acrimed (Action, critique, médias) publicaba las once
recomendaciones elaboradas por el colectivo “Prenons la une” (Tomemos la
primera página) a seguir en el tratamiento mediático de este tipo de casos.
“Prenons la une” es un “colectivo
de mujeres periodistas para una justa representación de las mujeres en los
medios de comunicación y la igualdad profesional en las redacciones”. El
documento elaborado por el colectivo, y firmado hasta el momento por una decena
de medios de comunicación franceses -France Télévisions y France Médias Monde,
France info, France inter, Mediapart, L’Humanité, Elle, Causette, Libération,
Les Nouvelles News, Alternatives économiques- pretende que esas recomendaciones
permitan dar un tratamiento periodístico lo más justo posible a los casos de
violencia contra las mujeres.
Tras publicar las cifras de mujeres
que anualmente sufren la violencia de su pareja o ex pareja, así como de las
que son víctimas de violación, Acrimed recuerda que la violencia de género es
un hecho social.
Estas son las recomendaciones (nota
del traductor: tener en cuenta que las referencias al código son francesas, así
como la definición de violación y las cifras que aparecen en estas
recomendaciones):
1
– Desterrar los términos “crimen pasional” y “drama familiar”. Ambos minimizan
el acto del agresor considerando que actúa llevado por el amor y la pasión. Si
el abogado de la defensa o la policía utilizan estos términos, el periodista
debe escribirlos entrecomillados y presentarlos como el argumento de una de las
partes. Como periodistas, preferimos los términos “asesinato conyugal” o
“asesinada por su pareja”.
2
–Cuando un proceso está en curso usar los términos jurídicos consagrados
(“querellante”, “parte civil”). Si no existiera querella (y por tanto término
jurídico consagrado), es preferible hablar de “víctima declarada” o “acusadora”
mejor que “presunta víctima”, que pone en duda la palabra de la víctima.
3
– Descartar los verbos “confesar” y “reconocer” cuando se habla de las
declaraciones de una víctima. Escribir o decir “confiesa haber sido violada” da
a entender que la víctima ha jugado un papel en la agresión, y que existe una
forma de culpabilidad. Preferir las expresiones “fue violada” o “sufrió una
violación”.
4
– No confundir “acoso sexual”, “agresión sexual” y “violación”. Los dos
primeros son delitos. La violación es un crimen definido en el código penal
como “todo acto de penetración sexual, de cualquier naturaleza, cometido en la
persona de otro mediante violencia, imposición, amenaza o sorpresa”. Las penas
no son las mismas para los tres casos, y emplear el término “agresión sexual”
para describir una violación la minimiza.
5
– Evitar precisiones sobre la ropa o las costumbres de la víctima que puedan inducir
a pensar que pudiera ser responsable de la agresión. Aunque se trate de
informaciones facilitadas por la instrucción o la fiscalía, no tienen el mismo
significado cuando las escribe o pronuncia un periodista. Conviene estar
atentos y utilizar “comillas”. Recordamos que, según el derecho, el hecho de
que la víctima esté borracha en el momento de los hechos es una circunstancia
agravante para el agresor.
6
– No dar consejos ni lecciones como “no salir de noche” o “ser discreta”. Las
mujeres no son responsables de la violencia que padecen.
7
– Proteger la identidad y la dignidad de la víctima. Revelar su identidad puede
ponerla en grave peligro. Los periodistas pueden referirse a los testimonios de
las víctimas de violencia únicamente cuando ellas no se encuentran en situación
de emergencia, o bajo la influencia de todo tipo de presiones externas.
8
– Destacar, siempre que sea posible, el contexto que ha precedido a un
asesinato conyugal o a un intento de asesinato. Con frecuencia, estos
homicidios forman parte de una larga serie de violencias padecidas por la
víctima.
9
– Tratar el asesinato conyugal y la violencia sexual como un problema de la
sociedad, y no solamente como un suceso. Es pertinente recontextualizar,
recordando el número de asesinatos conyugales y/o de violencias conyugales o
sexuales de cada año. De media, 216.000 mujeres al año son víctimas en Francia
de violencia cometida por su actual o anterior pareja.
10
– No olvidar que las mutilaciones, y entre ellas la escisión, está considerada
por Naciones Unidas como una violación de los derechos de las niñas y las
mujeres. Se recomienda recordarlo.
11
– En la medida de lo posible, recordar el teléfono nacional de referencia para
la escucha y orientación de las mujeres víctimas de violencia
(Traducción Mercedes Arancibia)