Las autoridades tienen que
retirar las acusaciones contra tres periodista del canal Al Jazeera English,
que el 29 de enero de 2014 fueron llevados ante un tribunal para responder del
cargo de «ayuda a una organización prohibida dedicada a cometer actos
terroristas», ha manifestado Amnistía Internacional (AI) en un comunicado
dirigido a los medios de comunicación europeos y de Oriente Medio. Según la
organización internacional, esta decisión de las autoridades egipcias significa
una nueva adversidad para la libertad de prensa en Egipto, bastante degradada
ya desde 2011.
“La medida envía a la sociedad un mensaje inquietante:
hoy, en Egipto, solo se acepta un único punto de vista, el que aprueban las
autoridades”, ha dicho Salil Shetty,
secretario general de AI.
Los tres periodistas – Peter Greste, Mohamed Fahmy y
Baher Mohamed – fueron detenidos el 29 de diciembre de 2013. Si se les
considera culpables, pueden condenarles a penas que van desde tres años hasta
cadena perpetua. AI les considera presos de opinión, encarcelados únicamente
por ejercer sin violencia su derecho a la libertad de expresión y pide que sean
puestos inmediatamente en libertad, sin condiciones.
“Para los periodistas, es imposible trabajar
libremente en un clima de miedo. Los últimos acontecimientos son un descarado
intento de amordazar el periodismo independiente en Egipto. Ahora que se acercan
las elecciones, es más fundamental que nunca la libertad de prensa”, ha
insistido Salil Shetty.
Desde julio de 2013, desde el
golpe de estado militar y la destitución del anterior presidente elegido
democráticamente, Mohamed Morsi, se
viene produciendo una alarmante escalada de ataques a la libertad de prensa en
Egipto y los periodistas se arriesgan a ser detenidos por difundir las
violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad. Este mismo 29 de enero, otros diecisiete
trabajadores de Al Jazeera comparecieron también ante los tribunales, acusados
de pertenencia a grupo terrorista y difusión de informaciones falsas sobre la
situación política en el país. Según el fiscal, cinco de ellos continúan
encarcelados y de acuerdo con la información recogida por AI, las acusaciones
tienen el objetivo de castigar a los periodistas por la línea editorial del
medio para el que trabajan. En repetidas ocasiones, las nuevas autoridades
golpistas egipcias han acusado al canal qatarí de parcialidad a favor de los
Hermanos Musulmanes.
En julio de 2013 fueron detenidos Mohamed Badr,
camarógrafo, y Abdallah El Shamy, corresponsal de Al Jazeera Arabic, según AI
por cubrir violaciones de los derechos humanos cometidas por las autoridades.
Ambos continúan en la cárcel.
AI pide a las autoridades egipcias que respeten la
libertad de expresión y permitan que los periodistas puedan hacer su trabajo
con independencia, incluso cuando critiquen al gobierno, y sin temor a verse
intimidados y acosados.
Autoridades egipcias de caza en las
redes sociales
Las autoridades egipcias
detuvieron el jueves 30 de enero de 2014 a diez opositores, acusándoles de usar
las redes sociales para incitar a la violencia contra la policía, según publica
el digital francés Aufaitmaroc.com
El propio Ministerio de Interior egipcio ha reconocido
las detenciones en un comunicado y, siguiendo con su táctica de considerar
terroristas a todos cuantos no apoyan al gobierno militar, ha asegurado que
“las autoridades competentes utilizan ahora todos los medios tecnológicos
modernos para rastrear a quienes incitan a la violencia contra la policía, y a
quienes expliquen en línea como se pueden fabricar explosivos”.
El ministerio ha enviado a los medios de comunicación
públicos las fotografías de los diez detenidos, afirmando que son miembros de
los Hermanos Musulmanes, partido que apoyaba al derrocado presidente Mohamed
Morsi, manteniendo, dice la publicación, “la lógica en que se asientan la represión
implacable” que están llevando a cabo contra los seguidores, reales o
supuestos, del único presidente egipcio elegido democráticamente en toda la
historia del país.
La represión contra los fieles a Morsi ha causado,
desde julio de 2013, más de mil muertos y varios miles de detenciones. “Desde
hace poco, el gobierno militar egipcio ha abierto un nuevo frente, deteniendo a
militantes de los movimientos progresistas (lo que, no nos confundamos, no es
el caso de los Hermanos Musulmanes) y a figuras de la revolución popular de
2011, y mirando detenidamente lo que ocurre en Twitter y Facebook, dos redes
sociales que jugaron un importante papel en la rebelión que derrocó al corrupto
Hosni Mubarak tras treinta años de poder absoluto.
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