Masacres,
matanzas, torturas, desplazamientos, éxodos masivos… Un año después del golpe
de estado en la República Centroafricana (RCA), los equipos de Médicos sin
Fronteras (MSF) cuentan las atrocidades que están presenciando en el país en un
informe titulado “RCA: un año de escalada de la violencia”, hecho público el 19
de marzo de 2014, en el que pide a la comunidad internacional que incremente su
ayuda a la RCA.
Hace un año –comienza
el informe-, exactamente el 24 de marzo de 2013, las fuerzas de la coalición
rebelde de la Seleka tomaban Bangui, capital de la RCA. Desde hace por tanto 12
meses este país, que ya se encontraba exangüe, atraviesa una crisis
político-militar de gran envergadura cuyas consecuencias para la población son
de un dramatismo sin precedente.
“Lo que ocurre en RCA
es muy impactante. Estamos acostumbrados a trabajar en contextos muy violentos
pero allí incluso los más experimentados confiesan que muy pocas veces han
visto un nivel tan elevado de violencia. La vulnerabilidad de las poblaciones,
en materia de seguridad y asistencia sanitaria, es absoluta”, asegura Marie-Noëlle
Rodrigue, directora de operaciones en MSF.
Aunque, en los últimos meses, es la
minoría musulmana –condenada a exiliarse en masa hacia los países vecinos-
quien está pagando de manera particular el precio de la inestabilidad, el
conjunto de la población centroafricana se encuentra afectada por la situación.
“Todos tienen miedo, tanto cristianos como musulmanes, en Bangui lo mismo que
en el resto del país… la población vive aterrorizada, las familias están
destrozadas. La tensión se ha exacerbado, los discursos están cargados de
odio”, cuenta Delphine Chedorge, coordinadora de las actividades de urgencia de
MSF.
Como, a pesar de la degradación de los condiciones de
seguridad hay que dar respuesta a un número siempre creciente de necesidades,
MSF, que es la organización médica más implantada en RCA, ha hecho he este país
su prioridad y tiene allí desplegado un importante dispositivo operativo.
Llevamos varios años –continúa el informe, que quiere ser un
llamamiento más de apoyo a Centroáfrica- alertando sobre las consecuencias del
abandono, incluido el financiero, que rodea la crisis en RCA. A pesar de la
presencia de fuerzas armadas internacionales, encabezadas por el ejército
francés y con el apoyo de la ONU, la seguridad ambiental sigue siendo muy
precaria. “La situación humanitaria y médica ya era catastrófica antes del
golpe de estado. Y desde hace un año no ha hecho otra cosa que empeorar.
Sabemos que la crisis en la RCA todavía va a durar un tiempo. En este momento,
aún somos muy pocos quienes intentamos responder a la cantidad de necesidad que
hay planteadas sobre el terreno. Y eso pese a que la urgencia se mantiene”,
recuerda Marie-Noëlle Rodrigue.
MSF
lleva trabajando en RCA desde 1997: a día de hoy cuenta con cerca de 85
sanitarios procedentes de diversos países a los que se hay que sumar los 600
centroafricanos que trabajan in situ para MSF-Francia. La organización gestiona
tres proyectos permanentes (en Carnot, Bria, y Paoua) y dirige proyectos de
urgencia en Bangui y en el Oeste del país. También aporta asistencia a los
centroafricanos refugiados en el sur de Tchad.
La
totalidad del informe, en francés, está disponible en
http://www.msf.fr/presse/communiques/republique-centrafricaine-escalade-violence
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