« Drones, armas, artillería, vehículos…”. Al abandonar Afganistán tras permanecer veinte años intentando dotar al país de herramientas democráticas –un empeño fallido-, Estados Unidos deja en manos de los talibanes un tesoro de guerra inesperado: “vehículos blindados, helicópteros Black Hawk, fusiles automáticos, lanzamisiles…”
A
pesar de que el gobierno federal “ha ocultado las auditorias internas sobre el
material militar entregado a las fuerzas afganas –escribe en el digital francés
Korii la periodista Céline Deluzarche-, el sitio de Internet OpenTheBooks (1) ha
conseguido hacerse con dos informes del Government Accountability Office (GAO, organismo de auditorías,
evaluación e investigación del Congreso de Estados Unidos encargado de
controlar las cuentas públicas del presupuesto federal) y de la Inspección general para la reconstrucción de
Afganistán (SIGAR), fechados en 2017 y 2020 y “borrados de las páginas web
federales”.
En el período 2003-2016,
Estados Unidos compró y entregó al ejército y a las fuerzas de seguridad afganas 208 aviones y
75.898 vehículos, de los que 22.174 eran Humvee, emblemáticos transportes
militares cuyo precio ronda los 91.000 dólares; y cerca de 9.000 Navistar
7000-MV, blindados de transporte que cuestan más de 880.000 dólares cada uno.
Los talibanes también
disponen ahora de helicópteros Black Hawk y aviones de ataque A-29 Super
Tucano. Según una información de la agencia Reuters utilizada por el digital
francés, el pasado mes de julio de 2021 el ministerio afgano de Defensa publicó
en las redes sociales fotografías de siete helicópteros recién llegados de
Estados Unidos. Los Black Hawk cuestan 21 millones de dólares, aunque según
OpenTheBooks hay modelos que pueden alcanzar los 37 millones.
La auditoría que llega
hasta 2016 da cuenta de la entrega de 599.690 armas de fuego, y entre ellas fusiles
de asalto M-16, pistolas semiautomáticas Colt, así como 2.606 piezas de artillería
pesada (bombas, lanza-granadas…), aparatos de visión nocturna y sofisticados
transmisores de radio. A todo esto hay que sumar unos cuantos drones militares,
por valor de 174 millones de dólares, que se san por “desaparecidos” en la naturaleza.
La información de Korii
asegura que, según el portavoz del Pentágono John Kirby, parte del material
militar podría “haberse destruido deliberadamente” antes de abandonar
Afganistán. Y según Elias Yousif, director adjunto del Center por International
Policy, incluso aunque dispongan de los
aviones militares estadounidenses “los talibanes no están en condiciones de pilotarlos
y garantizar su mantenimiento durante mucho tiempo”. Pero, en cambio, las piezas de esos aparatos “tienen
un enorme valor en el mercado negro y podrían proporcionar importantes sumas de
dinero a los talibanes”. Además, las armas ligeras “pueden acabar en otros
conflictos e incluso vendidas a grupos terroristas”.
Desde 2001, Estados Unidos
ha gastado más de 83.000 millones de dólares en equipamiento y formación de las
fuerzas de seguridad afganas “con el resultado que hemos visto”, y otros 8.900
millones de dólares en campañas contra los narcóticos “que han dado como
resultado una explosión de los cultivos de amapolas”.
Pocas veces –finaliza la
información de Korii- se ha utilizado
tan mal el dinero público.
(1) OpenTheBooks.com es una
organización estadounidense de carácter no lucrativo que tiene su sede en las
afueras de Chicago y se describe como « un grupo de transparencia dedicado
a la publicación en línea de todos los gastos efectuados por el gobierno de
Estados Unidos a todos los niveles.
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