Con
ocasión de celebrar su medio siglo de actividad como cineasta, el realizador
Yamada Yoji –autor de casi un centenar de películas y otros tantos guiones y
conocido internacionalmente por ser el creador de la serie Tora-san- ha querido
rendir un homenaje a quien fuera su maestro, Ozu Yasujiro, haciendo un remake
de la célebre película de 1953 Cuentos de Tokyo (en la que participó como
ayudante de dirección y es considerada por no pocos realizadores como la mejor
película de la historia del cine), que el 22 de noviembre de 2013 se estrena en
España con el título de Una familia de Tokyo. Desde la pasión y el respeto por
la obra del maestro, Yamada reinterpreta los temas de la familia, la filiación
y el duelo, al ritmo de la vida japonesa contemporánea, en un país traumatizado
por la catástrofe del tsunami del 11 de marzo de 2011.
Ganadora
de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, donde se alzó con la espiga
de Oro al Mejor Largometraje, Una familia de Tokyo es una excelente homenaje,
“una película casi mágica”, un ejercicio de virtuosismo cinematográfico.
La pareja de ancianos Shukichi y Tomiko
viajan desde su isla a Tokyo para visitar a los tres hijos del matrimonio, que
ya son adultos y viven en la capital. Ambos hacen el viaje con la convicción de
que será el último, y también quizá la última vez que vean a sus hijos y
nietos. Son una familia como tantas que conocemos. Los abuelos vienen a
Tokyo a visitarles pero los hijos apenas encuentran tiempo para dedicárselo, se
pasan a la pareja de uno a otro y acaban buscándole acomodo en la habitación de
un hotel. La relación entre generaciones se presenta tan conflictiva como las
que vemos por aquí a diario. Yamada ha
optado por la total fidelidad a la obra del maestro Ozu que, medio siglo más
tarde, se revela intemporal: perfectamente definidos los tipos de los
personajes y las relaciones que existen entre ellos.
Con más de 80 años, perteneciente a la
generación de la posguerra, Yamada ha cultivado siempre un cine popular de
calidad que narra la vida cotidiana de gentes sencillas. Los personajes de Una
familia de Tokyo pertenecen a la clase media educada: el hijo mayor es médico y
tiene la consulta en su domicilio; la hija es propietaria de una peluquería y
el menor (que en la película de Ozu había muerto en la guerra) ahora es una especie
de bohemio que cultiva, con escaso éxito, distintas disciplinas, entre las que
se incluye la realización de decorados teatrales.
Yamada ha tenido especial interés en marcar
los avances de orden tecnológica que distinguen su película de la anterior: los
teléfonos ahora son móviles, el avión de papel con que jugaba uno de los nietos
es ahora un helicóptero teledirigido, y las referencias a la segunda guerra
mundial que aparecían en Cuentos de Tokyo en esta película se han cambiado por
alusiones a la catástrofe nuclear de Fukusima. Aunque la narración y los
personajes son los mismos, Yamada los ha reinterpretado a la luz del medio
siglo transcurrido, introduciendo una visión esperanzada de futuro.
A lo largo de su extensísima carrera, Yoji
Yamada ha firmado títulos tan importantes como: El pañuelo amarillo de la felicidad, El ocaso del samurái y Kabei: nuestra madre. Anteriormente, The Hidden Blade y Love & Honor también participaron
en la sección oficial de la Seminci.
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