viernes, 26 de marzo de 2021

“Traidores”, el noveno círculo del Infierno de Dante

“Hay que mantener siempre la dignidad por encima del miedo…los artistas tenemos la obligación de no ser esclavos de nuestros contextos sino testigos de nuestros tiempos”. (José Mari Calleja, periodista y escritor)


Cuando apenas era un niño, Jon Viar, el director del documental “Traidores” –que se estrena en los cines este 26 de marzo de 2021-,  descubrió el pasado de su padre, Inñaki Viar, vinculado a ETA en su juventud . Hijo, nieto y bisnieto de nacionalistas vascos, Iñaki – psiquiatra en la actualidad-, de 20 años,  fue detenido en 1969 por la brigada político social, por la colocación de una bomba  que no estalló en la Bolsa de Bilbao,  y juzgado junto a Teo Uriarte y Mario Onaindía en el Proceso de Burgos., un Consejo de Guerra que le condenó a 20 años tras dictar nueve penas de muerte, que el régimen franquista retiró ante las presiones internacionales.

 Años después organizó la fuga de Segovia y, finalmente, en 1977, recuperó la libertad. Iñaki, como otros presos, renegó del nacionalismo y condenó la violencia terrorista que protagonizó. Iñaki fue un “traidor” para la organización en la que había militado y a la que había sacrificado sus mejores años. Lo que, ya en plena democracia, quedaba de ETA , asesinó a algunos de aquellos “traidores”.

Un Jon adolescente aficionado al cine, trata de entender el pasado de su padre mientras convive con atentados, secuestros y muchos silencios. Ahora Jon Viar, presenta el documental  “Traidores”, en el que se adentra en las raíces sociales y familiares del fenómeno terrorista vasco, con imágenes de producción familiar, de archivo y grabadas en la actualidad, tanto en suelo vasco como en el penal de Segovia.

“Traidores“ es la película de los etarras que renegaron de ETA. “Este documental –dice el autor de esta especie de reportaje filmado sobre acontecimientos muy reales- se puede encuadrar dentro del género casi de la auto ficción, un mecanismo narrativo que nos permite deslizarnos por un trauma, una herida dramática insoportable, para hacerla soportable. Yo era un niño, como tantos otros en el País Vasco en los años 90, que vivió el terrorismo, la violencia y los discursos de odio que formaban parte del paisaje cotidiano”.

El cineasta cuenta cómo le sorprendió especialmente descubrir que su padre en el franquismo, en un contexto diferente de dictadura militar, había participado en ETA junto a otros jóvenes de esa burguesía nacionalista católica, sobre todo de Vizcaya. “Yo era un niño y por lo tanto no muy capaz de comprender del todo lo que era una dictadura o una democracia, lo único que veía es que había una banda de asesinos que mataba a gente…Con “Traidores” cierro un ciclo de una historia muy triste, que también es la historia de mi familia, la historia del País Vasco y la historia de ETA”.

 

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