Unicef
ha dado un paso más en la lucha por la desmovilización de los niños soldados
liberando a 23 de ellos, de edades comprendidas entre 14 y 17 años, en Bangui,
capital de la República Centroafricana, donde la guerra no se da ninguna
tregua. Ahora, esos 23 niños van a volver con sus familias.
Desde
hace muchos años, Unicef lucha por la desmovilización de los niños soldados en
todo el mundo. En abril de 2009, la organización humanitaria dependiente de
Naciones Unidas anunciaba la liberación de 182 niños soldados, de edades
comprendidas entre los 10 y los 17 años, reclutados por un grupo rebelde
también en Centroáfrica, donde la situación ya era muy inestable y conflictiva.
Con
la escalada de violencia que se ha producido en el país desde diciembre de
2013, y de la que los niños son las primeras víctimas, ha aumentado
considerablemente su reclutamiento por parte de los grupos armados que toman
parte en el conflicto: Unicef da la cifra de más de 6.000 niños enrolados a la
fuerza actualmente.
«Su
protección es una prioridad y un deber. Por eso los equipos de Unicef están
movilizados y hacen todo lo que está en su mando para liberar a los niños
soldados enrolados en el conflicto armado. Su protección es una prioridad y un
deber”, dice la organización en un comunicado que anuncia que seguirán otras
liberaciones.
Una
liberación de niños soldados es un proceso sensible, largo, que exige de los
profesionales de Unicef una neutralidad trasparente, porque están implicados en
ella todas las partes beligerantes. “En Bangui, lo mismo que en el resto del
país, Unicef trabaja con todas las partes implicadas en el conflicto para
identificar a esos niños, liberarles y permitir que puedan regresar con sus
familias», ha explicado Souleymane Diabaté, representante de Unicef en la RCA.
“Las negociaciones y la colaboración con las autoridades de transición van por
buen camino y hacemos todo cuanto podemos para permitir que esos niños
recuperen su infancia”.
La
liberación de los 23 niños soldados, entre los que se encuentran seis niñas, ha
sido el resultado de unas negociaciones entre representantes de la ONU y las
autoridades centroafricanas de transición, que han permitido acceder a las
bases militares en los países en que se encontraban los niños, para ponerlos en
manos de especialistas de Unicef en protección de la infancia.
Los
23 niños liberados se encuentran ahora en un centro de tránsito y orientación
de Unicef, donde se les está facilitando asistencia y educación básica, así
como la posibilidad de practicar actividades profesionales y deportivas y donde
se les ofrece también ayuda psicosocial. Al mismo tiempo, los voluntarios
llevan a cabo un trabajo de identificación de las familias, preparando la
reintegración de los niños en sus comunidades, y su vuelta a la vida civil.
A
comienzos de 2013, dice el comunicado de Unicef, se estimaba en 3.500 el número
de niños enrolados a la fuerza en los grupos armados de Centroáfrica. Hoy, se
piensa que ha aumentado hasta 6.000.
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