Después de haber vivido casi cuatro décadas de exilio en Gran Bretaña, el
cineasta Pawel Pawlikowski (Transit Palace, My Summer of Love) ha regresado
hace unos años a su Polonia natal y desde allí nos llegan con la primavera de
2014 dos obras con su firma: La mujer del quinto - realizada en 2009, que se
estrena en algunas salas españolas, con pases puntuales, a partir del 21 de
marzo, y definitivamente en abril- e Ida, que podremos ver una semana más
tarde.
La mujer del Quinto –el ordinal se refiere al distrito quinto parisino-,
thriller fantástico con fondo de un París bastante cochambroso, hostil y
sombrío, protagonizado por el americano Ethan Hawke (El círculo de los poetas
desaparecidos, Bienvenido a Gattaca, Lord of War) y la franco-británica Kristin
Scott Thomas (El paciente inglés, La pesca del salmón en el desierto) cuenta la
historia de un escritor estadounidense, autor de una sola novela premiada, que
tiene una orden de alejamiento de su mujer y llega a París con la intención de
establecer algún tipo de relación con la hija de ambos, una niña de seis años.
Nada de lo que la fantasía del personaje tenía previsto se cumple: le
roban sus pertenencias, acaba en un hotel miserable donde el dueño le cede la
habitación a cambio de que de noche controle las entradas a una vivienda, donde
no se sabe que ocurre pero se intuye que nada lícito…Hasta que conoce a una
misteriosa mujer, inglesa y viuda de un escritor húngaro, con la que establece
una apasionada relación al tiempo que vive un romance casi adolescente con la
mujer polaca de su empleador… Mientras tanto, el protagonista va llenando de
palabras y dibujos una serie de folios que deberían ser tanto una segunda novela
como el legado para su hija…
Basada en la una novela menor, del mismo título, del autor de
best-sellers Douglas Kennedy, que narra el descontrol mental de un perdedor
siempre en fuga, es un relato poco coherente y un tanto confuso de las idas
venidas por la realidad y la fantasía de unos personajes llenos de sombras, que
da por sabidas muchas cosas y que al final tiene más de misterio que del
teórico suspense que exigía un relato como éste, fundamentalmente a cuenta de
los arquetipos: el escritor atormentado, la mujer ideal e infinitamente lejana,
los secundarios todos “fronterizos”...
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