Ancianos felices en Facebook
Según la declaración conjunta, efectuada el 24 de
abril de 2022, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), el Foro Mundial y el Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales de la ONU, a población mundial vive actualmente un promedio de 20 años más
que hace medio siglo, y es
importante garantizarle un
envejecimiento saludable,
El bienestar de la gente mayor depende de su acceso a los servicios de
salud y de los entornos, oportunidades y políticas que le permitan un
envejecimiento integral saludable. La ONU lanza una convocatoria para
identificar a 50 líderes que estén trabajando con ese objetivo.
Las agencias onusianas abogan por la promoción del “envejecimiento
integral saludable” entendido no como la
ausencia de enfermedades, sino como la creación de entornos, oportunidades y políticas que permitan
que las personas puedan hacer lo que les guste al envejecer. La salud y el
bienestar son fundamentales para
la vejez y las oportunidades que derivan del envejecimiento y la
longevidad.
La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto la
existencia de muchas lagunas, no sólo en las cosas que la gente hace, también en la forma en que ahora pensamos sobre el envejecimiento y las
personas mayores. Mejorar la vida de las generaciones actuales y futuras de
personas mayores requiere un cambio de enfoque de toda la sociedad.
Por eso, la Asamblea General de la ONU declaró el
periodo 2021-2030 como la “Década de las Naciones Unidas del Envejecimiento
Saludable”, e hizo un llamamiento a los gobiernos, la sociedad civil, los
organismos internacionales, los profesionales, el mundo académico, los medios
de comunicación y el sector privado, para que aúnen sus fuerzas impulsando acciones concertadas encaminadas a mejorar la
vida de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que
viven.
Las iniciativas emprendidas en el marco de la Década
contarán con la participación de diversas colaboradores interesados y tratarán de:
·
cambiar nuestra forma
de pensar, sentir y actuar con
respecto a la edad y el envejecimiento
·
asegurar que las
comunidades fomenten las
capacidades de las personas mayores
·
ofrecer una atención integrada y centrada en las personas,
y servicios de salud primarios que respondan a las necesidades de las personas
mayores
·
proporcionar un acceso a la atención a largo plazo para
las personas mayores que lo necesiten
Hace ahora 20 años, en 2002, el Plan de Acción
Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento fue un grito de alarma para
cambiar las actitudes, políticas y prácticas a todos los niveles
-internacional, nacional, comunitario, empresarial y organizativo- “para reconocer a la población que envejece como un
recurso potencial que puede contribuir al desarrollo”. Además,
instó a garantizar que las personas de todo el mundo puedan envejecer con seguridad y dignidad, y
seguir participando plenamente en la sociedad.
Partiendo de estos presupuestos, las agencias de la
ONU y el Foro Económico Mundial han puesto en marcha la iniciativa “Healthy Aging 50”, que quiere encontrar a 50 personas
influyentes entre las que estén trabajando o hayan contribuido a fomentar el envejecimiento
saludable en sus respectivos ámbitos de trabajo.
La convocatoria está abierta hasta el 15 de junio; a
partir de esa fecha, un panel de expertos, compuesto por representantes de la
ONU y el Foro Mundial, elegirá a ese
medio centenar de personas entre los candidatos que pueden presentar gobiernos,
organizaciones, universidades, empresas o comunidades, en la página web de la “Década
del Envejecimiento Saludable” , que se dará a conocer el próximo mes de octubre
de 2022.
En línea con los principios de inclusión, equidad y no
dejar a nadie atrás, que rigen la Década del Envejecimiento Saludable, al menos
el 50% de los seleccionados serán mujeres y procederán de países de renta baja
y media.
El director del Departamento de Asuntos Sociales de la
OMS, Etienne Krug, ha declarado, con respecto al “Healting Aging 50” que si lo
que queremos es “añadir vida a los años” hace falta cambiar “no sólo lo que
hacemos, sino también cómo pensamos sobre el envejecimiento en sí mismo”
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