“The Neon Demon”, una película que
dividió a la crítica en el último Festival de Cannes, se estrena en España en
esta cuarta semana de noviembre de 2016 (entre paréntesis, hay que ver lo que
está durando un mes que si no fuera por el recuerdo de los muertos pasaría
desapercibido en el calendario; ¿o debería decir inadvertido?, hace ya años que
no está aquí abajo un buen compañero que distinguía entre ambos términos que,
contra la creencia general, no son sinónimos).
En Cannes no hubo medias tintas:
The Neon Demon, obra de Nicolas Weding Refin (El guerrero silencioso, Solo Dios
perdona, Driver), gustaba o no gustaba radicalmente. Yo pertenezco al último
grupo, pero para decir que no me gusta ignoro deliberadamente que la película
ofrece imágenes bellísimas de chicas casi adolescentes de tan jóvenes, y que se
trata de “un thriller contemplativo sobre el mundo de la moda” (Boris Corret,
Culturebox).
En The Neon Demon hay mucho de
implícito: Jesse, una chica de la América profunda muy joven, muy hermosa -lo
que según el director “da a las mujeres un cierto poder”- y seguramente anoréxica,
desembarca en Los Angeles, ciudad implacable y fría, cargada con el sueño de
llegar a ser modelo. Su éxito inicial despiertan los celos de otras aspirantes
a las portadas de las revistas de moda.
Sangre, sexo, droga, violencia,
fetichismo, necrofilia, gore …, “todo sublimado por la estética fanática de un
realizador convencido y limitado… siempre más lejos en lo cínico, lo escabroso…
Y funciona. Y sorprende…”
Más parecida a los clips
publicitarios de perfumes o coches de lujo que a otros largometrajes sobre el
mundo de la moda y la sofisticación, la estética de The Neon Demon recuerda los
orígenes en ese campo de su realizador de forma que la belleza necesita, para
su representación, ser lo más helada posible, adornarse con accesorios que brillen,
con colores que impacten, como el de la sangre, demasiado roja para ser cierta.
Absolutamente superficial, un
mórbido cuento de hadas y brujas, donde todo es metáfora, con una encantadora y
jovencísima protagonista: Elle Faning, actriz de 18 años a la que conocimos
como protagonista de Somewhere, de Sofia Coppola, y de Super 8, de J. J.
Abrams. “The Neon Demon es una fantasmagoría inspirada en la fascinación muy
contemporánea y la obsesión por las modelos, el narcisismo y la celebridad”
(Jacques Morice, Télérama).
“Hacía varios años que tenía ganas
de hacer una película sobre la belleza porque está muy presente en mi vida»,
explica Nicolas Winding Refin haciendo referencia a su mujer, la directora Liv
Corfixen, a sus dos hijas y probablemente a las actrices y modelos con que se
ha encontrado al dirigir películas y publicidad para marcas como Gucci, YSL,
H&M y Hennessy. «El valor de la belleza no cesa de crecer, no cae jamás. Y
mientras que su duración disminuye, nosotros nos obsesionamos cada vez más por
ella. A menudo, esta obsesión puede desembocar en una forma de locura. En la
mitología griega, Narciso se enamora tanto de su belleza que acaba por ahogarse
en su propio reflejo».
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