Drama
histórico situado en mitad de las incertidumbres y las tensiones de los días
posteriores a la capitulación de Japón, al final de la Segunda Guerra Mundial,
Emperador, película dirigida por Peter
Webber (La joven de la perla,
Hannibal, el origen del mal) y protagonizada por Tommy Lee Jones (El
Fugitivo, Hombres de Negro, Lincoln) y Matthew Fox (En el punto de mira), está centrada en la
figura del general Bonner Fellers, encargado por el general MacArthur,
comandante supremo de las fuerzas de ocupación, de decidir si el emperador Hiro
Hito debe ser juzgado y condenado a morir ahorcado como un criminal de guerra,
lo que no es una decisión fácil: Japón estaba casi totalmente destruido, pero
el pueblo seguía venerando al emperador, considerado como la representación
divina en la tierra. Ejecutarle equivaldría a propiciar una revuelta y un nuevo
conflicto.
En
paralelo a los acontecimientos políticos, está la historia de amor de Fellers
con una estudiante japonesa, a la que conoció cuando se encontraba en Estados
Unidos en un intercambio y a la que busca desesperadamente en los diez días de
que dispone para llevar a cabo la tarea encomendada por MacArthur.
A
pesar del interés objetivo del relato y la excelente interpretación de Tommy
Lee Jones, Emperador–que se estrena España el 7 de marzo de 2014- no pasa de
ser una mediocre película de intriga que elude voluntariamente entrar en las
raíces del enfrentamiento entre los dos países y en la que se ha primado el
aspecto romántico de la historia secundaria, el heroísmo y los amores del
general Fellers que evidentemente no figuran en ningún libro de historia. Pese
a todo, la película se ve con el interés que siempre despierta el tratamiento
de los hechos históricos más recientes.
A
pesar de que el director ha optado por una visión políticamente correcta de la
solución adoptada –dejar al emperador con vida (murió en 1989)-, quienes se
dedican a buscar errores en el trabajo de los demás han notado que en el
resumen final acerca del destino posterior de los personajes que aparecen en la
película, se menciona que una vez terminada la guerra el general en jefe de los
ejércitos, y luego presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, degradó al
general Fellers al rango de coronel; pero, por lo visto, se trató de una medida
administrativa generalizada por la que más de 200 generales de brigada, que
tenían un rango temporal, volvieron al rango permanente de coroneles y entre
ellos se encontraba Fellers. No fue una medida punitiva sino un procedimiento habitual
en la desmovilización.
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