A mí, esta historia no me daba ni para un
corto, corto. Si le quito todas las escenas de sexo en vivo y en directo -¿cómo
decir que algunas me han parecido pornografía no justificada sin parecer
timorata hasta la náusea y al margen del mundo, a juzgar por los elogiosos
comentarios leídos tanto en la prensa nacional como en la francesa?)- no me
quedan ni cinco minutos de película de un thriller que, escrito, no ocupa ni un
folio: los protagonistas ni estudian, ni trabajan, ni se relacionan con nadie
que no acuda a la incómoda playa empedrada del lago que figura en el título; y
como lo que vemos se trata de aquí te pillo aquí te mato (también hay parejas
que parecen consolidadas, pero solo las vemos de pasada), sexo a salto de mata
preferiblemente para tirar y olvidar, tampoco es que entre ellos necesiten para
comunicarse algo más que monosílabos.
Me gusta suponer que ser homosexual no puede
impedir que se quiera algo más que sexo con otro semejante; no digo amor, que
también, pero al menos poder charlar, coincidir o, aunque solo sea, salir a
cenar.
Pero yo debo estar equivocada, porque algo
tendrá el agua...; la academia del cine francés –que sin duda sabe mucho más
que yo- sabrá si ha elegido a su protagonista, Pierre de Ladonchamps, como actor-revelación en los Premios Cesar
del año por algo más que un bonito cuerpo filiforme, y el jurado del último
Festival de Cannes por qué optó por premiar a su realizador, Alain
Guiraudie (No habrá paz para los valientes, El rey de la evasión), como el mejor director de la sección Un
Certain Regard.
Elegida
película del año por la prestigiosa revista
Cahiers du Cinema, y encabezando los rankings de películas más
imprescindibles por la crítica especializada, El Desconocido del lago es un
thriller de corte erótico ambientado en un lago nudista frecuentado por hombres
en busca de encuentros amistosos y amorosos con otros hombres. El protagonista,
Franck, conoce a Henri con el que inicia una relación de amistad muy profunda,
a la vez que se enamora de Michel, un hombre atractivo y musculoso con el que
comienza a tener fugaces encuentros sexuales. Franck sabe que no le conviene
acercarse a Michel pero la pasión descontrolada que siente, hace que siga
viéndose con él a pesar de saber que es un hombre muy peligroso.
El Desconocido del Lago llega a
los cines españoles el 4 de abril de 2014 tras un largo recorrido por
festivales en los que ha obtenido numerosos reconocimientos y premios
cinematográficos. Ente ellos destacan los ya mencionados al y el Giraldillo de Oro a la Mejor Película en el Festival de Sevilla
2013.
El
desconocido del lago explora el deseo sexual y los códigos de relación
existentes en el mundo gay, en una especie de narración “a puerta cerrada” que
se desarrolla a cielo abierto –es un lugar concreto, se conocen todos, son los
habituales, se cruzan todos los días, se tienden al sol e inician el contacto
en la playa de un lago y el bosque que queda a sus espaldas-, donde tienen
lugar los encuentros y desencuentros de unos, el voyereurismo de otros y la
sensación, entre angustiosa y placentera, de transgresión que sienten todos. El
mejor personaje, en mi opinión, es el de alguien que permanece como testigo, al
margen de la historia, durante todo el relato: Henry, “ni muy guapo ni muy
gay”, está solo de vacaciones en el lugar –en realidad, da la impresión de que
toda su vida transcurre en soledad- y lo que persigue no es la pasión, sino
encontrar un amigo.
Cruda,
muy cruda, historia de una locura de amor, un amor hasta la muerte, un amor
tóxico que deja un regusto amargo al sentimiento trágico que envuelve siempre
el ritual de apareamiento de los seres humanos.
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