Aprovechando
que el Tajo pasa por Lisboa, y que los portugueses en general “son muy
aficionados a los juegos de azar”, el “imaginativo” gobierno luso se ha sacado
de la manga un proyecto de ley para combatir la economía sumergida organizando
una tómbola fiscal, un poco alambicada es cierto: los ciudadanos deben pedir la
factura de lo que compran o consumen (un café, por ejemplo), para lo cual
tienen que facilitar su número de identificación fiscal al comerciante, y
después el gobierno hace un sorteo con todas las facturas y el ganador se
lleva…un automóvil por ejemplo si consigue el primer premio.
La
factura de la suerte es el nombre elegido para esta especie de rifa, que en
rigor no es ninguna novedad y ya se ha probado, con desigual éxito, en varios
países latinoamericanos, en China y en Europa en Eslovaquia. El consumidor
portugués, en principio no tiene que hacer nada salvo esperar que “le toque”,
ni siquiera conservar esa factura, porque la caja registradora del
establecimiento envía directamente sus datos al fisco.
Falta
solo –según la información que publica el digital europeo Myeurop (http://fr.myeurop.info/2014/02/06/le-portugal-invente-la-tombola-fiscale-13088)-,
que los responsables gubernamentales decidan la cantidad mínima que hay que
gastar para participar en el sorteo (se habla de 2 o 5 euros), pero varios
“listillos” ya han aconsejado fraccionar las facturas cuando excedan del mínimo
para tener más posibilidades de ganar.
En
principio habrá sesenta sorteos anuales, más o menos uno por semana y unos
cuantos extraordinarios, y los premios no serán en metálico sino en bienes de
consumo, con un primer premio de un coche de lujo, según los rumores, que también
hacen chistes acerca de quién pagará después el seguro y la gasolina, teniendo
en cuenta que, según estimaciones más o menos fiables, a causa de la crisis un
tercio de los automóviles portugueses están inmovilizados porque su propietario
no puede pagar la gasolina ni el peaje de las autopistas.
La
información de Myeurop concluye recordando que entre 2012 y 213 la presión
fiscal aumentó en Portugal un 35%, lo que le convierte en un record europeo y
que, según el director adjunto de la revista económica Expresso, “la economía
paralela no nace por azar. El IVA ha aumentado hasta el 23% para productos que
antes estaban en el 13% e incluso en el 6%. Así que muchos comerciantes ofrecen
la posibilidad de sin factura”.
Según
el gobierno, el objetivo del proyecto es “prevenir el fraude y la evasión
fiscal, poniendo en valor la iniciativa de los contribuyentes para exigir
facturas”. Con esta medida espera conseguir ingresar en las arcas del estado
entre 600 y 800 millones de euros.
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