sábado, 10 de mayo de 2014

25 años después, las autoridades chinas siguen negando la masacre de Tiananmen



Para evitar conmemoraciones, están deteniendo a activistas democráticos



Foto de Pu durante las manifestaciones en Tiananmen en 1989 (Foto difundida por Twitter.)




En plena campaña de represión para evitar movilizaciones el próximo 4 de junio de 2014, fecha en que se conmemorará el veinticinco aniversario de la masacre llevada a cabo contra los manifestantes pro-democráticos en la Plaza de Tiananmen, las autoridades chinas llevan varias semanas deteniendo, y “alejando” de la capital, a miembros de la oposición. Y entre ellos, el último conocido es el abogado defensor de los derechos humanos Pu Zhiqiang, al que han arrestado acusándole de “alteración del orden público”.

Según la organización Global Voices Online, que recoge la información publicada por el diario anglófono de Hong Kong South China Morning Post, la policía de Pekín ha detenido a Pu después de participar en un seminario organizado en memoria de la represión del movimiento de 1989, en la que se estudiaron “las consecuencias de aquella represión y se exigió que se efectúe una investigación para que se conozca la verdad sobre los acontecimientos del 4 de junio de aquel año”. Pu, que en 1989 era todavía estudiante, participó en las manifestaciones de Tiananmen.

Siempre según las mismas fuentes, a la jornada de estudios celebrada el 3 de mayo de 2014 en un domicilio privado de Pekín, asistieron al menos 15 personas (intelectuales, militantes y personas cercanas a los muertos durante la masacre de Tinanamen). De ellas, otras cuatro fueron igualmente detenidas al final de la reunión;  según Amnistía Internacional se trata de los activistas Xu Youyu, Liu Di, Hao Jian y Hu Shigen. De acuerdo con la legislación china, la policía puede mantenerles detenidos provisionalmente hasta una fecha posterior al 4 de junio.

“Veinticinco años después, las autoridades eligen de nuevo la vía de la represión en lugar de reconocer la necesidad de un debate abierto sobre los acontecimientos de 1989”, ha declarado Anu Kultalahti, investigadora de Amnistía Internacional (AI) al hacerse pública la detención de Pu Zhiqiang.

El abogado Pu Zhiqiang es un conocido miembro del Movimiento de Weiquan (Movimiento a favor de los derechos cívicos, integrado por juristas) que ha defendido a autores y periodistas en procesos muy mediatizados, entre ellos el del artista y activista Ai Weiwei, acusado de fraude fiscal por las autoridades chinas, que le mantienen en libertad condicional desde 2011 impidiéndole salir del país mientras en occidente se multiplican las exposiciones de su obra y los homenajes a su persona. Pu es también conocido por sus campañas contra los campos de reeducación por el trabajo, que han llegado a albergar hasta diez millones de ciudadanos chinos, presuntos delincuentes, una mano de obra gratuita que ha contribuido y mucho al despegue económico del país, y cuya supresión anunció el gobierno en 2013.

Por su continua crítica a la política oficial, el abogado Pu ha estado siempre vigilado de cerca por la policía, que le ha detenido en varias ocasiones. Como las autoridades chinas controlan estrechamente Internet, para lo que cuentan con un ejército de 10.000 ciberpolicías, en muchas ocasiones con la colaboración directa de compañías occidentales, principalmente estadounidenses, como Yahoo, Google, o Cisco Systems (las tres denunciadas internacionalmente y multadas en su país por esa participación en la censura y represión de ciudadanos chinos), en 2013 se prohibió la participación de Pu en todas las plataformas de blogs, después de que criticara públicamente a Zhou Yongkang, un dirigente del Partido Comunista chino, hoy en desgracia.

Veinticinco años después, las autoridades chinas siguen empeñadas en negar la existencia de aquella masacre y continúan censurando cualquier información relacionada con aquellos acontecimientos. No solo intentan evitar a cualquier precio que se organicen actos en memoria de aquella masacre, sino que todavía, en la página de Sina Weibo, la red social más importante del país, al escribir la palabra Tiananmen aparece un mensaje indicando que, de acuerdos con las leyes y reglamentos en vigor, no se pueden facilitar los resultados.

En esa misma red, muchos abogados han manifestado su preocupación por la suerte que puede correr Pu Zhiqiang y le han dirigido mensajes de apoyo, la mayoría de los cuales han sido suprimidos, como el del abogado de Pekín Deng Shulin: “Pu Shiqiang debe ser puesto en libertad. Detener a los abogados: ¿se trata de una nueva directriz emanada de la reforma judicial?”. También en Weibo, la actriz de cine Zhang Ziyi aconseja a sus seguidores que vean la película El consejero, “la historia –escribe-  de un respetable abogado que se bate por la democracia, el respeto al derecho y la justicia. El film se inspira en la historia del ex presidente coreano Roh Moo-Hyun. Inútil repetir aquí que recuerda esa película, lo mejor es que vayáis a verla”.

Por su parte, Maya Wang, de la organización Human Rights Watch ha comentado en Twitter: “la detención de Pu y otras personas es la mejor publicidad para el 25 aniversario y permite atraer la atención que las autoridades quieren evitar”. La periodista Sui-Lee Wee recomienda un artículo: “Este es un buen momento para leer el artículo de Pu Zhiqiang sobre el 4 de junio. Si todos olvidan ¿no estaremos abriendo la puerta a futuras masacres?”.

Según AI, los medios de comunicación chinos informaban el 8 de mayo de 2014 de la detención de Gao Yu, conocida periodista de 70 años de la que no se sabía nada desde el 24 de abril, que en 1989 escribió mucho sobre los acontecimientos de Tiananmen y ahora está acusada de compartir un documento “secreto” con redactores de una publicación digital extranjera, en agosto de 2013. “Gao es la última víctima de la imprecisa y arbitraria legislación china sobre secretos de Estado, que las autoridades utilizan reiteradamente como cortina de humo para atacar a los activistas”, ha explicado Anu Kultalahti, investigadora de Amnistía Internacional sobre China. “El momento en que Gao ha sido detenida es muy sospechoso y hace que se planteen serias dudas con respecto a los verdaderos motivos de las autoridades”.

Según esas fuentes, Gao está acusada de compartir un documento ideológico del Partido Comunista, conocido como “Documento núm. 9”, en el que se atenta gravemente contra la libertad de prensa y la libertad de pensamiento. “La información del Documento núm. 9 no merece en absoluto ser clasificada como secreto de Estado. Si Gao se encuentra recluida por difundir este documento, debe ser puesta en libertar de inmediato”, ha señalado Kultalahti.

En la mejor tradición de los grandes procesos estalinistas, el mismo día 8 por la mañana, la televisión estatal china CCTV emitió una confesión de Gao, en la que aparecía con el rostro borroso. Desde el 24 de abril no se sabe nada de su hijo Zhao Meng; sus amistades piensan que podrían haberle detenido, para presionarla:“La confesión televisada no prueba nada, y es probable que la hiciera bajo coacción. Este tipo de confesiones eliminan toda posibilidad de juicio justo”, ha aclarado Kultalahti.

AI informa también de que la policía china está interrogando a muchos militantes de los derechos humanos, para intentar coaccionarles e impedir que se expresen en relación con la fecha del 4 de junio. Entre los indagados se encuentran la  señora Zhan Xianling –cuyo hijo, Wang Nan, fue asesinado en Tiananmen en 1989-, así como otras Madres de Tiananmen que llevan más de dos décadas intentando que se haga justicia con las víctimas de aquella masacre llevada a cabo por la policía y el ejército chinos, en el que resultaron muertos y heridos cientos de manifestantes: la cifra exacta es uno de los secretos mejor guardados.


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