miércoles, 23 de marzo de 2022

“Adiós señor Haffman”, ocupando el lugar de otro


Con un trío de actores realmente notable –Daniel Auteil (“La belle epoque”, “Enamorado de mi mujer”), Gilles Lellouche (“El gran baño”, “Los infieles”) y Sara Giraudeau “Los traductores”, “El discurso”), 
al que se suman otros conocidos rostros del cine francés (Nikolai Kinski, Mathilde Bisson o Anne Coesens), la película “Adios señor Haffman” , dirigida por Fred Cavayé (“Por ella”, “Cuenta atrás”) es la historia de un bastardo que transcurre en París, en  plena Segunda Guerra mundial.

Adaptación de la obra teatral del mismo título de Jean Philippe Daguerre –galardonada en 2018 con cuatro “Molières” (los premios anuales del teatro francés), “Adiós señor Haffman” (1) es un drama histórico acerca de un hombre que quiso robar la vida de otro hasta el punto de acabar robándole la tragedia de su vida. Da la casualidad de que el autor de la obra y el cineasta que la ha llevado a la pantalla son amigos desde la juventud, lo que sin duda facilita el espinoso tema de la adaptación: es frecuente que los autores de las obras que inspiran películas no queden demasiado satisfechos con el resultado..

En mayo de 1941 París está ocupando. Cuando los muros y los escaparates  de la ciudad de llenan de carteles que anuncian que se va a efectuar “un censo de judíos”, el señor Haffman (Daniel Auteil), un inspirado joyero artesano de barrio, decide poner a salvo a su familia y, para ello, acuerda con su empleado Mercier (Gilles Lellouche) fingir que le ha traspasado el negocio hasta que finalice la Ocupación. Mercier y su mujer, Blanche (Sara Giraudeau), se instalan en la joyería-vivienda y cambian el letrero con el nombre del negocio, dispuestos a empezar a recibir encargos. Pero desgraciadamente las cosas no salen como estaba previsto, la familia de Haffman se pone a salvo pero él tiene que esconderse en la bodega de la tienda y enfrentarse al hombre que poco a poco se va adueñando de identidad, y de su vida.

El intenso y emotivo  drama que es   “Adiós señor Haffman” relata  una historia de amor, de valor y de miedo, y sobre todo de impostura. Un drama histórico, de la historia más reciente, interpretado con talento por dos grandes actores y una joven actriz que escala peldaños en cada una de sus apariciones: Sarah Giraudeau, a la que aquí descubrimos en la magnífica serie televisiva “Le Bureau des legendes”, con el pedigree de ser hija de una actriz y escritora y de un realizador cinematográfico.

Dejando a un lado la impecable actuación de los actores, reflexionar sobre el fascinante síndrome de la impostura puede parecer  un tema con mucho recorrido. Lamentablemente, sin embargo, la película no se aparta ni un centímetro de caminos trillados y más parece un telefilm  sobre un “topo” que el relato que promete sobre un caso de usurpación de roles.

 

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