En
Rusia, se ha aprobado una nueva ley que tiene como objetivo controlar aún más a
las ONG’s extranjeras. Aprobada en la Duma el 15 de mayo de 2015, la ley sobre
“las ONG indeseables” permite ahora prohibir las actividades de organizaciones
No Gubernamentales extranjeras, o que reciban dinero del exterior de la
Federación, siempre que considere que amenazan a la seguridad del Estado, la
defensa nacional o el orden constitucional, escribe Maureen Demidoff en el
digital Russie Info.
Este
podría ser el caso de organizaciones como Green Peace o como Memorial, la más
antigua asociación rusa de defensa de los derechos humanos, activa desde los
años 1980. La página de Human Rights Watch (HRW) añade que la ley sanciona
igualmente a los militantes o grupos de la sociedad civil rusa que mantengan
relaciones con esas organizaciones “indeseables”.
La
ley permite también bloquear las cuentas bancarias de las organizaciones
internacionales, mientras que las rusas que reciban fondos de esas indeseables
deberán “rendir cuenta” (sic) de sus actos.
Para
aprobar la ley los diputados de la Duma han invocado la necesidad de frenar a
“las organizaciones destructoras” que trabajan en Rusia, donde pueden amenazar
“los valores del estado ruso” y fomentar las “revoluciones de colores”,
aludiendo a los nombres dados a los levantamientos populares que en los últimos
años han tenido lugar en varias antiguas repúblicas soviéticas. Según el
diputado Alexandre Tarnavski, ponente de la nueva ley, “se trata de una medida
preventiva y nadie tiene ganas de aplicarla”; y explica que era necesaria tras
las sanciones occidentales contra Rusia del año 2014 como consecuencia de la
actuación del gobierno Putin en los enfrentamientos en Ucrania entre
nacionalistas y pro-rusos, y la escisión de Crimea, territorio ucraniano
convertido el 18 de marzo de 2014 en República de Crimea y anexionado a la
Federación de Rusia. “La ley es una medida de disuasión para que las empresas
que están aquí para hacer negocios hagan solo negocios y no se metan en
política”, ha añadido.
Las
organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos han condenado
la ley desde que era solo un proyecto. "El proyecto es
la forma represiva más reciente contra las ONG’s y, de hecho, convierte en
infracciones actividades legales y atenta contra la libertad de expresión y
asociación”, según John
Dalhuisen, director del Programa Europa y Asia Central de Amnistía
Internacional. Para HRW, el procedimiento para declarar “indeseable” a una
organización no está nada claro, no existe recurso alguno para protestar o
sacar a una organización de la lista, y además la decisión tiene efectos
inmediatos y se ha tomado sin ninguna advertencia. Además recuerda que para los
rusos que trabajan o se impliquen en las organizaciones indeseables están
previstas sanciones administrativas, procedimientos penales, cuantiosas multas
que pueden llegar hasta medio millón de rublos (unos 9.000 euros) e incluso
condenas de hasta seis años de cárcel.
La
información de Russie.Info añade que la nueva ley viene a completar otra
aprobada en 2012 que obliga a registrarse como “agentes extranjeros” a las
ONG’s que reciben financiación del extranjero, y tiene “actividad política”.
Una ley que según Hugh Williamson, director de la división Europa y Asia
Central de HRW, “tenía el objetivo de demonizar a cerca de 60 organizaciones,
entre ellas los principales grupos que defienden los derechos humanos en el
país. Varias de ellas optaron por poner fin a sus actividades, antes que
calificarse como agentes extranjeros”.
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