Lo mismo que en la pasada semana de Navidad
2013, las distribuidoras adelantan esta semana los estrenos del tradicional
viernes al miércoles 1 de enero de 2104 (pensando, sin duda, que es una buena
fecha para acudir a la oscuridad de las salas después de los festejos y las
ojeras de la noche anterior).
Entre otros varios títulos, las novedades
incluyen dos películas francesas de muy diferente factura y calidad.
Ganadora recientemente del Premio del Público
en el último Festival de Gijón, En solitario, coproducción
franco-belga-española es una historia sorprendente y un proyecto artístico y
comercial muy ambicioso. Dirigida por Christophe Offenstein y protagoniza por
François Cluzet (el inolvidable parapléjico de Intocable) y Samy Seghir (actor
francés de 19 años y origen familiar argelino), la mayor parte del rodaje se
llevó a cabo en alta mar, con el equipo afincado en la isla de Fuenteventura.
Un accidente fortuito del titular, hace que
sea Yann, el eterno segundón en las regatas a vela, quien consiga hacer
realidad su sueño de siempre al participar en una de las más arriesgadas, la
Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas. Cuando ya lleva
varios días de competición descubre que lleva a bordo a un joven polizón
mauritano, que se ha colado en la bodega en una de las paradas.
¿Qué
hacer? El dilema entre desembarcarle y protegerle, se resuelve a favor de eta
última opción. Pero, ante el riesgo de verse descalificado y tras varios
intentos fallidos de dejarle en distintos lugares a los que por diferentes
motivos no consigue llegar, decide esconder al chico. Juntos van a vivir una
aventura inolvidable.
El
enfrentamiento entre los dos protagonistas alcanza momentos de gran dureza,
pero se trata de una película sobre el deporte y los valores de la competición:
así que el guión ignora deliberadamente la situación de quienes huyen de sus
países y buscan refugio en una Europa que creen Eldorado, para hablar
únicamente de solidaridad, buenos sentimientos y odisea deportiva. Yann/Françoise
Cluzet mantiene durante toda la proyección una intensa lucha con su conciencia
mientras físicamente tiene que enfrentarse a los elementos y la dureza de una
de las competiciones de vela más duras –probablemente, la más dura- del mundo.
Película,
por tanto, humanista, que consigue sumergir al espectador en la aventura sin
que en ningún momento se le haga pesada o le parezca lejana y ajena, En
solitario es en gran parte mérito un actor que ya nos tiene acostumbrados a
meterse al cien por cien en la piel de sus personajes, hasta un punto que muy
pocos lo consiguen y que en este caso representa a uno de los héroes preferidos
de nuestro tiempo, un deportista que garantiza la tensión y emoción mínimas
necesarias para convertir a una película en dos horas de agradable divertimento.
Otra cosa muy distinta es En la flor de la vida,
película crepuscular –tan de moda esta temporada- que narra la relación entre
un padre y su hijo cuando éste inicia su decadencia. De nuevo una historia
sobre los “mayores”, el papel de los mayores en la sociedad actual, la soledad
de los mayores, las residencias que dan mal rollo…
Protagonizada por dos grandes del cine francés, Pierre
Arditi y Jean-Pierre Marielle, la anécdota de la narración gira en torno a las
difíciles relaciones entre dos generaciones cuando ambas se encuentran ya
metidas de lleno en el último tramo de la vida y las circunstancias que fuerzan
su reconciliación. Un intento más de demostrar la
infalibilidad de los lazos familiares, aunque todos sepamos que las cosas no
siempre funcionan así.
Gaspard Dassonville tiene 63 años, es un conocido
productor y presentador de televisión del que, a pesar de la fama, la cadena
decide prescindir. Gaspard se niega a aceptar su edad y se sigue comportando
como cuando empezaba en el oficio, persiguiendo jovencitas para intentar
conquistarlas. Gaspard se resiste a la idea de que está en el ocaso de su
carrera. De la noche a la mañana, Gaspard perderá su empleo y, por otro lado,
se verá obligado a acoger en su casa a Hubert, su rebelde padre que pasa de los
80, con quién hace muchos años que mantiene una tensa y distante relación y que
ahora se ha vuelto dependiente. En sus
intentos por encontrar la persona que le sustituya en la atención continuada
que necesita, Garpard contrata a una joven auxiliar de enfermería, que encandila
a ambos y consigue que encuentren la complicidad que nunca tuvieron.
Inútil decir que se trata de una película tierna, agradable, divertida a ratos, pero que es también una historia demasiado blanda sobre un tema peliagudo, excesivamente sentimental y previsible, que no salvan ni siquiera los dos grandes actores que la interpretan.