Aunque
confieso que me gusta mucho más el título original de esta película, Un largo
camino hacia la libertad, entre otras cosas porque, como en todos los casos, el
hombre es anterior al mito, el biopic sobre la vida del sudafricano Nelson
Mandela -uno de los grandes hombres del siglo XX y sobre todo uno de los
protagonistas mayores del final del apartheid y el imperio de la minoría blanca
del país-, que llega a las pantallas españolas el 17 de enero de 2014, consigue
el objetivo propuesto: ofrece una visión de Mandela ajustada a la realidad, o
al menos a su autobiografía, y cuenta con una excelente interpretación de Idris
Elba que, literalmente, ha conseguido meterse en el personaje, mimetizarse con
él para ofrecernos no solo convincentes retazos de su apasionante vida sino
también algunos rasgos de su espíritu.
No
sería justo repetir los adjetivos al hablar de la realización del británico
Justin Chadwick, demasiado clásica, lineal y convencional para contar la vida de
un personaje -cuya muerte se ha producido pocos días antes de este estreno lo
que sin duda añade un plus al interés del espectador- que fue cualquier
cosa menos convencional. Una historia conocida hasta en sus mínimos detalles
como es ésta merecía quizá una dirección más arriesgada e innovadora.
Película
por encima de todo pedagógica que relata el complicado y penoso camino recorrido
por Mandela hasta conseguir la libertad, la suya y la de todo su pueblo. Niño
pastor en la tribu de su padre en Transkei, abogado en Johanesburgo, militante
del Congreso Nacional Africano y uno de los creadores de su brazo armado,
prisionero político, pacifista hasta romper su matrimonio y finalmente
presidente en el país donde primero se le consideraba un indeseable y después
un terrorista, todas y cada una de las etapas de la vida de Mandela contienen
elementos que contribuyen a aumentar el mito, y a fabricar el símbolo.
En
este sentido, la película de Chadwick que borda Idris Elba (American gánster,
Pacific Rim, Thor) y que, por lo que he leído por ahí, es al menos la quinta
que, desde 1987, se centra en la vida y andanzas del más ilustre de los
políticos sudafricanos (la anterior, Invictus, dirigida por Clint Wastwood e
interpretada por Morgan Freeman, es de 2010).
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