La realizadora francesa Charlène Favier fue víctima de violencia sexual en un medio deportivo cuando era una niña. Probablemente por eso, su debut en el largometraje se ha centrado en lo que vio y experimentó personalmente: “Slalom”, drama que mezcla las carreras de esquí con las inapropiadas relaciones que se pueden llegar a generar, amparadas en la ambigüedad que propicia el ambiente deportivo, aunque no cuenta exactamente lo vivido por esta directora que se estrena, tampoco puede ocultar que ha sido su principal inspiración.
Liz tiene 15 años, ha ganado una beca que combina estudios y
deporte en una estación de esquí, y tiene
una madre que no puede ocuparse de ella. Fred, un antiguo campeón de esquí
convertido en entrenador de nuevas figuras, decide volcarse con la niña para
convertirla en una campeona, llevándosela incluso a vivir a su casa. Orgullosa
porque ha conseguido llamar la atención del entrenador, Liz se entrega tanto
física como emocionalmente, consigue ir ganando pruebas y sin darse cuenta
llega a depender totalmente del
entrenador.
No es difícil averiguar en la película todo lo que va a
suceder a continuación, algo que inevitablemente va a “molestar” al espectador y
que desgraciadamente está de rabiosa actualidad: la violencia sexual en el
deporte, la manera en que los predadores
se aprovechan de las jóvenes atletas –en la mayoría de los casos
menores- que les son confiadas para su formación, las relaciones malsanas entre
las deportistas y quienes se aprovechan de la natural influencia que ejercen
sobre ellas .
No es cuestión de que ahora se produzcan más casos de abusos
en el deporte, lo que ocurre es que en este terreno –como en el cine, la
televisión o la iglesia, por poner tres ejemplos de los que tenemos noticia- se
ha levantado el tabú.
Y bienvenida sea la película “Slalom” si puede contribuir a que sigan denunciándose
casos como el de la joven Liz,
correctamente interpretado por Noée Abita (“Ava”) quien, a pesar de haber
cumplido veinte años se ajusta perfectamente al papel del desarrollo de una adolescente
de quince frente a la influencia de un hombre del que depende totalmente, interpretado
por un Jérémie Renier (“El amante doble”, “El hombre del sótano”), tan seductor
como peligroso, que consigue hacerse
todo lo antipático que exige su personaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario