En
2010, un joven erudito israelí llamado Lilach Natanael, descubrió en el archivo
Gnazim de Tel Aviv, el manuscrito de una novela inédita, escrita por David
Vogel, perteneciente con Joseph Roth y Stefan Zweig entre otros, a la
generación de autores centroeuropeos “que en las primeras décadas del siglo XX
contribuyeron a renovar la mirada literaria”. Nacido en la actual Ucrania en
1891 y fallecido en Auschwitz en 1944 (célebre hasta entonces por la novela La
vida conyugal , la única que publicó en vida), el manuscrito encontrado se
editó posteriormente con el título Una novela vienesa, una historia escrita a
lo largo de varias décadas, en las que el autor saltó de un país a otro, a
caballo entre el cosmopolitismo imperante en la Europa más intelectual de aquellos
primeros años del siglo XX y la reflexión filosófica del eterno exiliado que
fue Vogel.
David
Vogel fue un outsider y siempre un escritor pobre; el personaje de Una novela
vienesa, Michael Rost, es un alter ego que encarna lo que “un judío no será
nunca, viril, anti-intelectual, amoral y rubio”; con toda probabilidad alguien
que a Vogel le habría gustado ser en la Viena de Freud, cuando la sexualidad
empezaba a explicar la mayor parte de los comportamientos del género humano y
el erotismo y los tabúes rotos se incorporan a la literatura. No resulta fácil
separar al autor del personaje, se superponen a medida que avanza la historia.
Vogel,
personaje solitario y torturado que vivió en un estado de miseria permanente y
un exilio continuado –Viena, París, Palestina, Polonia, Berlín- escribió en
yiddish y con una letra microscópica la historia de amor triangular entre un
joven ruso de 18 años, Michael Rost, una mujer mayor, Gertrude, y su hija
adolescente Erna; según sus biógrafos, la novela reproduce en cierta forma un
episodio de sus años jóvenes, cuando vivió su primera historia de amor con una
mujer casada y después se enamoró de la hija de 11 años. En la introducción que
el poeta Dan Pagis hizo a Poemas completos de Vogel (obra también publicada
póstumamente), cita la descripción que otro poeta y profesor de literatura
hebrea, Hillel Bavli, fallecido en 1961, hizo de Vogel: "Un joven de unos
20 años vestido con ropa desteñida, con un sombrero negro de ala ancha y
melancolía en los ojos. Un hombre de pocas palabras. Su rostro pálido siempre
parecía exhausto y cansado".
Rost,
el protagonista de la novela, es un vividor sin especiales cualidades que había
emprendido un viaje a Oriente Próximo, presumiblemente Palestina, pero al
llegar a Viena decide que no “existe ninguna razón para continuar”, encuentra
un lugar que le resulta cómodo en la sociedad pequeño burguesa, se deja
proteger económicamente por un misterioso benefactor y se dedica a disfrutar lo
más posible de una ciudad que, en vísperas de la primera guerra mundial, está
muy viva y palpitante.
Novela
inconclusa de mezcla de gentes míseras y sofisticadas, alcobas donde se producen
infidelidades y personajes sensuales y atormentados, reúne todas las
características de un relato que ha sido reconstruido muchos años después de
que fuera escrito. En la edición española se ha omitido la nota al final del
texto de los editores hebreos –Lilach Natanael y el profesor Youval Shimoni- en
la que animaban a los lectores a no tener en cuenta las repeticiones o
contradicciones que puedan encontrar en el texto “y a reubicar los pasajes
siempre que lo consideren apropiado”.
Según
el profesor Michael Gluzman, de la Universidad de Tel Aviv “tanto en su
trabajo, como en su vida, Vogel siempre estuvo en el campo equivocado. En Viena
le detuvieron por ruso como enemigo extranjero, en Francia le arrestaron por
austriaco, y después de quedar en libertad le detuvieron e internaron por
judío. Esta no pertenencia es una cuestión de principio en Vogel (…) Hay en él
algo que le hace querer ser, y seguir siendo siempre, un extraño”.
Editorial
Minúscula, colección Tour de force
Traducción
del hebreo de Gerardo Lewin
ISBN:
978-84-941457-0-4
328
páginas, 22€
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