Cuando van a cumplirse veinticinco
años de su muerte, el rockero Frank Zappa hará una gira en 2018 en forma de
holograma. La empresa que gestiona el patrimonio del célebre guitarrista,
fallecido el 4 de diciembre de 1993 de un cáncer de próstata, a los 53 años, lo
ha anunciado asegurando que en los escenarios podrá verse también a alguno de
los colaboradores de Zappa que siguen con vida, como el guitarrista Steve Vai.
Los hijos del músico, Dweezil y Ahmet Zappa, continúan hoy el camino de su
padre, trabajando en una ópera rock que llevará el título de “Joe’s Garage The
Musical”, retomando el título de uno de sus álbumes más célebres, “Joe’s
Garage”, de 1979.
Considerado uno de los grandes
músicos y compositores del siglo XX, excelente guitarrista, bajista y
percusionista, Zappa para los incondicionales, Frank Vincent Zappa nació en
1940 en una familia italoamericana de Baltimore. Fue en 1966, en plena oleada
psicodélica cuando Frank Zappa publicó un primer álbum con su grupo, Mother of
Invention, titulado “Freak out!.
Fue una de las personalidades más
herméticas, y también apasionantes, del ambiente del rock, cuyo sentido del humor,
muchas veces irrespetuoso, reconocían todos sus compañeros: en distintos
trabajos discográficos “se burló de los Beatles, Bob Dylan, los
telepredicadores, la cienciología y los políticos de derechas… y la lista no es
exhaustiva” (Culturebox).
Entusiasta del jazz y la música
experimental, inclasificable ideológicamente, tan buen autor de letras como
compositor de música, él mismo se ocupaba de las producciones de rock, jazz,
estilos experimentales y contemporáneos, que editó durante 33 años. Sus
conciertos fueron siempre únicos. Cuando salía al escenario tenía solo una idea
de los temas que pensaba interpretar y lo hacía de una u otra manera
dependiendo del ambiente. Sus músicos le seguían mediante un código gestual. En
sus conciertos, que podía dirigir de espaldas al público durante muchos
minutos, jamás había tiempos muertos, un tema se encadenaba con el siguiente y
sus solos de guitarra recibían ovaciones solo comparables a las que consiguen
hoy en día las grandes estrellas del fútbol. Entre una “calada” y otra,
enganchaba su eterno cigarrillo en lo alto del traste de su Gibson.
El primer “concierto en holograma”
tuvo lugar en 2012, cuando el rapero Tupac Shakura «resucitó» en el Festival de
Coachella, en California. Desde entonces, grandes figuras de la música
fallecidas, desde la cantante de jazz y blues Billie Holiday (conocida también
como “Lady Day”) al extravagante pianista y crooner Liberace, leyenda del
kitsch, han vuelto a aparecer en los escenarios gracias a los hologramas.
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