miércoles, 20 de marzo de 2013

Una bala en la cabeza: una memez


Evidentemente tiene que haber cine para todos, incluidos los que disfrutan con las escenas de violencia gratuita de un Sylvester Stallone decrépito, que no se aguanta sobre las piernas y lleva tanta artesanía de bisturí encima que parece de cartón piedra, como un frankenstein de serie B. Pero el derecho a disfrutar de todo tipo de películas no justifica en absoluto la producción de esta Una bala en la cabeza –que se estrena en los cines españoles el 22 de marzo de 2013- de la que, adelantándose en el tiempo, el crítico Eric Libiot, del semanario francés L’Express, ya dijo todo hace un mes: “Es tan idiota, cretina y aburrida que da hasta miedo”.

Es todo eso, e incluso más si nos esforzamos. En el género de cine de acción adobado con dosis gigantescas de testosterona, estamos ante lo que los productores definen como “trepidante thriller” del realizador Walter Hill (Another 48 hours, Trespass, Gerónimo, Will Bill, Invicto, Last man Standing) quien, como también recuerda el mismo colega francés “lo que se hacía en los años ’90 era de otro calibre. No estaba bien pero era mejor”.

En fin, volvamos a lo esencial. Lo mismo que en la novela gráfica de Alexis Nolent y Colin Wilson que ha dado origen a este engendro, Stallone es Jimmy Bobo, un asesino a sueldo de Nueva Orleans que tiene a gala no haber matado nunca a un inocente; pero en realidad eso importa poco, ya que por lo visto en su camino solo se cruzan culpables. Tras ejecutar un contrato deja tras de sí a un testigo vivo. Para castigarle por el error, un misterioso asesino mata a su socio en el negocio de la eliminación. Entonces aparece el policía bueno y resulta que también han asesinado a su compañero.

Resultado: el poli y el sicario componen un equipo que, tal y como están las cosas, resulta hasta natural y se empeñan en acabar con la peligrosa organización que tiene corrompida a media ciudad. Situados ambos a distinto lado de la ley, nos demuestran lo delgada que es la frontera que les separa.
 
 

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