Hace un año, nos hacíamos eco en
estas páginas de la desaparición del abogado y experto en nuevas tecnologías
Bassel Khartabil, detenido en el 15 de marzo de 2012, primer aniversario de la
sublevación siria contra el opresivo régimen de Bachar el-Assad, por la sección
215 de la Seguridad Militar en el barrio de Mazzeh, en Damasco, en el marco de
la oleada de detenciones con que el gobierno intentaba sofocar las numerosas
manifestaciones que se sucedían a través del país, y desde entonces encerrado
en algún calabozo de las terribles cárceles sirias.
Cuando ha pasado casi otro año, y
en distintas ocasiones se ha dicho que le habían condenado a muerte, e incluso
que ha sido ejecutado, de nuevo se alzan voces que reclaman al régimen de
Bachar el-Assad su liberación o, al menos, alguna explicación acerca de lo que
ha podido ocurrirle en este tiempo.
El de octubre de 2006, el informe
Netizen (ciudadanos del Net), que aparece cada semana en el digital Global
Voices Advocacy, evocaba que se habían cumplido doce meses desde que Bassel
Khartabil desapareciera de la cárcel siria donde hasta entonces permanecía
detenido y recordaba que Bassel era un pionero del Internet sirio y un defensor
de la libertad de expresión en cualquier medio de comunicación. Bassel creó la
filial Creative Common Syrie y colaboró con Mozilla Firefox, Wikipedia y otras
comunidades abiertas en línea; también fue el CTO (Chief technical officer) de
Al-Aous, una institución editorial y de investigación dedicada a las ciencias
arqueológicas y las artes en Siria. En 2012, la revista internacional Foreign
Policy le nombró como “uno de los 100 mejores pensadores del mundo por
insistir, contra toda esperanza, en una revolución siria pacífica”.
Según el Parlamento Europeo, la
detención de Bassel formó parte de los esfuerzos del gobierno sirio para
censurar, e incluso prohibir, el acceso a las comunidades digitales y ahogar la
libertad de expresión en el país. Custodiado por las autoridades
gubernamentales sirias desde su detención, en marzo de 2012, se le dio por
desaparecido en octubre de 2015 cuando fue trasladado desde la cárcel de Adra,
donde fue víctima de torturas y malos tratos, hasta algún lugar desconocido. Un
mes más tarde, su esposa, Noira Ghazi, recibió la llamada de un desconocido que
le anunció que Bassel había sido condenado a muerte. Desde entonces no ha
tenido más noticias. Hace dos meses, Ghazi escribió en Facebook que empezaba a
perder la esperanza de volver a ver vivo a su marido: “Mi vida se para con
Bassel. Bassel no vuelve y cada día desaparece un poco más la esperanza de que
vuelva… mantener la esperanza es algo hermoso, pero aferrarse a una ilusión es
una enfermedad muy peligrosa. Probablemente debería aceptar que en mi futuro no
estará Bassel…”.
El 24 de marzo de 2016, cuando se
cumplían exactamente cuatro años de la detención de Bassel Khartabil, se
preguntaba una vez más por su paradero Ifex.org (International Freedom of
Expression Exchange) una red internacional de 71 organismos no gubernamentales
que promueven la libertad de expresión como uno de los derechos humanos
fundamentales, gestionada por Periodistas Canadienses por la Libertad de
Expresión (CJFE) que tiene una “Oficina de Vigilancia” (Clearing House) en
Toronto.
Pocos día antes, el 17 de marzo,
era la oficina en Beirut de la ONG Human Rights Watch (HRW), la que se dirigía
a las autoridades sirias, pidiéndoles la libertad inmediata del abogado y
técnico informático y adjuntando la adhesión de 33 organizaciones
internacionales -Red árabe de información sobre derechos humanos ANHRI),
Asociación para el progreso de las comunicaciones APC, Amnistía Internacional,
Alianza Mundial para la participación ciudadana CIVICUS, Electronic Frontier
Foundation EFF, PEN Club inglés, Derechos Euromed EMRHN, Defensores de Font
Line FLD, Centro del Golfo para los derechos humanos GCHR, Human Rights Watch
HRW, Instituto Humanista para la cooperación con los países en desarrollo
HIVOS, Red Iraquí de medios sociales INSM, Red Internacional de acción de la
sociedad civil ICAN, Federación Internacional de ligas de los derechos humanos
FIDH, Srrvicio Internacional para los derechos humanos SIDH, Asociación iraquí
para la defensa de los derechos de los periodistas IJRDA, International Media
Support IMS, Index sobre la censura, Fundación Jimmy Wales, Asociación Jordana
Open Source JOSA, Avocats Rights Watch Canadá, Metro center para la defensa de
los periodistas del Kurdistán iraquí, No hay paz sin justicia NPWJ, Pax para la
paz, PEN Internacional, Reporteros sin Fronteras RSF, Fundación Samir Kassir,
Forum Arabel para los derechos humanos SAF, centro sirio para los medios y la
libertad de expresión, El futuro, Iniciativa tunecina por la libertad de
expresión, Organización mundial contra la tortura OMCT, Centro de documentación
de violaciones en Siria VDC- que manifestaban estar “seriamente preocupadas por
su vida”.
En el comunicado de HRW se decía
que, sobre la base de informaciones no confirmadas de algunas fuentes locales,
se teme que hubiera sido juzgado por un tribunal militar de campaña situado en
el cuartel general de la policía militar en Al-Qaboun, en Damasco. “Estos tribunales
son notorios por celebrar procesos a puerta cerrada que no respetan las más mínimas
normas internacionales”.
El 21 de abril de 2016, el grupo de
Trabajo de Naciones Unidas sobre la detención arbitraria declaró que el caso de
Bassel era una violación del Pacto Internacional sobre derechos civiles y
políticos, y pidió su libertad a las autoridades sirias.
Hijo de palestinos, Bassel
Khartabil es un abogado e ingeniero informático sirio de 34 años que estaba
haciendo una carrera en el desarrollo de programas. Antes de su detención había
conseguido numerosos premios, entre ellos el Freedom Award Digital por promover
un Internet abierto y libre. En 2015, cuando ya se había perdido su pista, el MIT
le ofreció un puesto de investigador.
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