viernes, 4 de marzo de 2022

Guerra en Ucrania: Todos contra Putin

Intelectuales, artistas, cineastas, deportistas, plataformas digitales y hasta una Miss se declaran a favor de Ucrania y en contra del amo del Kremlin (1)

 

 

Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania

Nunca, en varias generaciones, se había alcanzado tal unanimidad en el planeta Tierra para condenar la invasión de Ucrania; nunca tampoco habíamos tenido la impresión de estar viviendo un déjà vu; basta quitar el color a las imágenes que nos llegan desde Ucrania en  los últimos días para creernos en el Londres de 1942 o el Berlín de 1945. Putin ha desencadenado una guerra del siglo XX en pleno XXI.

 La invasión de Ucrania, el pasado 24 de febrero de 2022,  por las tropas de la Federación de Rusia ha logrado que la suma de intereses y solidaridades varias haya ido evolucionando hasta  transformarse  en un clamor universal contra el dictador ruso Vladimir Putin, un individuo con un pasado de espía soviético –lo que dice mucho acerca de sus métodos- y un presente de matón de barrio que explicaría sus maneras si no fuera porque lo que ha puesto en marcha es una guerra.

 En una carta abierta hecha pública por la organización PEN Internacional, un millar de escritores de todo el mundo –entre los que se encuentran el británico Salman Rushdie, la canadiense Margaret Atwood y dos premios Nobel de Literatura, el turco  Orhan Pamuk y la bielorrusa Svetlana Alexievitch, la novelista rusa Lidumila Oulistskaya, y la periodista filipina María Resa, Nobel de la Paz-, “consternados por la violencia desencadenada por las fuerzas rusas contra Ucrania”, condenan la “guerra insensata”, apoyan al « pueblo ucraniano » y piden que termine « el derramamiento de sangre”.  

 Tras la dimisión de su comisario, Raimundas Malaauskas, y la retirada de los artistas rusos seleccionados –entre ellos Alexandra Sikhareva y Kirill Savehenkov- para exhibir en él sus obras, el pabellón ruso permanecerá cerrado en la 59 Bienal de Arte de Venecia que abrirá sus puertas el próximo 23 de abril de 2022: “Cuando los civiles mueren por los disparos de misiles, los ciudadanos ucranianos tienen que refugiarse en los sótanos y a los manifestantes rusos (contrarios a la guerra) les asfixia la policía, no hay lugar para el arte”, escriben en un comunicado en el que anuncian sumarse así a los conservadores ucranianos  Lizaveta German, Maira Lanko y Borys Filonenko, y al pintor Pavlo Makov, que hace unos días informaron a los organizadores que no podían seguir trabajando en el proyecto .

Los responsables de esta edición de la Bienal, que permanecerá activa hasta el 27 de noviembre, tiene como slogan “La leche de los sueños”  y está dedicada a los mundos mágicos y la imaginación, han rechazado expresamente “cualquier forma de guerra y de violencia”.

Como una señal de protesta por la guerra, los músicos Nick Cave, Woodkid o Green Day han suspendido los conciertos en Rusia, las productoras cinematográficas Disney, Sony y Warner han suspendido sus estrenos en cines de la Federación de Rusia…los herederos del artista plástico Christian Boltanski han desprogramado la exposición anunciada para la próxima semana en San Peterburgo…el conjunto femenino ruso de punk Pussy Riot –enfrentado desde hace años a Putin, que las ha encarcelado desde 2012 por diferentes motivos, todos cuestionables- se ha unido a grupos de criptomonedas para –con la subasta de una bandera de Ucrania virtual- recoger fondos destinados a los ucranianos en la iniciativa UcraniaDAO, que está vendiendo “obras no fungibles” (NFT) en la web.

 

Se recoge lo que se siembra.

En su “boletín del tiempo” diario, que puede seguirse en Youtube, el realizador estadounidense David Lynch (“Twin Peaks”, “Mulholland Drive”), con fecha 25 de febrero de 2022, dice a cámara: “No sé cual será la temperatura esta tarde, pero sí puedo decir algo al señor Putin: …”existe una ley de la naturaleza a la que no podemos escapar: se recoge lo que siembra. Y en este momento usted sembrando la muerte y la destrucción. Todo es culpa suya. Los ucranianos no han atacado su país, es usted quien les ha atacado. Toda esta muerte y esta destrucción regresarán para devolverle la visita…” En los próximos festivales cinematográficos de Cannes y Venecia no participarán películas rusas.

 Mientras las televisiones rusas continúan diciendo que su presidente está tiñendo de sangre las ciudades y los pueblos del país vecino para librar a los ucranianos de “un gobierno de nazis y drogadictos”, y las redes sociales del país están intervenidas por el servicio de inteligencia ruso, heredero de la tristemente célebre KGB soviética en la que se formó Vladimir Putin, Facebook ha suspendido el acceso en Europa a las páginas de los medios estatales rusos RT (Rusia Today) y Sputnik; una medida que concierne igualmente a sus cuentas de Instagram y que, según la presidenta de la Comisión europea, Ursula von der Leyen, se ha tomado para impedir que se difundan las “mentiras” de Moscú sobre la guerra en Ucrania. Según el diario francés Le Monde, la red social Tik Tok ha adoptado la misma medida (2).

 Una tras otra, las federaciones deportivas internacionales van anulando la participación de los equipos y atletas rusos en las competiciones programadas para los próximos meses; en paralela, atletas y deportistas rusos se retiran de las pruebas o anuncian que participarán en ellas sin la bandera rusa.

 Al tiempo que desaparece de los estadios y las camisetas de los futbolistas el logotipo de la compañía rusa Gazprom, patrocinadora en distintos países, el oligarca  ruso Roman Abrampvitch, uno de los hombres más ricos del mundo, propietario del club de fútbol Chelsea, ha puesto a la venta el  prestigioso equipo, pide un millón y medio de euros que irán destinados a los combatientes ucranianos, y la Champions Ligue ha a anunciado que la final de este año tendrá lugar en mayo, en París, en lugar de en San Petersburgo.

 Lejos de los estadios o de los rings, han sido varios los atletas  ucranianos  que han decidido pasar a la acción y sumarse a las fuerzas armadas para defenser a su país. A la cabeza, dos leyendas del boxeo, Vitali Klitschko, el actual alcalde de Kiev, y su hermano Wladimir. Les ha seguido, Vasyl Lomachenko, campeón del mundo de peso pluma, superluma y peso ligero, quien ha publicado en su cuenta de Facebook una fotografía vestido de militar y con el arma en bandolera, anunciando su incorporación al batallón de Bilhorod-Dnistrovskyï, cerca de Odessa. El campeón del mundo de los pesos pesados, Oleksandr Usyk, ha regresado del Reino Unido, donde había participado en un torneo: el club de boxeo de la localidad ucraniana de Kharkiv ha publicado una foto suya en Instagram con un arma en la mano, y anuncia que se ha unido a “la defensa territorial de la capital y de la región de Kiev”.

 “No puedo no hacer nada”. En declaraciones al periódico deportivo francés L’Equipe, el exciclista ucraniano Yaroslav Popovych, hoy director técnico del equipo Trek-Segafredo, ha asegurado que va a participar en la defensa de su país. En una larga conversación en Facebook, Andreu Tchmil, otra vieja gloria del ciclismo ucraniano, ha confesado a su amigo, el holandés Johan Museeuw, que va “a luchar para defender a su  ujer y a su hijo .

« Mi equipo y yo nos quedamos en Ucrania para proteger nuestras casas y nuestras familias de las fuerzas armadas rusas ». El campeón del mundo de biatlon,  Dmytro Pidruchnyi, lo ha contado en Instagram: “No me digáis que el deporte no tiene nada que ver con la política. Os suplico que no os quedéis al margen”.

 

…y la Miss

Anastassia Lenna, Miss Ucrania 2015

En 2015, Anastassia Lenna fue elegida Miss Gran Ukrania y como tal representó a su país en una elección internacional. Anastassia, partidaria del presidente Volodymyr Zelensky, que comenzó una carrera de modelo a los 13 años, tiene dos diplomas universitarios, habla cinco idiomas y trabaja como traductora y relaciones públicas, el día de la invasión rusa publicó en su cuenta de Instagram -245.000 seguidores- una fotografía con  uniforme militar y sujetando un fusil de asalto lo que –según el diario británico The Telegraph- dio origen al rumor de que se había enrolado para combatir al ejército ruso.

 Ella misma lo ha desmentido asegurando que la intención de sus fotos es servir de inspiración a otras personas y demostrar hasta qué punto las mujeres ucranianas son fuertes y poderosas. A continuación ha pedido a su audiencia que actúe y ayude a detener la agresión rusa. Según el diario sensacionalista The Sun (https://www.the-sun.com/entertainment/4783917/former-miss-grand-ukraine-anastasiia-lenna-joins-army/) después ha publicado otro mensaje pidiendo que se retire la señalización de las carreteras para dificultar el tránsito del ejército ruso por el país.  

 

Una voz discordante

¿Todos contra Putin ? No, siempre hay versos libres.  El actor Gérard Depardieu, francés nacionalizado ruso desde 2013 por « desacuerdo con la política fiscal del presidente François Hollande », o sea, para no pagar impuestos de su fortuna millonaria, se ha limitado a pedir « que se paren las armas y se negocie » en una declaraciones a la Agencia France Presse, a la que llamó por teléfono. Y después lo ha arreglado poniendo a Rusia y Ucrania en el mismo plano : « Siempre han sido países hermanos ». Palabras que valen lo que valen viniendo de quien acostumbra definir a Rusia como “una gran democracia”, y ha comparado a Vladimir Putin con el papa Juan Pablo II: “Mucha gente querría tener a un Putin de presidente”, dijo en junio de 2015 en el informativo del canal público France 2.

 

 (1) Esta crónica debe entenderse como una fotofija de unos acontecimientos que siguen, y se suceden y modifican minuto a minuto.

 

(2) Por iniciativa de la UER –Unión Europea de Radiodifusión- a las 8h45 de este viernes, 4 de marzo de 2022, 150 radios públicas europeas han emitido simultáneamente la canción de John Lennon “Give Peace a Chance” (Demos una oportunidad a la paz), que estos días arrasa en las emisoras de Ucrania.

Perteneciente al álbum de 1969 de la Plastic Ono Band, el grupo formado en torno a John  Lennon y su esposa Yoko Ono, esta canción se grabó en el hotel Queen Elizabeth de Montreal, durante el “bed-in” que la pareja protagonizó para protestar por la guerra de Vietnam. La canción se convirtió inmediatamente en un himno contra la guerra, contra todas las guerras.

 

 

 

 

 

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