En un informe hecho público en
Ginebra (Suiza), el 20 de septiembre de 2017, la Organización Mundial de la
Salud (OMS) alerta sobre la escasez de nuevos antibióticos en fase de
experimentación para combatir la creciente amenaza de resistencia a los
antimicrobianos.
En el informe (Antibacterial agents
in clinical development – an analysis of the antibacterial clinical development
pipeline, including tuberculosis), el organismo internacional advierte que la mayoría
de los medicamentos en fase de desarrollo clínico son solamente modificaciones
de las actuales clases de antibióticos, lo que representa únicamente soluciones
a corto plazo; y pone de manifiesto que existen muy pocas opciones terapéuticas
potenciales para las infecciones resistentes a los antibióticos -que según la
OMS son la mayor amenaza para la salud-, entre ellas la tuberculosis
fármacoresistente, que cada año mata a un cuarto de millón de personas.
«La resistencia a los
antimicrobianos es una urgencia sanitaria mundial que va a poner en peligro el
progreso de la medicina moderna» -ha explicado el doctor Tedros Adhanom
Ghebreyesus, Director General de la OMS- “Hay que aumentar, sin pérdida de
tiempo, las inversiones en la investigación y desarrollo para las infecciones
resistentes a los antibióticos, y muy especialmente la tuberculosis. Si no,
volveremos a los tiempos en que la gente tenía miedo de las infecciones más
corrientes y arriesgaba su vida en intervenciones quirúrgicas menores».
Aparte de la tuberculosis
multirresistente, la OMS establece doce clases de agentes patógenos ordinarios
-algunos de los cuales causan infecciones corrientes, como la neumonía o las
infecciones de las vías urinarias- que cada vez son más resistentes a los antibióticos
existentes, para los que es necesario encontrar rápidamente nuevos
tratamientos.
El informe presenta 51 nuevos
antibióticos y productos biológicos en desarrollo clínico que podrían utilizarse
para tratar esos agentes patógenos prioritarios, así como la tuberculosis y el
Clostridium difficile, una infección diarreica que puede llegar a ser mortal.
Sin embargo, tan solo ocho de esos medicamente son considerados por la OMS como
tratamientos innovadores que vienen a completar de manera útil el actual
arsenal de tratamientos antibióticos.
“Se observa -se lee en el informe-
una falta sangrante de opciones terapéuticas contra la tuberculosis
multirresistente y ultrarresistente, lo mismo que contra los agentes patógenos
con Gram negativo, incluidos Acinetobacter y Enterobacteriaceae (tales como
Klebsiella y E. coli), que pueden causar infecciones graves, y a menudo
mortales, y son una amenaza particular en hospitales y residencias de mayores.
Además, hay muy pocos antibióticos
orales en desarrollo, y en general se trata de formulaciones esenciales para
tratar las infecciones de manera ambulatoria, o en los medios con pocos
recursos.
«Las empresas farmacéuticas y los
investigadores deben afanarse para trabajar en nuevos antibióticos para
determinados tipos de infecciones muy graves, que provocan la muerte en pocos
días, y contra las cuales nos encontramos desarmados», ha manifestado la
doctora Suzanne Hill, Directora del Departamento de Medicamentos esenciales en
la OMS.
Para luchar contra esta amenaza, la
OMS y la Iniciativa Medicamentos contra las Enfermedades Olvidadas (DNDi) han
puesto en marcha el Partenariado Mundial para la investigación-desarrollo en
materia de antibióticos (GARDP), al que de momento han aportado un total de más
de 56 millones de euros los gobiernos de Sudáfrica, Alemania, Luxemburgo,
Holanda, Reino Unido, Suiza y el Wellcome Trust. fundación caritativa medicinal
con sede en Gran Bretaña, cuyo objetivo es «promover la investigación para
mejorar la salud del hombre y los animales».
«La investigación en torno a la
tuberculosis padece un grave déficit de financiación: en más de 70 años, solo
han llegado al mercado dos nuevos antibióticos destinados al tratamiento de la
tuberculosis fármacorresistente”, explica el doctor Mario Raviglione, Director
del Programa Mundial de la OMS de lucha contra la tuberculosis. “Si queremos
acabar con esta enfermedad, hay que disponer inmediatamente de 800 millones de
dólares anuales para financiar la investigación de nuevos medicamentos
antituberculosos”.
Los nuevos tratamientos no
bastarán, por sí solos, para hacer frente a la amenaza que representa la
resistencia a los antimicrobianos.
La prevención y el uso adecuado de
los antibióticos -tanto por el ser humano como por el animal, y su uso en
agricultura- forman parte de los medios para combatir esta amenaza, recuerda la
OMS.
Según la interpretación del informe
efectuada por el diario francés Le Monde, las bacterias “resistentes a los
antibióticos podrían matar a 10 millones de personas de aquí al año 2050”,
tantas “como el cáncer según un grupo de expertos del Reino Unido, para quienes
el fenómeno ya causa 700.000 decesos anuales, 50.000 de ellos en Europa y
Estados Unidos”. Cifras estimadas a la baja “según un informe presentado el 18
de septiembre por el Ministerio de Sanidad francés”.
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