Es más que probable que “Maixabel”, película dirigida por Icíar Bollaín, y protagonizada por Blanca Portillo y Luis Tosar, consiga este sábado, veinticuatro horas después de su estreno en los cines españoles, uno o varios de los premios que se van a entregar en la gala de clausura de la 69 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (SSIF). Entre esas probabilidades –y me la juego- está la de que se alce con la Concha de Oro que es “el gordo” de la Sección Oficial.
“Maixabel” era una apuesta arriesgada que Iciar
Bollaín (“Hola, ¿estás sola?”. “La boda de Rosa”) ha superado con honestidad.
El año pasado –o quizá el anterior, en pandemia
el tiempo discurre a otra velocidad- el periodista Jon Sistiaga y el realizador
Alfonso Cortés- Cavanillas hicieron para Movistar una serie titulada “ETA. El
final del silencio” en cuyo primer
capítulo –“Zubiak” (Puentes)- Meixabel Lasa, viuda del ex Gobernador Civil de
Guipuzcoa Juan Mari Jaúregui (asesinado a los 49 años por un comando de ETA, el
29 de julio de 2000, de un tiro en la nuca en un bar de Tolosa), invitaba a
comer en su casa a Ibon Etxezarreta, uno de los etarras del comando que llevaba
18 años en la cárcel.
Evidentemente, pese a tratarse de una serie
documental, aquel encuentro estaba “preparado”, se llevó a cabo durante uno de
los permisos penitenciarios del etarra, de otra forma hubiera sido imposible. Pero aquella invitación no fue la
única, ni tampoco la última. Se habían encontrado antes, el hombre era de los
“arrepentidos” y había pedido perdón. Antes de despedirse, la viuda del
socialista le dijo: “Hace 19 años asesinasteis a mi marido. Yo te perdono y
quiero darte una segunda oportunidad”. Ya en la puerta le entregó envuelto en
papel de aluminio el bocadillo que le había preparado para que lo cenara en la
celda.
Y esto es lo que cuenta “Maixabel”, la película
de Bollaín que, de entrada, en San Sebastián ha recibido “la ovación interminable del público asistente a la
proyección en la sala del Kursaal donostiarra” (Le Monde). “Maixabel” es
ficción, un biopic sobre la mujer del político socialista que fue la primera
víctima que aceptó participar en el
experimento de conocer a los asesinos con voluntad de reconciliación.
En la
película, han pasado once años y Maixabel Lasa se sienta frente a los asesinos
de su marido. No ha olvidado lo que ocurrió en el año 2000, lleva mucho tiempo
acompañada por guardaespaldas cuando uno de los miembros del comando asesino
pide verla para solicitar su perdón. Basada en aquella “historia de verdad”,
Iciar Bollaín nos presenta a una mujer valiente que, en contra del parecer de
familiares y amigos, ha optado por el perdón y la paz.
“Maixabel”,
que se estrena en los cines el 24 de septiembre de 2021, es una película
fuerte, potente, una historia emblemática de un tiempo y un país, que ha vivido
la guerra, el miedo, la represión, el odio, el terrorismo…Notables los actores
–Blanca Portillo (“Volver”, “Secuestro”)
y Luis Tosar (“Celda 211”, “Adú”)- en los personajes de la viuda del
socialista –rostro duro, como tallado, de vasca con no menos de ocho
apellidos- y el etarra arrepentido,
miserable en su papel, incapaz de pronunciar palabras que no parezcan
escupidas. Notable también Urko Olazabal (“Patria”) como Luis Carrasco, “el
otro” miembro del comando asesino; hubo un tercero pero se le ha perdido la
pista.
Algunos
críticos extranjeros que han visto la película en San Sebastián echan en falta
la historia previa: en particular, la de los cuarenta años de gobierno
franquista represivo y torturador en un País Vasco con un movimiento
separatista que cometió cientos de asesinatos y que en un tiempo, contó con el
apoyo generalizado de una izquierda clandestina. Y falta también la transición,
cuando ETA seguía matando y en muchos rincones de Euskadi se homenajeaba a los
asesinos mientras un gobierno democrático se enfangaba en la guerra sucia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario