jueves, 15 de mayo de 2014

Por un puñado de besos, una mala película para adolescentes



El 15 de mayo de 2014 se estrena la película española Por un puñado de besos, auténtico pastiche de fabricación nacional firmado por David Menkes (“Mentiras y gordas”, “Sobreviviré”, “Más que amor, frenesí”) y protagonizada por la cubana Ana de Armas (“Hispania, la leyenda”, “El internado”, “Mentiras y gordas”) y el inexpresivo gallego Martiño Rivas (“Tres bodas de más”, “Gente en sitios”, “El internado”), acompañados por un puñado de jovencitos de ambos sexos, ninguno de los cuales destaca especialmente. Evidentemente, la película va destinada a un público adolescente y fan de las series televisivas que, a poco que se esforzara, podría encontrar algo mejor en la cartelera.

La cosa va de que una chica seropositiva bastante mona, con un buen cuerpo y un pelo horrible, pone un anuncio no se sabe dónde para contactar con un chico que sea también seropositivo, en un intento de pasar página del mal trago que arrastra desde que supo que le había infectado su novio, un músico que después la dejó. Al anuncio responde un periodista de las últimas hornadas, guaperas y de esos sin escrúpulos que, en realidad, lo que quiere es conseguir material para hacer “un artículo de fondo” (textual, me pregunto de donde han salido los guionistas de este engendro) sobre los afectados por el VIH.

Naturalmente, el chico que conoce chica se enamora nada más verla pero no consigue encontrar la forma de decirle que le está engañando. Ambos tienen esos “amigos especiales” que aparecen en todas las series de adolescentes, que conocen al dedillo hasta sus últimos secretos y parecen una máquina de dar consejos “sensatos”. En fin, lo habitual: después de separarse comprenden que no pueden vivir separados, se reencuentran en la calle, de noche cerrada para que estén solos en el mundo y se puedan marchar, de espaldas y cogidos de la mano hacia esa felicidad que les espera quien sabe dónde.

De todo, y a pesar de lo difícil que resulta elegir, lo peor son los diálogos, llenos de topicazos, absurdos, impropios y casi siempre como un pegote fuera de lugar.

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