Médicos sin
Fronteras (MSF) ha confirmado el 15 de mayo de 2014 que los cinco
miembros de su personal detenidos en Siria se encuentran en libertad, y en
perfecto estado. El secuestro de estos tres trabajadores ha obligado a MSF a
cerrar definitivamente un hospital y dos centros de salud en la región de
Djebel Akkrad, en el noroeste del país, lo que ha dejado sin atención sanitaria
a 150.000 sirios.
El pasado 2 de enero, un grupo armado secuestró a cinco
trabajadores de la organización humanitaria en el norte del país, en el
hospital en que trabajaban proporcionando atención esencial a la población
víctima del conflicto armado. A tres de ellos los dejaron en libertad el 4 de
abril y a los dos restantes el 14 de abril.
«El alivio que ha supuesto ver regresar a nuestros
compañeros sanos y salvos se mezcla con el sentimiento de rabia que nos embarga
frente a un acto tan cínico que tiene como consecuencia la privación de
asistencia vital a una población muy afectada por la guerra», ha manifestado
Joanne Liu, Presidenta Internacional de MSF. “La reducción de la ayuda
humanitaria es consecuencia directa del secuestro de nuestros trabajadores y, a
largo plazo, es la población siria quien la padece. Ahora, en la región de
Djebel Akkrad hay cerca de 150.000 personas privadas de la atención médica de
MSF”.
En 2013, en los tres establecimientos cerrados, los
equipos de MSF efectuaron 521 operaciones quirúrgicas, la mayoría por causa de
heridas de guerra y 36.294 consultas. 400 mujeres dieron a luz en ellos, en
condiciones de total seguridad.
MSF conserva otras estructuras médicas en el norte de
Siria pero, a causa de las obligaciones de seguridad, resulta extremadamente complicado
prestar la ayuda necesaria. Los grupos armados han bombardeado hospitales y
consultas, y han matado y amenazado a personal médico. En el resto del país,
MSF no ha podido llevar a cabo actividades médicas no solo por la inseguridad
existente, sino sobre todo porque el gobierno se niega a dejarle acceder.
«Este incidente es sintomático del desprecio total de la
población civil que hoy existe en Siria”, lamenta Joanne Liu. “Mientras
millones de sirios necesitan ayuda para sobrevivir, alguna de las partes
beligerantes rechaza incluso la idea de una presencia humanitaria
independiente. En el contexto actual, nuestra capacidad para dar respuesta a la
crisis se ve dramáticamente limitada”.
Por respeto a la vida privada de los cinco trabajadores,
MSF no desvelará su identidad ni hará ningún comentario sobre las circunstancias
de su detención y liberación.
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