viernes, 31 de enero de 2020

La Berlinale retira el Premio Alfred Bauer por el pasado nazi de su primer director

Alfred Bauer

Les organizadores de la Berlinale, el Festival Internacional del Film de Berlín, que cada año inaugura la temporada y que en 2020 se celebrará del 20 de febrero al 1 de marzo, han anunciado el 30 de enero que retiran del palmarés el Premio Alfred Bauer, uno de los más prestigiosos glardones que lleva el nombre del antiguo director de la muestra, tras conocer las revelaciones sobre su pasado nazi.

Una investigación del semanario Die Zeit "arroja nuevas luces sobre el papel de Alfred Bauer, el primer director del Festival Internacional de Berlí, en la política cinematográfica de los nazis », se puede leer en la página de Facebook de los organizadores del Festival.  "La Berlinale retira el Premio Alfred Bauer con efecto inmediato », añaden cuando  ultiman los preparativos de la 70 edición del festival que se inaugurará el próximo 20 de febrero. 

Según el artículo publicado en Die Zeit, que se apoya en investigaciones minuciosas llevadas a cabo en los Archivos Nacionales, Alfred Bauer, fallecido en 1986, que fue director de la Berlinale durante un cuarto de siglo (1951-1976), había sido un alto responsable del organismo cinematográfico de propaganda creado por el ministro de Hitler Joseph Goebbels. Miembro del partido nazi NSDAP, fu también "un ferviente SA", (mimbro de una organización paramilitar del régimen nazi). Bauer jugó también un papel importante en la vigilancia de  actores, realizadores y otros miembros  de la industria cinematográfica durante el Tercer Reich.

Según Die Zeit, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Bauer se dedicó a borrar todas las huellas de su pasado nazi, llegando a intentar hacer creer que había sido opositor del nazismo. En 1951, cuando la Berlinale se convirtió en uno de los más importantes festivales  del mundo, junto a Cannes y Venecia, fue nombrado director del Festival. El Premio Alfred Bauer, que hasta ahora entregaba el jurado internacional, presidido este año por el actor británico Jeremy Irons, iba destinado a una película que “abriera nuevas perspectivas en el arte cinematográfico”. Lo recibieron, entre otros, el realizador chino Zhang Yimou, en 2003, por “Hero” y el francés Alain Resnais, una de las figuras de la nouvelle vague, en 2014, por “Amar, beber y cantar”


75 Aniversario de la liberación de Auschwitz: un tapiz monumental en la Unesco


Para conmemorar el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Auschwitz, Amnistía Internacional (AI) ha inaugurado un tapiz monumental que lleva el título de “El holocausto” en la Casa de  la Unesco, en París. Junto a los altos representantes de la agencia para la cultura de la ONU, han asistido a la ceremonia los miembros de AI France, François Croquette, Embajador para los Derechos Humanos y la Memoria de la Shoah y Bill Shipsey, fundador de Art for Amnesty.

El tapiz, de doce metros de largo –fruto de un trabajo de varios meses realizado por artesanos tejedores de los talleres franceses Pinton- permanecerá expuesto en París durante un mes, y después se trasladará a México, iniciando así un itinerario por los principales museos de la memoria y el arte del mundo.

El tapiz se ha realizado siguiendo « El Holocausto », fresco mural de Manuel Rodríguez Lozano, que “capta el dolor y la tragedia de las víctimas de violaciones de los derechos humanos y la guerra”. Una obra intemporal que refleja el mundo en que vivimos.
"Cuando se comete un genocidio se atenta contra el conjunto de los estados, contra toda la humanidad. Por consecuencia, todos los estados tienen la responsabilidad de prevenirlo, denunciarlo, hacer que cese y perseguirlo”, ha dicho en la ceremonia  Sylvie Brigot, Directora general de AI France.  “Este es también el sentido de la misión de AI desde su fundación en 1961: luchar contra la impunidad para prevenir que no vuelva a producirse ningún genocidio más ».


jueves, 30 de enero de 2020

«M» como Menahem, y como muchos otros niños abusados


Menahem Lang, quien fuera un niño prodigio con una voz maravillosa, violado en su infancia y adolescencia por al menos tres miembros de la comunidad de judíos ultraortodoxos de Bnei Brak, regresa quince años después, convertido ya en un famoso actor y cantante, en busca de los culpables, para intentar una confesión y una reconciliación, pero también para reencontrarse con un mundo que amó a pesar de todo, y en el que comprueba que nunca estuvo solo ni fue un caso especial.

“M” –que podrá verse este último fin de semana  de enero de 2019 en la Cineteca madrileña y tendrá un estreno oficial más adelante- es un documental valiente sobre un sistema basado en la opresión y la dependencia religiosa. La realizadora francesa Yolande Zauberman ha conseguido, para rodar el documental, ser la primera mujer en adentrarse en una comunidad religiosa exclusivamente masculina en la capital del judaísmo más ortodoxo, “en un particular #MeToo que desmonta todas las características” imperantes sobre la masculinidad más ultra.  Como un retroceso más allá de la Edad Media.

Al norte de Tel Aviv hay un suburbio llamado Bnei Brak, una ciudad llena de silencios y secretos, Es la capital del judaísmo más ortodoxo y también uno de los rincones más pobres de Israel. Una ciudad sin policías ni criminales donde todo lo arregla el rabino, donde se habla una lengua vernácula, el yiddish, que muchos creían desaparecida. Es la lengua de « M », el personaje cuyo nombre –Menahem- da título a la película. Su yiddish está salpicado de palabras y expresiones inglesas porque hace muchos años que abandonó el lugar. Y en esa mezcla de lenguas, en una playa de Tel Aviv, M habla a la cámara de Yolande Zauberman y le cuenta que en infancia de niño cantor fue violado por varios hombres respetados en la comunidad. A partir de aquí, M regresa al lugar de su infancia traumática en una especie de viaje psicoanalítico.

En las primeras escenas de la película, M comparte un taxi con Miss Trans Israel, a quien confiesa que siente una cierta  debilidad por los transexuales porque han tenido una vida parecida a la suya. Para convertirse en el cantante y actor que es en la actualidad, M tuvo qu abandonar la ciudad, dejar a su familia y transformarse físicamente: su cabeza afeitada y su ropa moderna llama la atención en ese mundo de ropajes negros, barbas, tirabuzones y enormes sombreros. En Bnei Brak hay dos mundos: el de los hombres, omnipresente, y el de las mujeres, ignorado y oscuro. M no pertenece a ninguno de ellos.

A lo largo de la noche M traba conocimiento con distintos personajes: en un cementerio conoce a un joven que está a punto de casarse, tiene miedo de no saber comportarse como se espera. En esa comunidad el erotismo es un pecado y el amor solo puede servir para la procreación. Hablan del placer y confiesan no fiarse, no entienden bien lo que la Torah dice sobre el asunto, especialmente en lo relativo a las mujeres, cuya sexualidad es un tabú y un misterio. Se encuentra también con antiguos compañeros, que apenas le reconocen, con los que entona canciones tradicionales, asiste a una boda en la sinagoga; el regreso a Bnei Brak, la ciudad donde tanto sufrió y en la que sus padres le condenaron “al exilio” por impuro,  es un peregrinaje por una infancia perdida y añorada.

Es una historia de rabia pero no de venganza, ni siquiera cuando, en las inquietantes calles  filmadas de noche por las que pasan furtivamente siluetas de hombres con traje negro y calcetines blancos,  M pide explicaciones a uno de sus violadores de veinte años atrás. El encuentro sirve para poner de manifiesto una práctica conocida e ignorada, en un ejercicio de omertà compartida por toda la comunidad: “Yo soy la boca de cien niños”, dice M.

La noche corre hacia la madrugada y, en ese universo totalmente desconectado del mundo contemporáneo,  de las sombras van surgiendo personajes que hacen confesiones alucinantes.

Como he leído en algún sitio “M es como la exploración de otro planeta”.

miércoles, 29 de enero de 2020

«Volando juntos», epopeya para un domingo en familia


Película familiar basada en hechos reales dirigida por Nicolas Vanier (“Belle et Sebastien”), “Volando juntos” (Donne-moi des ailes) está protagonizada por Jean-Paul Rouve ("C'est la vie!"), Mélanie Doutey ("Conexión Marsella") y adolescente Louis Vazquez, en el papel de Thomas, el chico que junto a su padre emprenderá un increíble viaje para salvar a unos gansos en peligro de extinción. 

Thomas, un chico obsesionado con los videojuegos, no quiere pasar unas vacaciones en plena naturaleza con su padre, Christian, un caótico científico ecologista dedicado al estudio de los gansos salvajes y sus procesos de migración. Sin embargo, padre e hijo se unirán en una aventura increíble: para salvar a una especie en peligro de extinción con la ayuda de un ultraligero emprenden juntos un viaje fascinante por los cielos de Europa.

Reconocido explorador y aventurero convertido en cineasta, Nicolas Vanier nos ofrece un relato naif de la infancia perdida que incluye científico despistado y utópico, niño que salta de los videojuegos y el uso continuado del teléfono móvil a la implicación en una causa de justicia ecológica, y excepcionales secuencias de las ocas salvajes recuperando su tradicional forma de emigración gracias a la tenacidad del padre y un amigo –otro cerebro, especie de desastroso Santa Claus- y a los deseos de aventura del niño.

“Volando juntos” es una película que “en modo boy-scout” reivindica los valores de que “todo es bueno” (más o menos, más bien más que menos): buenos sentimientos, una ética en el listón más alto, hermosísimos paisajes, actores que cumplen sin pasarse…Todo es correcto en esta lección de civismo a la que sobran algunos minutos de proyección. Sin ninguna duda habría sido mejor la idea inicial de rodar un documental sobre lo que fue una experiencia auténtica, porque al guión le sobra la ficción de esa familia feliz a pesar de todo.



Simon & Garfunkel celebran los cincuenta años de «Bridge Over Troubled Water» con un EP grabado en directo


Para celebrar el medio siglo de la canción  « Bridge Over Troubled Water” (“El puente sobre aguas turbulentas” en la traducción española), Simon et Garfunkel publican un EP (“extended play”, un disco más largo que un single y más corto que un álbum) grabado en 1969.

« Bridge Over Troubled Water » fue no solamente el mayor éxito en la carrera del dúo –ganó seis premios Grammy y vendió millones de copias en todo el mundo-, fue también el último álbum que grabaron como grupo. Después, ambos iniciaron sendas carreras en solitario, se reinventaron varias veces en las cuatro décadas siguientes (sobre todo para giras nostálgicas), e incluso sacaron un single en 1975; pero el álbum significó el punto y final de lo que la revista Rolling Stone considera “una colaboración creativa”.

Así que para celebrar este aniversario, que no se parece  ningún otro, la pareja Simon & Garfunkel ha editado un EP titulado « Simon & Garfunkel. Live at Carnegie Hall 1969”, que solo puede encontrarse en las plataformas de streaming, y que incluye versiones inéditas hasta la fecha de  « Bridge Over Troubled Water », « So Long, Frank Lloyd Wright », « The Boxer » y « Song for the Asking » grabadas en el Carnegie Hall de Nueva York en noviembre de 1969, dos meses antes de la publicación del mítico álbum: cuatro temas que fueron imprescindibles  durante toda la década de 1970, e incluso más allá

En 1983, después de una (una más) gira de despedida que resultó muy lucrativa, Simon y Garfunkel intentaron grabar una continuación de « Bridge Over troubled Water », pero de nuevo surgieron las viejas tensiones que periódicamente les mantenían separados porque Paul Simon consideró que el material –que relataba su tumultuosa relación con su mujer, Carrie Fisher, la celebérrima princesa Leia de Star Wars, fallecida en 2016- era demasiado personal para compartirlo con su viejo camarada, y las canciones aparecieron finalmente en el disco “Hearts and Bones”, otro más en solitario de Paul Simon.

La última vez que se pudo ver actuar al dúo fue en 2010, en un espectáculo homenaje al realizador Mike Nichols (“El graduado”, “Primary Colors”, Closer”), organizado por el American Film Institute. 


martes, 28 de enero de 2020

“Mi gran pequeña granja”: como transformar un secarral californiano en una granja


 Contada así, la historia parece una fábula ingenua. Pero lo cierto es que demuestra los beneficios de la agricultura ecológica” (Télérama)

La película – documental tan “arreglado” que llega a parecer ficción, y que aspira al Oscar que conoceremos esta misma semana- cuenta la casi increíble historia de John y Molly Chester, una pareja de “modernos” (los franceses dirían “bobos”: bohemios-burgueses)  que abandonan la ciudad para realizar el sueño de su vida: transformar un secarral californiano en  una granja donde cosechar en armonía con la naturaleza. La pareja, que soñaba con una “granja libre donde criar a los niños”, compró 80 hectáreas de tierras abandonadas que habían dejado de ser fértiles a causa de los monocultivos de alrededor y sus abonos, y durante varios años estuvo restableciendo el ecosistema gracias a la ayuda de un voluntario que lamentablemente falleció antes de ver coronada la aventura por el éxito.

“El tono vulgarizador, la imaginería bucólica y los encantadores animales”  que acaban poblando la granja –ovejas, patos, cerdos, gallinas y por encima de todo el perro Todd, en la práctica el alma del proyecto, todos dignos de una película de Disney- ayudan a convertir la película en una estimulante lección de “ecorresponsabilidad”, al ofrecer una visión positiva de esa “otra vida posible”. ¡Lástima que la necesidad de demasiados miles de dólares haga prácticamente imposible el cambio de paradigma que propone la pareja estadounidense de los Chester en este documental que en otros países se ha estrenado con el título de “Todo es posible!  Que ellos lo hayan conseguido es, en todo caso, un aliciente para futuros utópicos.

Se agradece que la película haya huido del tono moralizador y se limite a enseñar la evolución del proyecto, sin ahorrarnos algunos de los fracasos que encontraron, especialmente en los primeros años: los pájaros que destrozaban los melocotones, los coyotes que mataban más gallinas y patos de los que podían comerse, los caracoles que dejaban las ramas de los árboles desnudas…Empezando por la revitalización de un suelo agotado, los Chester y su equipo de amigos, financieros  y voluntarios, trabajaron durante una década para restablecer un ecosistema completo, a base de cultivar variedades diferentes (hasta 74 tipos de frutales ) y criar diversas razas de animales “comestibles”.

Y se agradece también que, a pesar de ser lo más parecido a un hermoso cuento de navidad en el que todo termina bien, la película “Mi gran pequeña granja” nos muestre la complejidad de la naturaleza como otras tantas metáforas sobre la forma de vivir y de encarar los obstáculos, precisamente en el momento que la tecnología se está adueñando de todo y planifica la vida de las generaciones actuales, y las futuras. Porque de esta manera, el cuento sirve también para reflexionar.

sábado, 25 de enero de 2020

El tribunal Internacional de Justicia ordena a Birmania de impida el genocidio de los rohinghyas

Aung San Suu kyi, de víctima a verdugo

El tribunal Internacional de Justicia, con sede en La Haya y presidido por el juez Albulqawi Ahmed Yusuf, ha ordenado a Birmania que adopte « todas las medidas » que estén en su mano para impedir un eventual genocidio de los rohinghyas, minoría musulmana del país que carece de derechos frundamnentales, entre ellos el de poseer  documentación y el derecho a la educación, y que en los dos últimos años se ha visto obligada a emigrar al vecino Bangla Desh, donde más de 700.000 rohinghyas viven en campamentos de fortuna, huyendo del acoso, persecución y matanzas generalizadas: 

“Bimania debe adoptar todas las medidas que estén a su alcance para impedir la comisión de los actos mencionados en el artículo 2 de la Convención, entre ellos los asesinato de miembros del grupo, atentados graves a la integridad física o mental de miembros del grupo y la sumisión intencionada del grupo a condiciones de existencia que provoquen su destrucción física, total o parcial”.

En diciembre de 2019, la jefe del gobierno birmano y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi –quien durante cerca de  veinte años sufrió persecución, cárcel y residencia vigilada del anterior régimen militar- defendió a su país rechazando las acusaciones de que el ejército birmano había actuado en 2017 contra los rohinghyas “con intenciones genocidas” aunque admitió que se habían cometido “crímenes de guerra”.


viernes, 24 de enero de 2020

LA CRISIS CLIMÁTICA SERÁ DECISIVA PARA LA CONCESIÓN DE ASILO POLÍTICO

Ioane Teitiota, ciudadano de Kiribati

En una decisión que ya ha sido calificado de histórica, el Comité de Derechos Humanos de la ONU acaba de establecer que para plantearse expulsar a solicitantes de asilo, a quienes no se les conceda ese derecho, deberán tenerse en cuenta las violaciones de los derechos humanos causados por la crisis climática. Es una información del boletín semanal de Amnistía Internacional France (AI).

La decisión  se ha adoptado en relación con el caso de Ioane  Teitiota, ciudadano de Kiribati, un país situado en el Océano Pacífico, que denunció al gobierno neozelandés ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU en febrero de 2016, porque las autoridades neozelandesas rechazaron en septiembre de 2015 su demanda de asilo en tanto que “refugiado climático”, y le devolvieron a su país de origen. 

Ioane Teitiota argumentó que se había visto obligado a emigrar a Nueva Zelanda, junto con su familia, a causa de las dificultades motivadas en su país por la crisis climática que, entre otras cosas, le planteaba graves problemas para conseguir agua potable. Cuando expiró su visado, en 2010, se planteó solicitar asilo político, lo que le fue denegado tras varios años de trámites burocráticos. Fue entonces cuando acudió al Comité de los Derechos Humanos argumentando que, devolviéndole a Kiribati,  Nueva Zelanda había violado su derecho a la vida recogido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.  Aunque el Comité ha considerado que la expulsión de la familia Teitiota no fue ilegal, porque no existía un peligro inmediato para la vida de sus miembros, ha reconocido que los desarreglos climáticos representan una amenaza grave para el derecho a la vida.  

Se trata de una decisión de alcance internacional que marca un precedente mundial y podría influir en los próximos recursos que se presenten alegando el cambio climático como causante de violaciones del derecho a la vida. La información de AI previene de que las islas del Pacífico serán los primeros países afectados por problemas de migración debidos al cambio climático: “La altitud de las tierras en países como Kiribati o Tuvalu no pasa de uno o dos metros sobre el nivel del mar. La población e esos lugares está expuesta a graves consecuencias debidas a la crisis climática, incluido el acceso restringido a tierras habitables, al agua dulce y a algunas actividades de subsistencia”.


miércoles, 22 de enero de 2020

“Aguas oscuras” de Todd Haynes, David contra Goliath

Es una historia real: la de una comunidad estadounidense en la que aparecieron un número anormalmente alto de cánceres, provocados por la fábrica local de la multinacional química DuPont. Es también la historia de un abogado idealista que, de defensor de empresas y en contra de la voluntad del despacho en el que está empleado, se convierte en defensor de las víctimas de una gran corporación, intenta que se conozca  la verdad, la fábrica reconozca su culpa e indemnice a las víctimas, arriesgando una carrera que empezaba a brillar, y poniendo en peligro su vida familiar.

Podría ser « Erin Brockovich », la magnífica película de Steven Soderberg con la que la actriz Julia Roberts consiguió el Oscar a la Mejor Interpretación femenina en 2000. Pero no, es “Aguas oscuras” (Dark Waters), casi un biopic dirigido por Todd Haynes (“Carol”, “El museo de las maravillas”), en el que el gran actor Mark Ruffalo (“Begin Again”, “Avngers: Endgame”) produce la película y da vida a Robert Billot, un abogado de Cincinatti que se hace cargo del caso de un granjero de Parkersburg, en Virginia Occidental, convencido de que sus 190 vacas han muerto a causa de los agentes contaminantes vertidos en el río por la filial de DuPont.

Recordemos, para saber de qué hablamos, que la multinacional comercializó durante años aquel invento llamado Teflon que recubría muchos de nuestros utensilios de cocina. Tras un proceso que duró casi dos décadas, en febrero de 2017 las partes llegaron al acuerdo de que DuPont pagara un total de 671 millones de dólares, a repartir entre los 3.500 reclamantes, y no reconociera ninguna otra responsabilidad. Sepamos, aunque ya no tenga remedio, que en los últimos minutos de la proyección nos informan de que más del 90% de los seres vivos del planeta (es decir, plantas, animales y seres humanos) incluye entre las substancias que arrastra y lega con su sangre alguna molécula procedente de aquellos vertidos que DuPont llevó a cabo durante años y que, naturalmente, acabaron en los océanos y en la cadena alimentaria.

Completan el reparto de esta película más interesante que original, Anne Hathaway (Oscar a la mejor secundaria en 2012 por “Los miserables”, “El diablo se viste de Prada”, “Ocean’s 8”), Tim Robbins (Oscar en 2003 por “Mysric River”, “La guerra e los mundos”), Bill Camp (“Birdman”, “12 años de esclavitud”), Víctor garber (“Sicario”), Mare Winningham (“Philomena”) y Bill Pullman (“Independence Day”, “El protector”).

Si la historia, y la narración, reproducen casi fielmente las estructuras de “Erin Brockovich”, el resultado final es algo inferior. Sin negar en absoluto que se trata de un tema realmente importante, hecho con las mejores intenciones y el convencimiento más sincero acerca de la justicia de las reclamaciones de los habitantes de la zona, hay que reconocer que Mark Ruffalo no ha hecho aquí su mejor interpretación, y que el realizador tampoco ha sabido imprimir el dinamismo que reclamaba la historia, que puede llegar a provocar somnolencia.

jueves, 16 de enero de 2020

“La inocencia” de Lucía Alemany: juventud divino tesoro


Opera prima de Lucía Alemany con Laia Marull, Sergi López, Joel Bosqued y la joven promesa Carmen Arrufat es una película fresca y sincera, un drama optimista sobre la adolescencia, que respira libertad y aborda con naturalidad temas reales.
 Lis, es una adolescente que sueña con convertirse en artista de circo y salir de su pueblo, aunque sabe que para conseguirlo tendrá que pelearlo duramente con sus padres. Es verano y se pasa el día jugando en la calle con sus amigas y tonteando con su novio, unos años mayor que ella. La falta de intimidad y el chismorreo constante de los vecinos obligan a Lis a llevar esa relación en secreto para que sus padres no se enteren. Pero acaba el verano y Lis descubre que está embarazada

"La inocencia" parte de la experiencia personal de su directora, que regresa a la pequeña localidad de Traiguera (Castellón) para contar sus años de adolescente. Escenarios reales, mucha improvisación y actores –profesionales y no- que se desenvuelven con soltura entre verbenas, procesiones y encierros. Cualquiera que haya pasado la infancia en un pueblo se sentirá familiarizado con el argumento de esta película, donde son más las cosas prohibidas que las que se pueden llevar a cabo. Conservadurismo, maledicencia, nada que no sea el pan nuestro de cada día en la microsociedad que es un pueblo, por turístico y “abierto al mundo” que se pretenda.

Fácilmente reconocibles ese padre tirando a bruto que al final hace siempre lo que quiere su mujer, y esa madre, herida en lo que considera su fracaso, que reacciona de la única manera posible entre personas civilizadas: con la solidaridad de género que se le supone. Y esa niña que, de la manera más inconsciente, se convierte en adulta de un día para otro, cuando ni siquiera he tenido tiempo de estrenar sus ilusiones.

Lo mejor de todo, la espontaneidad de la protagonista, Carmen Arrufat, un descubrimiento.



miércoles, 15 de enero de 2020

«El reflejo de Sibyl», de Justine Triet: donde se confunden realidad y ficción


“El reflejo de Sibyl”, tercer largometraje de la cineasta francesa Justine Triet (“La batalla de Solferino”, “Victoria”), y segunda colaboración de la realizadora con la actriz belga Viginie Efira (“Victoria”, “Un hombre de altura”), es una de esas producciones de historias dentro de otras historias, en un juego de espejos  que simultanean drama, comedia y romance, hacen fluir realidad y ficción y confunden presente y pasado. Completan el reparto Adéle Exarchopoulos (“La vida de Adéle”), Gaspard Ulliel (“Un pueblo y su rey”) y Sandra Hüller (“A la vuleta de la esquina”).

Esta Sibyl quiere abandonar su trabajo como psicoanalista para dedicarse a escribir novelas. Pero la llegada de una nueva paciente, Margot (Adéle Exarchopoulos) , una actriz de cine inmersa en un gran conflicto personal (en pleno rodaje acaba de enterarse de que está embarazada del protagonista, que es la pareja de la realizadora), van a impulsar a la terapeuta a usarla como inspiración para escribir su propia historia, un mundo poroiso en el que se confunden realidad y ficción, y el vértigo es una amenaza constante.

Retrato de una mujer explosiva, en « El reflejo de Sibyl » Justine Triet y Arthur Harari,  coautores del guión y padres de una niña, tejen una historia compleja a base de transgresiones, juegos de máscaras y de dobles, que interpreta un coro de buenos actores. 
Una primera parte nos introduce en la vida cotidiana urbana; la segunda nos traslada a un rodaje caótico, en la isla de Stromboli, donde la directora (Sandra Hüller, acaba de enterarse de la infidelidad de “su hombre y su actriz”) se encuentra en plena crisis de nervios.  




martes, 14 de enero de 2020

«Pavarotti”: homenaje de Ron Howard a un tenor excepcional


En el documental “Pavarotti”, el realizador Ron Howard  (“Una mente maravillosa”, “El código Da Vinci”, dos películas ganadoras de un Oscar) traza un retrato íntimo del tenor italiano que sacó la ópera de su reducto elitista y se convirtió en una auténtica estrella mundial de la canción.

Presentado los tres aspectos fundamentales de esta personalidad grandiosa –la voz, el hombre y la leyenda- y combinando una serie de actuaciones muy personales con imágenes inéditas, la película consigue enseñar toda la humanidad del “cantante de ópera más querido de todos los tiempos”, el que será siempre considerado como “el tenor del pueblo”. Un artista inclasificable, el mejor en su género, y también una personalidad excepcionalmente generosa, famoso por sus proyectos para poner la ópera al alcance del mundo entero y por apoyar causas humanitarias.

“Algunos pueden cantar ópera, Pavarotti era la ópera”. Con estas palabras, el cantante irlandés Bono, del grupo U2, rendía homenaje a su amigo italiano, con el que había colaborado en varias ocasiones, tanto en conciertos como en álbumes grabados con fines filantrópicos. Plenamente consciente de su talento, enamorado del canto lírico y llevado por el imperativo de democratizarlo, de ponerlo al alcance de todos sacándolo del reducto privado al que estaba destinado desde sus orígenes, colaboró con grandes estrellas del rock para llevarlo a los grandes estadios y protagonizar grandes giras mundiales, hasta el punto de que su sinceridad le jugó malas pasadas convirtiéndole en un sujeto de la prensa más escandalosa: un revés de la moneda que también se vio obligado a asumir a partir de su divorcio y unión con quien había sido su secretaria.

Volviendo al documental, todo él es una interminable banda sonora impregnada de aquella voz impagable, recorriendo los diversos episodios de una vida que terminó demasiado pronto, en 2007. Hijo de un panadero melómano de Modena, sus primeras giras tuvieron lugar por la América rural. Surante os horas hacemos un baño de inmersión en el universo del cantante: el marido, el padre, el amante, el amigo, el personaje mimado por los medios… de “la bestia” en el escenario a la auténtica “estrella del rock” de los años 1990.

En una de las primeras escenas de “Pavarotti”, frente al objetivo de una cámara de vídeo no profesional, el tenor responde a la pregunta: “En cien años, ¿cómo querrías que te recordaran?”.Respuesta: “Profesionalmente, como un hombre que acercó el arte lírico a las masas”. “¿Y como hombre?”. La respuesta – esta y todas las demás que pueda hacerse- las encontrará el espectador al final del documental. Después de asistir al irrepetible concierto de “Los tres tenores” en las termas de Caracalla.

lunes, 13 de enero de 2020

“La guerra de las corrientes” : Y la luz se hizo


«Señores, espero que hayan traído sus talonarios de cheques ». 
En un campo perdido en mitad de Nueva Jersey, Thomas Edison está fanfarroneando. En un momento dado, hace un chasquido con los dedos y se encienden decenas de bombillas colocadas en torno a él. Se diría que es magia, pero es solo la electricidad. Estamos en 1880 y la electricidad todavía no es una realidad, tan solo una promesa.
« La guerra de las corrientes », un título que responde exactamente a la realidad, nos cuenta la guerra mantenida a finales del siglo XIX entre Thomas Edison y George Westinghouse por la corriente eléctrica. Mientras el primero era un inventor que apostaba por la corriente continua, el segundo era un pragmático hombre de negocios que veía que la corriente alterna podía transportar la electricidad mucho más lejos y alumbrar ciudades enteras. Y, como en la guerra está permitido casi todo, Edison intentaba convencer a la opinión pública de que no se conocían todos los peligros que podía representar la corriente alterna.
Historia épica de inventores e inventos que han sido grandes pasos para la humanidad, “La guerra de las corrientes”, producida por Martin Scorsese y dirigida por el texano Alfonso Gómez-Rejón (“Yo y Earl”), tiene dos protagonistas de idéntico nivel: Benedict Cumberbatch (“The imitation game”, “Sherlock”) y Michael Shannon (“Animales nocturnos”, “Revolutionary Road”), en los papeles de Edison y Westinghouse, y unos cuantos buenos actores en los papeles secundarios(Katherine Waterston, Tom Holland, Matthew Macfadyen, Nicholas Hoult…).
Episodio importantísimo en el progreso de la humanidad, “La guerra de las corrientes” nos habla de la competencia feroz entablada entre los dos personajes y quienes les apoyaron: JP Morgan en el caso de Edison, juntos deslumbraron al mundo iluminando toda Manhattan; y Nikola Tesla, que ayudó a Westinghouse a destapar los fallos que tenía la corriente continua de Edison.
En resumen, una instructiva lección de historia.


sábado, 11 de enero de 2020

“1917” una gran película como homenaje a una Gran Guerra

Reciente ganadora de dos Globos de Oro –a la mejor película y al mejor director, el británico Sam Mendes (“American Beauty”)- “1917” es una historia épica que transcurre durante la Primera Guerra Mundial. Un puñado de excelentes actores -George MacKay (“Captain fantastic”), Dean-Charles Chapman “Juego de tronos” TV), Mark Strong (“El caso Sloane”), Andrew Scott (“Sherlock”), Richard Madden (“Rocketman”), Colin Firth (“El discurso del rey”) y Benedict Cumberbatch(“Star Trek: en la oscuridad”)- encabezan el reparto de un fresco histórico que transcurre por las cenagosas trincheras de la última película de un conflicto que acaba de cumplir cien años.

Atrapados en el crudo invierno   de la Primera Guerra Mundial, Schofield y Blake, dos jóvenes soldados británicos reciben el encargo que una misión a todas luces imposible. Portadores de un mensaje destinado a impedir un ataque devastador y la muerte de un regimiento de 1600 soldados –entre los que encuentra el hermano mayor de Blake, teniente en otra compañía-, se lanzan tras las líneas enemigas en una auténtica carrera contra reloj.
Con unas imágenes impresionantes, una magnífica interpretación de los dos jóvenes soldados británicos, y una historia cargada de detalles que se aguantan con dificultad, esta película que no dejará a nadie indiferente es un homenaje al soldado desconocido, un reconocimiento de la odisea que vivieron miles de europeos en los albores del siglo XX, cuando la guerra era cosa de trincheras cenagosas y mantas pulgosas, objetivos que se movían, misiones equivocadas y lucha cuerpo a cuerpo. Y es también, pretendiéndolo, una denuncia de la inutilidad de las guerras.

Sobre la base de una historia que le contó su abuelo, Alfred Mendes, quien combatió durante dos años en Flandres durante la Gran Guerra, “1917” es un relato de guerra con la particularidad de que se ha montado como si se tratara de un único plano-secuencia, peculiaridad que la consagra como una de las grandes películas de guerra de los últimos años, y a nosotros nos mete de lleno en una aventura intensa que tiene dos metas: la supervivencia y el heroísmo. De ver “1917 » se sale como si se hubieran vivido realmente las escaramuzas con los alemanes –tan perdidos como los británicos- en esos parajes donde todo, hasta el llanto de un bebé, parece llegar envuelto en el gris sucio de la trinchera anegada.
Con unas imágenes impresionantes, una magnífica interpretación de los dos jóvenes soldados británicos, y una historia cargada de detalles que se aguantan con dificultad, esta película que no dejará a nadie indiferente es, aunque no lo pretenda, un homenaje al soldado desconocido, un reconocimiento de la odisea que vivieron miles de europeos en los albores del siglo XX, cuando la guerra era cosa de trincheras cenagosas, objetivos qu se movían, misiones equivocadas y lucha cuerpo a cuerpo. Y es también, pretendiéndolo, una denuncia de la inutilidad de las guerras.


Tras la opción de una cámara que sigue a los personajes en tiempo “casi real”, “1917” no puede verse como un espectáculo clásico: hay que planteárselo como una historia de supervivencia extrema –una especie de cruce entre “The Revenant” y “Salvar al soldado Ryan”-, visceral y llena de sensaciones. Uno de los aspectos más fascinates de « 1917 » es su extremada precisión histórica, que se refleja en la elección de los menores detalles en la ropa, en los botones de los uniformes o en suelas de las botas,  así como la apasionada entrega de los dos jóvenes soldados –George McKay y Dean-Charles Chapman: sabemos que incluso sucios, perdidos o realmente heridos, seguirían interpretando unos personajes que se han apoderado de ellos como en el mejor juego de vídeo imaginable, para lo cual Sam Mendes se ha apoyado en la habilidad de un gran operador–Roger Deakins, Oscar a la mejor fotografía por “Blade Runner 2049”-; juntos han conseguido otro punto de vista sobre la Gran Guerra, un excelente trabajo en lo que puede ser “la película del invierno de 2020”



viernes, 3 de enero de 2020

Una plataforma de vídeo rompe los tabúes sexuales en Asia



Con 280.000 clientes, esencialmente homosexuales y lesbianas, la plataforma GagaOOLala ofrece más de mil películas, documentales y series a unos abonados que viven en países donde las normas morales y la censura dejan muy escaso lugar a los contenidos LGTBI en los medios de comunicación, según el artículo publicado en la web de FranceInfo Culture. “Con una comedia romántica sobre una azafata del aire lesbiana o una historia de amor en un spa gay, la primera plataforma LGTBI asiática traspasa las líneas rojas en una región donde imperan os valores tradicionales”.

Creado en Taiwan en 2017 por Jay Lin, un defensor de los derechos de los homosexuales de 46 años, el servicio de streaming de GagaOOlala llega a 21 territorios de la región, en algunos de los cuales la homosexualidad es un delito castigado con penas severísimas.e incluso la muerte. “Uno de los principales motivos para crear la plataforma –ha dicho  Jay Lin durante la presentación del servicio en el Foro Asia TVde Singapur- es el de combatir los muchos mitos y falsas ideas que la gente tiene sobre la comunidad LGTBI (…) No todos llevamos  una existencia trágica, somos padres, profesores, empresarios… ». Jay Lin vive en Taipei donde ha adoptado dos gemelos con su pareja.

La plataforma se promociona discretamente en las redes sociales, foros especializados y a través de “influencers” en internet. Jay Lin inició el catálogo de GagaOOLala con películas y vídeos occidentales, pero se  esfuerza con encontrar contenidos asiáticos, y para ello ha creado GOL Studios, que en 2019 ha producido una primera película tailandesa, otra  de contenidos lésbico en Japón y una coproducción hispano alemana (de la que, lamentablemente, el artículo de France Info Culture no da más información).  « Al ir creciendo hemos comprobado que muchos asiáticos quieren ver rostros asiáticos, ficciones asiáticas… historias que suceden en los países y ciudades que conocen”.

En mayo de 2019 Taiwan fue el primer país asiático  en legalizar el matrimonio homosexual. Pero la situación no es la misma en muchos de los países sdonde opera la plataforma. Lad relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están prohibidas en Singapur y Malasia, donde se castigan con bastonazos. En Brunei, un nuevo código penal, basado en la charia y aprobado en 2019, instaura la pena de muerte por lapidación para las relaciones entre personas del mismo sexo: el clamor internacional que provocó su aprobación ha conseguido que se aplique una moratoria, aunque no que se elimine.

Igualmente, en la región funciona la censura aplicada especialmente a las películas: en Malasia han cortado las escenas de sexo gay de Rocketman”, la película que cuenta la vida de Elton John, y en Singapur ha desaparecido un beso entre dos mujeres en la última “Star Wars”, recién estrenada.



jueves, 2 de enero de 2020

Hong Kong: las manifestaciones de 2019 continúan en 2020


Más de un millón de manifestantes desfilaron el 1 enero de 2020 por ls calles de Hong Kong y de nuevo se reprodujeron los enfrentamientos con la policía. El Frente Civil de los Derechos Humanos (FCDH), en un comunicado, asegura que de acuerdo con el “recuento efectuado a las 18h15 (hora local) y comparándolo con la marcha del 9 de junio de 2019, pensamos que la participación en la marcha de hoy ha rebasado el 1,03 millones de participantes de entonces”.

Según la información que hoy publica el diario francés L’Obs, la manifestación, organizada por el FCDH y autorizada,  se inició pacíficamente en las primeras horas de la tarde y los enfrentamientos se produjeron más tarde, en el barrio de Wan Chai: los manifestantes lanzaron cócteles Molotov y la policía respondió con gas es lacrimógeno y de pimienta. Algunos manifestantes, con máscaras y ropas negras, construyeron barricadas.

Una vez más, el objetivo de la manifestación era presionar al ejecutivo local, presidido por la gobernadora Carrie Lam, para  que se investigue el comportamiento de la policía, se organicen elecciones mediante un auténtico sufragio universal y se amnistíe a todos los detenidos desde el pasado junio : en torno a 6.500 personas de lasque un tercio tienen menos de veinte años.

« Es triste que en 2020 tengamos que seguir con las reivindicaciones de 2019 », dijo Jimmi Dham, del FCDH, dirigiéndose a la multitud que llevaba pancartas con las principales reivindicaciones: « Debemos prepararnos activamente para la lucha. Nos tememos que en el futuro habrá más represión ».  

La noche anterior, miles de personas salieron a las calkes , especialmente en Victoria Harbour frente al mar y el barrio de Lan Kwai, para festejar el cambio de año. En el barrio de Prince Edward fueron detenidos unos manifestantes que celebraban una vigilia a la luz de las velas.  Miles de manifestantes formaron kilómetros de cadenas humanas a través de la ciudad, entonando la canción “Glory to Hong Kong”, que se ha convertido en el himno de la protesta en la ciudad-estado, y exhibiendo pancartas en las que pedían continuar en 2020 la batalla por la democracia.

“Glory to Hong Kong” es una canción que apareció por primera vez n Youtube el 3 de agosto de 2019 y desde entonces ha sido descargada más de un millón y medio de veces. Su autor, que guarda el anonimato, se presenta en las redes como “Thomas dgx yhl”.

Hong Kong, antigua colonia británica retrocedida a China en 1997 mediante un protocolo de 50 años con la fórmula “Un estado, dos sistemas”. La contestación iniciada en junio de 2019, persigue conseguir reformas democráticas. De momento, todas las reivindicaciones de la oposición han sido rechazadas por el ejecutivo, alineado con las autoridades comunistas de Pekín, presidido por Carrie Lam.


“El silencio de pantano”, lo que sucede en la albufera salpica a todos

Dirigida por  Marc Vigil (El Ministerio del tiempoVivir sin permisoMalaka), con la que da el salto a la gran pantalla, y protagonizada por Pedro Alonso (La Casa de Papel, La playa de los ahogados) y Nacho Fresneda (El Ministerio del tiempoEl Reino), junto a Carmina Barrios (Arde MadridCarmina y Amén), una mezcla de realidad y ficción en la búsqueda de un asesino en serie, basada en la novela homónima de Juanjo Braulio.


“Q” es periodista y un reconocido escritor de novela negra. En su obra se relatan los crímenes de un asesino en serie, que actúa aparentemente sin motivo, que tienen como telón de fondo la corrupción política y la mezquindad humana. La paradoja es que los crímenes que tienen lugar en sus novelas no son tan ficticios como parecen.
Violenta y realista, la película mezcla, como la vida misma, una historia potente de crimen organizado y corrupción, gentes del subfondo social y autoridades a diversos niveles en la Valencia de los últimos años. Difícil tomar partido por ninguno de los personajes, la albufera no solo les asfixia, también los hace codiciosos y mezquinos, y el juego de realidad-ficción termina por confundir y agobiar al espectador.
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