Pasado
y presente de Iggy Pop
“La
música es vida y la vida no es negocio”
La conjunción del realizador
estadounidense Jim Jarmusch, a quien algunos apodan “el esteta de Nueva York”,
y el grupo musical de la misma nacionalidad The Stooges -o lo que es igual la
película “Gimme Danger”- parece en principio una fórmula imbatible. Pese a las
muchas bondades de este documental sobre la trayectoria personal y profesional
de Iggy Pop, una de las leyendas del rock contracultural, tiene algo que le
impide ser todo lo rompedor que se pudiera pensar.
El estilo potente y agresivo del
rock’n’roll de los Stooges, presentado por primera vez en Ann Arbor (Michigan)
en plena revolución contracultural, tuvo el efecto de una bomba en el panorama
cultural de finales de los años 1960. Con una mezcla de rock, blues, R&B y
free jazz, el grupo donde hizo su debut Iggy Pop sentó las bases de lo que
posteriormente se conocería como rock alternativo.
“Gimme Danger” sigue la evolución
de los Stooges y explica el contexto musical, cultural, político e histórico en
que emergió uno de los mayores grupos de rock de todos los tiempos. Jim Jarmusch
da un repaso a sus aventuras y desventuras, y se detiene en la inspiración y
las motivaciones de sus primeros desafíos comerciales, hasta su llegada al
Panteón del rock.
“Gimme Danger” tuvo su première en
el Festival de Cannes 2016, en la sección Midnight Screenings. El título del
documental corresponde al de una de las canciones míticas del grupo,
perteneciente al álbum “Raw Power”, editado en 1973.
Para el imprescindible semanario
francés “Les Inrockuptibles”, que ha seguido durante más de treinta años la
evolución del rock, sus músicos y sus bandas en todo el mundo, Jarmusch ha
hecho “un rockumentario demasiado académico (…) con el único toque de originalidad
del uso de extractos de películas, dibujos animados y programas televisivos,
para ilustrar los momentos de la historia que carecen de archivos (…) un documental
muy a la americana”.
El resto de la película corre a
cargo de los propios Stooges, su historia “ salvaje” y las imágenes
“incandescentes” de un grupo que ha estado en los escenarios y ha llenado
estadios durante más de medio siglo, dejando para la posteridad al menos tres
álbumes que los entendidos consideran obras maestras (The Stooges, Fun House y Raw
Power); y fundamentalmente de un cantante y autor -Iggy Pop, nacido como Jim
Osterberg, que “por sí solo encarna el rock en todas sus dimensiones: su físico
imponente, su sexualidad patente, su ideal libertario, su carne y su palabra”. Hoy,
Iggy Pop, que a los 61 años recibió el premio Classic Rock Acievement a toda la
carrera , y el guitarrista y compositor James Williamson, convertido en un
“cuadro” de Sillicon Valley, son los únicos supervivientes del grupo.
A lo largo de todo el documental
una entrevista realizada por el propio relizador a Iggy Pop va puntuando lo que
demuestran fotografías e imágenes de conciertos Al parecer la entrevista se
efectuó en dos tiempos: la primera, con luz natural que entra por los
cristales, muestra a Iggy sentado con un viejo teléfono al lado; todo indica
que se trata de la caravana en que vivió durante la infancia con sus padres y
que él ha conservado y tiene aparcada en algún campo perdido de la América
profunda (“Mi padre iba en un Cadillac y hacía que su familia viviera en una
caravana, un vehículo mayor que una casa”). La otra parte de la entrevista
presenta al músico como entronizado en un sillón dorado, en algo que podría ser
el salón de una mansión gótica, con cráneos a modo de adornos, un piano de cola
en miniatura y una pintura primitiva como telón de fondo. Frente a la cámara de
Jarmusch, Iggy Pop parece confiado y se convierte en narrador de su propia
leyenda, del ascenso y las muchas caídas del mítico grupo, cuidando mucho no
excederse en el detalle de los muchos “abismos atravesados”, y sus estrechas
relaciones con la crema de la crema de los años ’60 y ’70 (con el apoyo de
fotografías en las que aparece junto a Nico y David Bowie).
Con este collage de palabras,
canciones, exhibiciones en los escenarios y fuera de ellos, Jim Jarmusch ha
querido dejar constancia de la existencia de un grupo inolvidable -aunque la
industria le haya ignorado muchas veces-, precursor del punk que llegaría una
década más tarde, siempre a caballo entre un tipo de rock “convencional” y los
intentos de subvertirlo.
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