Para el muy xenófobo, nazi y reaccionario
cardenal-arzobispo católico de Colonia (Alemania) Joachim Meisner, “una familia
católica vale por tres musulmanas”. Lo ha dicho en su último sermón público y
lo recoge el digital Myeurop en un artículo firmado en Berlín por la periodista
Delphine Nerbollier.
Esas manifestaciones forman parte del
discurso con que se dirigió a los miembros del movimiento católico conservador
Camino neocatecumenal, una secta creada en 1964 en Palomeras, Madrid (por la
pareja de laicos, Kiko Argüello y Carmen Hernández, quienes dirigen el equipo
internacional en 120 países junto al cura italiano Mario Pezzi), a la que en
2008 el papa reconoció como “itinerario de formación católica”.
Amigo del anterior papa Benedicto XVI (dimitido
y hoy retirado en un monasterio en el Vaticano), Meisner tiene un tanto
alterados a los musulmanes de Alemania mientras que los fieles de Colonia no
ven el momento de que deje su puesto de máxima autoridad religiosa (está
previsto que se jubile en este febrero de 2014): “Lo que necesitamos en
Alemania son mediadores entre las dos culturas y no personas que provoquen
divisiones”, ha lamentado Bekir Alboga, de la organización turco-islámica
Ditib. Igualmente, el presidente del Consejo Central de Musulmanes de Alemania,
Aiman Mazyek, acusa a Meisner de “alimentar un clima de resentimiento contra
los musulmanes” contrario, dice, a las intervenciones del nuevo papa Francisco.
Por
su parte, el autor de las manifestaciones -que tiene 80 años, preside una de
las diócesis católicas más ricas del mundo y no es la primera vez que levanta
una polémica en el país- ha lamentado “las palabras” pronuncias, a las que ha
calificado “mal elegidas”, aunque en absoluto se ha desdicho de ellas. Como
nunca ha escondido sus tendencias fundamentalistas, sobre todo en relación con
las mujeres. En 2013, en una entrevista publicada en el diario Stuttgarter
Zeitung declaraba, a propósito del acuerdo recién firmado por Angela Merkel y
el gobierno español para la acogida de jóvenes aprendices en Alemania: “Lo que
debería hacer es animar a las mujeres a quedarse en casa y tener tres o cuatro
hijos en lugar de presentar la inmigración como la única solución a nuestros
problemas demográficos”.
Como
no le parecía suficiente, añadió: “Somos un pueblo en peligro de muerte y sin
embargo tenemos una de las legislaciones que más incitan al aborto. ¿No es el
suicidio de nuestra sociedad?”. El del aborto es uno de sus temas recurrentes,
y hace años “lo comparó con el holocausto y el ateísmo del nazismo”. Corriente
ideológica de cuyo vocabulario no duda en apropiarse, cuando le viene bien para
mantener sus posiciones: cuando se inauguró un museo en su ciudad, entre otras
perlas dijo que “el arte que se ocupa demasiado de la religión se convierte en
un arte degenerado”. Para el diario berlinés Tagesspiegel, Joachim Meisner es
“un perro guardián de la iglesia católica”.
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