martes, 27 de mayo de 2014

Dos madres perfectas, incesto y glamour a partes iguales



Las madres son guapísimas, amorales, tienen cuerpos estupendos, seductoras arrugas en el rostro y una risa perfecta; los hijos son estupendos, el desiderátum, altos, guapos, inteligentes, crecidos sin prejuicios ni tabúes surfean sobre las olas; el mar es espléndido, increíblemente azul, infinito y solo para ellos cuatro; las viviendas, construidas en la playa solitaria, lejos del mundanal ruido como el sueño adolescente hojeado en una revista de decoración…

Inquietante, Dos madres perfectas, una “love story” sentimental y cruel basada en una novela de Doris Lessing, que ha sido traducida a distintas lenguas con diferentes títulos (Dos madres, Abuelas, Perfect mothers…), “no es ni un melodrama sentimental ni una reivindicación feminista; tampoco El graduado versión siglo XXI sino más bien una de relaciones peligrosas que puede resultar enojosa al espectador bienpensante, que transcurre a lo largo de varios años y da la vuelta a los estereotipos habituales demostrando que, en el amor, “las mujeres pueden ser tan hombres como los otros”.

Dirigida por Anne Fontaine (Entre ses mains, La Fille de Monaco, Mi peor pesadilla) e interpretada por dos buenas actrices, la británica Naomi Watts (Lo Imposible, Mulholland Drive) y una redescubierta y cada vez más presente en la filmografía estadounidense actual Robin Wright (quien ha suprimido de su apellido el Penn que añadió durante el tiempo que estuvo casada y, a pesar de que los años no han pasado en balde, será siempre la princesa prometida de su adolescencia, La Conspiración, The Congress, Moneyball). La película habla de amor, familia, trasgresión, sensualidad y erotismo, pero todos los matices desaparecen absorbidos por la sensación de estar pasando las páginas de una cara revista de papel couché donde siempre hace calor, todo es bellísimo y la gente es rica y feliz. Demasiado perfecto y poco convincente.

Roz y Lil, dos grandes amigas desde la infancia, han crecido juntas en una idílica ciudad costera australiana; viven con sus familias en dos mansiones envidiables, muy cerca una de otra en un escenario paradisiaco a orillas del mar. Con el tiempo, sus hijos adolescentes han desarrollado una amistad igual de fuerte. El marido de Lil ha muerto en un accidente, el de Roz es un hombre vulnerable y débil que adora al resto de personajes. Pero un buen día, cuando las amigas se acercan al medio siglo y siguen siendo bellísimas y muy sexy, se altera todo en ese paisaje perfecto: Roz inicia una relación con el hijo veinteañero de Lil, primero sexual y clandestina, después sentimental y a cara descubierta. Por venganza, su hijo Tom seduce a la viuda. Los cuatro se meten hasta el fondo en esas relaciones que les sobrepasan y no logran controlar. Durante un tiempo, el cuarteto –el marido de Roz ha aceptado un puesto de profesor en la universidad y ha abandonado el hogar- viven esa situación transgresiva y edénica que les hace enormemente felices, crean una especie de vacío en torno a ellos y es como si nada más existiera en el mundo. Después, y por qué no estaría bien visto dejar que triunfara la trasgresión, las cosas cambian: los chicos se casan, las relaciones se mantienen a ratos pero han vuelto a la clandestinidad, las madres se han convertido en abuelas y sus nietas que aprenden a nadar con flotadores están a punto de iniciar a su vez una amistad de las que duran toda la vida.

Dos madres perfectas se estrena en España el 30 de mayo de 2014.




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