Historia
de la mujer que se atrevió a plantar cara a la industria farmacéutica
En su hospital de Brest, la doctora
Irene Frachon descubre una relación directa entre algunas muertes sospechosas
por problemas vasculares y un medicamento llamado Mediator, en principio
recomendado a los diabéticos pero que muchos médicos recetan también como
tratamiento adelgazante, entre otros a los diabéticos obesos. Desde el
aislamiento y la desconfianza de los inicios hasta la explosión mediática del
asunto, la historia inspirada en la vida de la doctora Frachon es una batalla
de enanos contra gigantes, en busca de la verdad y contra el laboratorio
Servier. Una guerra de la que, tras haber logrado algunas victorias, todavía no
se ha escrito la última página; el caso continúa en los tribunales, recurso
tras recurso.
En la estela de películas como
“Spotlight” o “Erin Brokovich”, “La doctora de Brest” (La fille de Brest) es
una película intensa y perturbadora, realizada por Emmanuelle Bercot (La cabeza
alta), también premiada como mejor actriz en Cannes por su papel en Mi amor
(Mon Roi). En el papel de la doctora Frachon la excelente actriz danesa Sidse
Babett Knudsen, aplaudida internacionalmente por su interpretación de la
primera ministra Birgitte Nyborg en la magnífica serie televisiva “Borgen” y
ganadora de un César (premios de la Academia francesa del cine, equivalentes a
nuestros Goyas) como actriz secundaria en “El juez” (L’Hermine, película de
2015 realizada por Christian Vincent e interpretada en el papel principal por
Fabrice Luchini, un presidente del tribunal de casación que se enamora de una
mujer que forma parte del jurado)
Película eficaz y terriblemente
humana, “La doctra de Brest” es Irene Frachon, neumóloga en el Hospital
Universitario de Brest, quien en 2007 denunció la relación directa existente
entre algunas patologías cardiacas y la ingesta de Mediator. Sola frente a la
administración y a las comisiones de investigación que prefieren no ver ni
saber nada, la doctora Frachon -autora del libro “Mediator 150mg. ¿Cuántos
muertos?” (subtítulo que estuvo censurado durante meses)- apoyada por su
familia y algunos amigos y colegas, es una mujer fuerte a la que no atemorizan
las presiones ni el vacío que le hace la profesión, y que consigue que al final
triunfe la verdad. La película comienza con una metáfora: una mujer está
nadando sola en el océano (el Atlántico, naturalmente). Es el perfecto resumen
de lo que sigue, la odisea de una mujer contra viento y marea.
Con la intención de impactar al
espectador y hacerle partícipe de las desventuras de los consumidores de
Mediator, la película no se limita a la investigación, los temores y los éxitos
reflejados en la hermosa sonrisa de la actriz danesa; también enseña los
cuerpos destrozados; literalmente en una operación a corazón abierto en los
primeros minutos de proyección y una autopsia en la última parte de la
historia. La realizadora, Emmanuelle Bercort, es hija de un cirujano cardiólogo
del Hospital Lariboisière, en París: "Lo que más me gustaba era ir a ver a
mi padre operando. Desde los 10 o 12 años he pasado mucho tiempo en las salas
de operaciones. Fui becaria en Lariboisière, en varios servicios de cirugía. Me
gusta ir al hospital. Allí me siento bien”, ha contado la directora.
Bercot ha seguido el guión de una
“investigación muy eficaz, como las que saben hacer los cineastas
estadounidenses”. Con la reconstrucción de los hechos, la película se pone al
servicio de una historia única pero muy técnica, y en ocasiones ingrata:
cifras, estadística, pantallas de ordenador, reuniones de especialistas y
comisiones, testimonios de especialistas reputados “comprados” por el
laboratorio…y, sobre todo, la denuncia de las instituciones públicas que
dejaron de cumplir con su deber de controlar los medicamentos y por encima de
todo proteger a los pacientes.
Hoy, nueve años después de que
estallara el escándalo del Mediator, los laboratorios Servier no han sido condenados
todavía por lo penal, sin embargo, la lucha de Irene Frachon y sus colegas
consiguió sacar a la luz la verdad y provocar reacciones. Empezando por la
retirada del medicamento mortal, que llevaba 30 años recetándose, y la
demostración de los fallos del sistema sanitario francés, lo que llevó a
cambiar su funcionamiento y a terminar con las connivencias entre los miembros
de organismos encargados de proteger la salud de los ciudadanos y por poderosos
grupos farmacéuticos, que llenan el mercado de píldoras no siempre inocuas.
“La doctora de Brest” es una
película “de encargo”. Hace algún tiempo, las tres mujeres productoras de la
compañía Haut et Court le pidieron a Emmanuelle Bercot que hiciera una
adaptación del libro de Irene Frachon “Mediator 150 mg.”. Bercot se entrevistó
con la neumóloga y “enseguida me di cuenta de que esta mujer de carácter fuerte
podía ser un extraordinario personaje de ficción. Contado por ella, con toda su
pasión y emotividad, el caso adquiría otro relieve. Ya no era la historia del
Mediator, sino la lucha de una mujer fuera de lo común”.
Algunos datos del casoMediator:
1976:
Los laboratorios Servier comercializan el Mediator, un antidiabético.
1997:
La revista “Prescrire” es la primera en criticar la eficacia del medicamento y
preguntarse por los riesgos cardiovasculares.
2007:
Irène Frachon, neumóloga, alerta a las autoridades sanitarias de los riesgos de
problemas cardiacos relacionados con la toma de Mediator.
2009:
la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Productos de Salud (AFSSAPS)
retira el medicamento. 300.000 personas habían sido tratadas hasta entonces por
el Mediator. Los laboratorios Servier declararon una cifra de negocios de 300 millones
de euros.
Mayo
2010:
Irène Frachon publica «Mediator, 150 mg : combien de morts ?». El escándalo
estalla pocos meses más tarde.
Noviembre
2010:
La Caisse nationale de l’assurance maladie (CNAM) confirma oficialmente la
cifra de 500 muertos.
2012-2013:
Proceso de Jacques Servier
2013:
investigación de la Agencia del Medicamento.
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