miércoles, 27 de marzo de 2013

Los últimos días, todo es miedo en Barcelona



2013. Una misteriosa enfermedad se extiende por el planeta. La humanidad desarrolla un pánico irracional a salir al exterior, lo que provoca la muerte de manera fulminante. Toda la población mundial está encerrada en los edificios. Mientras la civilización se desmorona, Marc (Quim Gutiérrez), sin poder salir a la calle, emprende una odisea en busca de Julia (Marta Etura), su novia desaparecida.

Una road movie en el subsuelo, un recorrido casi interminable por el metro, las alcantarillas y los sótanos de Barcelona en el que, burla del destino, al protagonista le acompaña “el tiburón contratado por recursos humanos” (José Coronado) con el encargo de despedirle de su puesto de empleado en una multinacional.

A pesar de que niegan que esa fuera su intención, a los hermanos Àlex y David Pastor, que han escrito y realizado a cuatro manos Los últimos días –película en su línea habitual de aterrorizar al personal con lo que puede venir (la anterior se llamaba Infectados y tenía como protagonista a un virus letal), que llega a las salas españolas el 27 de marzo de 2013- les ha salido una metáfora de la crisis: el mundo que conocíamos ya no existe, todo es oscuridad, muerte, miedo, basura, apocalipsis…las personas, aterrorizadas, caen como moscas, los más afortunados permanecen escondidos tras las barricadas levantadas en las estaciones del suburbano y en los supermercados de los centros comerciales, no hay comida para todos pero tampoco hay lugar para todos, los edificios arden, la calle es la viva imagen de la desolación… En suma, una de ciencia ficción española con ínfulas americanas, ambientada en ahora mismo, que después de apuntar un final de lo más convencional y manido se resuelve en un segundo “the end” con la vista puesta en el futuro (los adolescentes que han sobrevivido, en este caso) que tampoco convence demasiado. Los actores bien pero los personajes desmesurados.


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