“El
caos es un orden que todavía no se ha descifrado” (José Saramago)
No
sé dónde, pero en algún sitio alguien inventó el axioma de que todos tenemos un
doble en alguna parte. Algunos, como el protagonista de la película Enemy –que
se estrena en España el 28 de marzo de 2014- tienen incluso la tentación de
descubrir dónde está y llegar a conocerle.
Con
esta premisa, y teniendo como base la novela El hombre duplicado (Alfaguara
2002), del inolvidable escritor portugués José Saramago, el director canadiense
Denis Villeneuve (también inolvidable por Incendies, una de las mejores
películas de los últimos años), ha construido una narración llena de pistas
falsas, recovecos y rodeos que, en realidad no llevan a otra parte que el caos,
ese lugar en que se confunden sueño, pesadilla y realidad nebulosa.
Siguiendo
el consejo de un colega, Adam (Jake Gyllenhaal, que hace el papel de los dos
protagonistas), un profesor de universidad más bien desganado, alquila una
película en la que, en segundo plano, descubre a un actor que se le parece como
una gota de agua a otra. Intrigado, busca los datos de su doble, acude a la
agencia que le representa, la búsqueda acaba convirtiéndose en una obsesión
hasta que finalmente los dos hombres se conocen; lo que tampoco supone el final
de la pesadilla y podría terminar en tragedia.
Thriller
psicológico, película más intrigante que de intriga, en la que juegan un papel
importante las calles y algunos edificios de la gran ciudad que es Toronto (lo
mismo que Manhattan en muchas producciones estadounidenses), que adquieren
tintes enigmáticos y se convierten en metáforas y alegorías no siempre
fácilmente comprensibles para el espectador; tampoco para el crítico. Denis
Villeneuve ha creado un mundo que se parece mucho a una gran tela de araña, en
la que van quedando atrapados los personajes.
Con
continuas insinuaciones al espejismo del doble y a la teoría del caos (también
conocida como efecto mariposa), el realizador Villeneuve aprovecha la confusión
del juego escénico para rendir particulares homenajes a algunos colegas que le
precedieron hurgando en el inconsciente de sus personajes, como el Kubrick de
Eyes Wide Shut o el Polanski de Rosemary’s Baby; como en esta última, la idea
de la madre (encarnada, por partida doble, por una Isabella Rosellini que
parece arrancada de un filme de David Lynch, y la joven mujer embarazada del
protagonista) tiene un peso considerable en Enemy, película ganadora de cinco premios
en los Canadian Screen Awards y del Melies d’Argent en el último Festival de
Sitges.
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