En Siria, todas las partes en conflicto están
cometiendo crímenes contra la humanidad. Mientras la comisión internacional de
investigación creada por Naciones Unidas para estudiar lo que ocurre en Siria
durante la guerra civil, ha hecho público en Ginebra, el 19 de diciembre de
2013, un informe denunciando las desapariciones forzosas llevadas a cabo por
las fuerzas gubernamentales pro Bachar el-Assad, Amnistía Internacional (AI) ha
acusado el mismo día a los yihadistas de tortura y asesinato.
Según
la publicación digital Aufaitmaroc.com, la comisión de Naciones Unidas acusa a
las autoridades de Damasco de poner en práctica una política de desapariciones
forzosas, dentro de la campaña de intimidación como táctica de guerra, desde el
comienzo de la rebelión, en 2011, lo que constituye un crimen contra la
humanidad. “Los secuestros de personas tienen con frecuencia carácter punitivo,
afectando a las familias de los desertores, militantes y combatientes y
personas que proporcionan ayuda médica a la oposición”, indica el informe. En
algunos casos, detienen incluso a las personas que se dirigen a los servicios
de seguridad para pedir información sobre sus parientes desaparecidos. Las
autoridades se niegan siempre a facilitar cualquier información sobre ellos.
Este
mismo informe denuncia a la oposición armada por coger vez más rehenes, para
luego cambiarlos por presos o pedir un rescate por ellos, así como de otras
prácticas que violan claramente el derecho humanitario internacional.
“Tras
sufrir años de brutalidad del régimen, los habitantes de Raqqa y Alep están
padeciendo ahora la tiranía del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL)”,
es la denuncia de AI publicada en la página web del canal de información
continua France 24. La organización humanitaria acusa al grupo yihadista
perteneciente a la red de Al Qaeda de secuestrar, torturar y matar a detenidos
en cárceles secretas instaladas en las zonas de Siria que controla. En su
informa, AI asegura que entre los presos que se encuentran en manos del EIIL
figuran niños, algunos de apenas ocho años, «a los que golpean y mantienen
encarcelados junto a los adultos, en condiciones crueles e inhumanas».
Siempre
según el informe de AI, algunas personas son detenidas por haber cometidos
delitos, como pertenecer a grupos armados, pero otras por fumar o
mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Hombres enmascarados
secuestran y mantienen aisladas durante semanas a personas que después juzgan
tribunales especiales que aplican la sharía y condenan a bastonazos o a
la pena capital sin seguir ningún procedimiento jurídico, detalla AI en su
informe que proporciona numerosos ejemplos concretos.
Por
su parte, el Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH) denunció el día 18
que los yihadistas del EIIL habían decapitado cerca de Damasco a tres hombres de
la comunidad alahuita, publicando después en Internet sus fotografías con las
cabezas cortadas depositadas junto a los cuerpos mutilados.
El
EIIL, que cuenta con yihadistas procedentes de otros países, algunos europeos,
en sus filas, pretende crear un estado islámico por encima de las fronteras.
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