“La sátira, que mete en el mismo saco a campesinos inocentes, burgueses un poco snob y africanos vacilones, parece demasiado forzada y los personajes un poco demasiado irrisorios » (L’Humanité)
“Solo las bestias”, un thriller del director francés Dominik Moll (“El monje”, “Harry, un amigo que os quiere”) que tiene al azar como protagonista, llega a las pantallas españolas el próximo viernes, 12 de marzo de 2021.
Basada en la
novela del mismo título del escritor francés Colin Niel, “Solo las bestias”, avalada
por los premios del Público y Mejor actriz en el Festival Internacional de Cine
de Tokyo, es un relato coral que habla “de la tierra, el silencio de los
hombres, la frustración, el dolor y los placeres efímeros”, interpretado por Damien Bonnard (“Los
miserables”, “Dunkerque”), Valeria Bruni Tedeschi (“Locas
de alegría”, “El capital humano), Denis
Menochet (“En la casa”, “Gracias a Dios”). Laure Calamy (“Boulevard du Palais”,
« Un mundo sin mujeres »), NadiaTereszkiewicz (“Sauvages”, “Persona non grata”)
y el debutante Guy Roger N’Drin.
Una mujer
desaparece tras una tormenta de nieve, Encuentran su coche en una carretera que
lleva a una zona montañosa en la que hay varias granjas aisladas. Mientras la
policía no encuentra ninguna pista, el espectador conoce a cinco personas
relacionadas con la desaparición, cada una con su secreto a cuestas. El azar
les ha unido en torno al misterio de una historia que tiene su origen en otro
continente, donde la pobreza inventa situaciones de supervivencia que se
confunden con la delincuencia.
Película
compleja con varios niveles de reflexión, “Solo las bestias” transita desde el
romance al suspense casi terrorífico pasando por el drama psicológico, al
compás que vamos entendiendo el punto de vista de los distintos personajes y
llegamos a la conclusión de que encontrar al culpable importa menos que las
causas que han desencadenado esta especie de composición pintada en varios colores.
Las bestias del
título se concretan en la cabra que un chico africano lleva en su moto atada a
la espalda como si se tratara de una mochila, los establos de vacas y corderos
que son el orgullo de la Francia rural y los perros guardianes que custodian
dos situaciones muy diferentes, más una paloma que repite una danza aprendida
por sus ancestros. Quizá estas bestias, que lo han visto todo, sean las únicas que estén en posesión del
secreto –los secretos, en realidad todos y cada uno de los humanos que
transitan este relato esconde sus intenciones y sus secretos- que permitiría a los
investigadores policiales de Francia y Costa de Marfil colocar la última pieza
de un puzle construido a base de casualidades inverosímiles.
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