C
uando ya han pasado diez días desde la desaparición del periodista saudí
Jamal Khashoggi, de 59 años, continua el misterio acerca de lo ocurrido en el
interior de la embajada de Arabia Saudí en Estambul –donde se encuentra también
el consulado-, último sitio en que se le vio cuando entraba el 2 de
octubre para arreglar cuestiones relativas a su inminente matrimonio, según han
declarado la novia turca del periodista, quien estuvo esperándole once horas
antes de denunciar su desaparición, y otras personas allegadas.
Jamal Khashoggi entrando en la emabjada (foto diario Sabah) |
La investigación abierta tiende a acreditar la tesis de que se trata de un
asesinato político cometido por orden de la monarquía saudí con la que el
periodista, exiliado en Estados Unidos desde 2017, había manifestado su
discrepancia y a la que criticaba e sus intervenciones en una televisión
estadounidense.
Una información de la tarde de este 12 de octubre de 2018, del canal
internacional Euronews, asegura que Turquía tendría pruebas de vídeo y
grabaciones de audio de que Jamal Khashoggi fue interrogado, torturado y
asesinado, antes de ser desmembrado, en el interior del consulado de Arabia
Saudí en Estambul.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump, el presidente turco Erdogan y
el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jeremy Hunt, cuyo gobierno apoya a
Ryad en el conflicto que tiene abierto con los rebeldes hutíes de Yemen, han
preguntado directamente a las autoridades Arabia Saudí por la desaparición de
Jamal Khashoggi. Según el diario francés Le Monde, el 11 de octubre de 2018,
Hunt aseguró que las autoridades
saudíes se exponen a “grave consecuencias” si se demuestra que son responsables
de la desaparición del periodista. “Si quieren que haya un resultado
satisfactoria en este asunto tenemos que encontrar a Khashoggi. Desmienten las
acusaciones, entonces ¿dónde está Khashoggi?”.
En cuanto al presidente estadounidense ha hablado de “decepción” respecto a
sus aliados saudíes, y el turco Erdogan, ya en conflicto con las autoridades
saudíes antes de este caso, ha empleado un tono más duro de lo acostumbrando
asegurando que Turquía no se va a quedar de brazos cruzados: “Ha ocurrido en
nuestro país, no podemos quedarnos sin hacer nada” Desde el comienzo de la
investigación, mantiene que el periodista no salió nunca de la sede
diplomática, apoyándose en el hecho de que las cámaras de videovigilancia
situadas en el exterior del edificio muestran a Khashoggi entrando solamente,
mientras que Ryad asegura lo contrario y dice que aquel día las cámaras no
funcionaban bien.
El martes 9 de octubre, el canal turco en lengua inglesa TRT World aseguró
qe las autoridades turcas sospechan de un grupo de unos 15 ciudadanos saudíes
llegados a Estambul el día de la desaparición de Khashoggi. Algunas fuentes han
llegado a asegurar que el cuerpo del periodista habría salido de la embajada,
desmembrado, en valija diplomática.
El editorial del diario Le Monde del 11 de octubre dice
que lo que empezó como un simple caso criminal se está transformando en una
crisis internacional. “Después de hablar primero de retención y luego de
secuestro, las autoridades turcas hablan ahora de una operación comando,
orquestada desde Ryad, que habría llevado a la liquidación del periodista y al
desmembramiento de su cuerpo. Consideradas en principio desmesuradas, estas
acusaciones ganan consistencia a medida que los investigadores filtran sus
descubrimientos a los medios”.
“Soplan malos vientos para la prensa –continúa más adelante- Desde el
comienzo del año han matado a tres periodistas en suelo europeo: el eslovaco
Jan Kuciak, la maltesa Daphne Caruana Galizia y la búlgara Viktoria Marinova.
Probablemente, Jamal Khashoggi, visto por última vez en Estambul, puerta de
Europa, es el cuarto. Renunciar a aclarar completamente su desaparición daría
luz verde a todos los depredadores de la libertad de expresión”.
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