miércoles, 28 de diciembre de 2016

“La última canción” mediocre comedia romántica


Rebecca Hall (“Vicky Cristina Barcelona”) y Jason Sudeikis (“Cómo acabar con tu jefe”) protagonizan esta comedia romántica, bastante tonta, sobre las segundas oportunidades que brinda la vida, sobre una mujer que encuentra en un aspirante a escritor la fuerza necesaria para recomponerse tras la muerte de su marido, un famoso cantante folk. Esto es lo que dice la publicidad de la película “La última canción” (Tumbledown), aunque lo cierto es que la joven viuda ya había empezado a “recomponerse” con un chico de la localidad. A la viuda y al escritor les acompañan en el reparto Joe Manganiello (“Magic Mike”), Dianna Agron y Blythedanner.

Hannah (Rebeca Hall), periodista de una publicación local en la pequeña ciudad del Maine, que se dedica a entrevistar a las gentes de la localidad, intenta escribir una biografía de su difunto marido, un aclamado músico folk, fallecido prematuramente durante una excursión de senderismo. Las cosas cambian cuando conoce a Andrew (Jason Sudeikis), aspirante a escritor neoyorquino interesado por el personaje del músico, al que pide ayuda para el libro. Como le invita a escribirlo al alimón, y en su casa, entre ambos surge la inevitable relación “muy especial”, que estaba cantada desde el primer encuentro.

El cantante y compositor Damien Jurado ha escrito las canciones que supuestamente creó el difunto Hunter Miles; hermosas composiciones que reconcilian al espectador con lo que está viendo en la pantalla.

Nada nuevo bajo el sol. Lo actores cumplen lo estrictamente necesario sin conseguir encontrar el “tono” necesario. El director, Sean Mewshaw, primerizo en el largometraje, tampoco es que haya intentado aspirar a un Oscar con esta película. Como he leído en el comentario de un cinéfilo, “Hannah y la audiencia se merecen algo mejor”.



As dictated in Rom-Com 101, their initial clash of personalities will eventually give way to a common understanding, but while this first feature by Sean Mewshaw, written by his wife, Desiree Van Til, provides them with a fertile backdrop, it eventually comes tumbling down under the weight of tired smaller screen clichés.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Una falsa embajada americana ha estado diez años entregando visados y otros documentos en Ghana



La página web del Departamento de Estado estadounidense ha denunciado que durante diez años ha estado funcionando en Accra, la capital de Ghana, país situado en el oeste africano, una falsa embajada de Estados Unidos que facilitaba visados, actas de nacimiento y carnets de identidad, y estaba dirigida por una red criminal compuesta por guineanos y turcos, informa en el digital Global Voices su corresponsal Abdoulaye Bah.

Según la información estadounidense, las oficinas de la falsa embajada se encontraban en un edificio que exhibía la bandera correspondiente en el exterior y recibía los lunes, martes y viernes de 7h30 a 12h00. En el interior, en una pared figuraba una fotografía enmarcada del presidente Barack Obama.

En el digital afrique-sur7.fr, Rufus Polichinelle, que tiene todo el aspecto de ser un alias, ha escrito que los falsos agentes consulares americanos, que hablaban inglés y holandés, cobraban 6.000 dólares por las gestiones. En otra página, afrikactuelle.com, Olivier Berhuse ha dado más detalles: “Las autoridades estadounidenses fueron alertadas de la estafa por una información aparecida en el marco de una amplia operación de lucha contra el fraude en la región. En los registros, que finalizaron con varias detenciones, los policías se incautaron también de falsos visados indios, sudafricanos y de algunos países del espacio Schengen, y de 150 pasaportes de diez países.

El Departamento de Estado no precisa como la banda se había podido hacer con auténticos visados estadounidenses, ni cuantas personas han podido entrar legalmente en EEUU y otros países, con los visados proporcionados por la banda.

China: acusan a un disidente tras ser premiado en Francia


Huang Qi
Huang Qi, un veterano de la ciberdisidencia china, ha sido acusado por «revelar secretos de Estado» tras conseguir en Francia un premio por su defensa de la libertad de prensa, según ha informado Amnistía Internacional (AI) y recogen las agencias internacionales y Culturebox, el digital cultural diario del canal France 24.

Huang Qi, fue detenido a principios de noviembre de 2016 en Chengdu, en el sudoeste de China, poco después de recibir el premio a la libertad de prensa que entregan Reporteros sin Fronteras (RSF) y TV5. Monde. Según el comunicado de AI, la semana pasada su familia ha sido informada de que le inculpan por revelar secretos de Estado en el extranjero, acusación empleada con frecuencia contra los oponentes políticos y que puede acarrear tener que cumplir varios años de cárcel. "Quizá le han detenido por la atención internacional que ha recibido, o por su página de Internet”, ha dicho Patrick Poon, uno de los responsables de China Amnistía Internacional. La página de Hunag Qi, «64 Tianwang» está bloqueada en China continental, donde tampoco se pueden leer sus artículos.

Los problemas de Hunag Qi con las autoridades chinas se remontan a 2000. En 2004 recibió el premio “Ciberdisidente” de RSF, tras haber sido condenado cuatro años antes «por utilizar Internet con fines políticos». En 2009 le condenaron de nuevo a tres años de cárcel tras denunciar las irregularidades en la construcción de las escuelas que un año antes se habían derrumbado cuando el terremoto de Sichuán, que causó 87.000 muertos.

En 2015, Hunag Qi confió a la Agencia France-Presse que le habían maltratado durante la detención. Pero consideraba que el régimen comunista ahora valoraba su trabajo, y que sus denuncias iban en la línea de la lucha contra la corrupción emprendida por el presidente Xi Jinping. “La cúspide del Estado ya no me considera una amenaza. Incluso me considera útil porque destapo asuntos que si no permanecerían ignorados”.

Europa prohíbe a los operadores de Internet la conservación “generalizada” de datos


Tele2 Sverige  -Suecia
El Tribunal Europeo de Justicia (CJUE) ha estimado, con fecha 21 de diciembre de 2016, que los gobiernos no pueden imponer «la conservación generaalizada e indiferenciada de datos». Autoriza sin embargo, una conservación «dirigida» en determinadas condiciones, según la información publicada en el diario francés Le Monde.

No se trata de un asunto nuevo. Ya en 2014, el mismo tribunal invalidó una directiva del Parlamento Europeo que imponía a los operadores archivar determinados datos, por considerarla “desproporcionada y demasiado intrusiva”. Después de lo cual el operador Tele2 Sverige comunicó a las autoridades suecas que ya no iba a seguir acatando sus deseos y dejaba de almacenar los datos de sus usuarios. El gobierno sueco recurrió al CJUE, lo mismo que hicieron posteriormente tres parlamentarios británicos. La respuesta de ahora responde a estas dos demandas y va en contra de la opinión del abogado general, quien en julio de 2016 estimó que la «obligación general de conservación de datos impuesta por un Estado a los proveedores de servicios de comunicaciones electrónicas puede ser compatible con el derecho de la Unión Europea”.

En un comunicado, el CJUE indica que «los Estados miembros no pueden imponer una obligación general de conservación de datos a los proveedores de servicios de comunicaciones electrónicas», y considera particularmente grave «una conservación generalizada e indiferenciada de datos relativos al tráfico y datos de localización», pero precisa que los Estados pueden pedir “una conservación específica de esos datos” , que debe estar limitada a “lo estrictamente necesario” y con el único objetivo de “luchar contra la criminalidad grave”: “Una reglamentación (de estos aspectos) debe basarse en elementos objetivos que permitan seleccionar a las personas cuyos datos sean susceptibles de presentar alguna relación con actos de criminalidad grave, contribuir a la lucha contra la criminalidad grave o prevenir un riesgo grave para la seguridad pública”. El CJUE subraya también que el acceso a esos datos debe estar ”salvo en casos de urgencia, subordinado a un control previo efectuado por una jurisdicción o una entidad independiente”.

El diario le Monde añade que esta decisión del CJUE obliga a revisar la legislación en la materia a varios estados miembros de la UE.
No es un debate nuevo. Ya en 20NoNo e

jueves, 22 de diciembre de 2016

La Opera de Dijon hace crowdfunding para "La flauta mágica"

"¡Ayúdennos a vestir a nuestros cantores!"

La Opera de la localidad francesa de Dijon espera financiar, gracias a una campaña de crowdfunding en la plataforma Commeon, al menos una parte de los vestidos que lucirán en escena los intérpretes de “La flauta mágica”, informa Culturebox, la revista cultural diaria que publica la página web del canal internacional France 24. La información añade que el cowdfunding es un procedimiento que cada vez seduce más al mundo de la cultura”.

Con el fin de paliar de alguna manera la reducción de 800.000 euros en su subvención oficial para dos años, la Opera de Dijon puso en marcha, a mediados de noviembre de 2016 y hasta el 1 de febrero de 2017, una campaña de financiación participativa con el hashtag #Habilleznoschanteurs (Vestid a nuestros cantores).

La versión contemporánea de la célebre ópera de Mozart, obra de David Lescot, saca a escena siete cantantes mitad animales mitad humanos, en un mundo «post apocalíptico». La ropa para las representaciones se va a crear a partir de materiales reciclados; aunque apenas cuestan nada, la confección lleva tiempo y requiere conocimientos, y hay que pagarla. Los organizadores de la campaña esperan colectar 10.000 euros, de los 55.000 previstos para el vestuario de la ópera. El crowdfunding les permite ampliar el público: “Es un espectáculo estrella de la temporada -dice Sophie Pouchet, responsable del mecenazgo de la Opera- una ópera que llega a todo el mundo (…) Esto nos permite llegar a un público más joven, porque su generación está a favor de la participación”.