Saltar
o no saltar, esa es la cuestión: Cuatro suicidas se encuentran en la terraza de
un rascacielos londinense la noche de fin de año.
Pertenecen
a cuatro generaciones y tienen diferentes motivos para acabar con sus vidas:
Martin Sharp (Pierce Brosna, Golden Eye, El mañana nunca muere) es un veterano
periodista que se ha quedado sin su trabajo en la televisión; Maureen (Tony
Colette, La boda de Muriel, La pequeña Miss Sunshine) , un ama de casa
totalmente entregada al cuidado de un hijo minusválido; JJ, (Aaron Paul, La
última casa a la izquierda, Need for Speed), repartidos de pizza que pretende
tener un cáncer cerebral; y la joven maniaco depresiva Jesse (Imogen Poots,
Noche de miedo, Jane Eyre), hija de un diputado que acaba de pasar por un
fracaso amoroso. Después de contarse sus respectivas vidas y los motivos que
les han impulsado al suicidio, los cuatro pactan no matarse antes de San
Valentín, o que significa que tienen por delante seis semanas para cambiar de
opinión y quién sabe si también de vida, e inician una amistad a cuatro bandas,
bastante improbable a primera vista, especie de grupo de apoyo para suicidas
que se prolonga en unas vacaciones junto al mar.
Un
poquito deprimente y manifiestamente mala, aunque es bastante difícil tomarse
esta historia en serio, Mejor otro día (Long Way Down), adaptación para la
pantalla de la novela best-seller de Nick Hornbu “A Long Way Down”, dirigida
por el realizador francés Pascal Chaumeil (Los seductores, Un plan
perfecto), habla de la soledad y la desesperación mezclando los aspectos
trágicos y cómicos de los personajes en una comedia romántica más que en ningún
momento logra resultar divertida. Mejor otro día se estrena en los cines españoles
el 11 de abril de 2014.
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