sábado, 2 de abril de 2022

Japón: finaliza la obligación de que las escolares lleven el pelo negro y las bragas blancas

Escolares japonesas, foto Stephanie Hau, Unsplash

Este viernes, 1 de abril de 2022 desaparece la obligación  de que las alumnas de las escuelas japonesas de Tokio tengan que llevar los cabellos de color negro y las bragas blancas.

 A pesar de lo absurdas que pudieran parecer esas normas, el final de la obligación de que, en caso de no ser su color natural, las niñas tuvieran que teñirse los cabellos de negro, y la posibilidad de que puedan llevar ropa interior de colores, supone un gran paso en la rigidez de las escuelas japonesas, especialistas en imponer reglas restrictivas de la libertad de las alumnas, y sus familias.

 Desde la década de 1970, los establecimientos escolares japoneses se han venido rigiendo por una serie de normas muy estrictas, llamadas buraku kosoku. Las repetidas quejas de padres y alumnas, que llevan muchos años produciéndose, han conseguido que en el pasado mes de marzo el Consejo de Educación de Tokio decidiera dejar sin efecto, a partir del 1 de abril,  una parte de esas reglas, medida que afecta a cerca de doscientos institutos públicos de la capital japonesa.

 La información, publicada en el mensual gratuito de Montreal Vice (https://www.vice.com/en/article/akv8b8/japan-schools-drop-hair-underwear-colors-rules), incluye unas declaraciones de una adolescente llamada Chise Ida, recién diplomada en la Tokyo Metropolitan Kokusai Hogh School: “Es formidable que por fin nos estemos poniendo al día con nuestra época”, piensa la joven.

 Ahora, además de suprimir las restricciones que existúan sobre el color del pelo y de la ropa interior, las escuelas han ampliado también la longitud de los cabellos de sus alumnas. Siguen, sin embargo, en vigor otras normas como la prohibición de llevarlos sujetos en « cola de caballo », por considerar que la vista de la nuca femenina es demasiado excitante para los adolescentes del género masculino, y la relativa a la longitud de la falda del uniforme escolar.  

 Las protestas contra las buraku kosoku se han multiplicado en los últimos años. En 2017, una alumna de un instituto del sur de la prefectura de Osaka denuncio a su escuela acusándola de haberle causado un estrés mental. La chica había dejado de teñirse el pelo –que tenía castaño-  de negro y, tras una verificación llevada a cabo por la administración del centro sobre el tono de sus raíces, fue expulsada de la escuela Tras el aumento de las protestas, el Consejo de Educación de Tokyo pidió a las escuelas que comprobaran si las reglas eran realmente necesarias y, tras la celebración de consultas y asambleas, llegaron a la conclusión de que había llegado el momento de empezar a abrir la mano, cosa que por otra parte ya llevan tiempo haciendo las escuelas –menos vigiladas por las autoridades- de muchos pueblos y ciudades pequeñas de Japón.

 

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