El
acuerdo entre la Unión Europea y el gobierno islamoconservador de Turquía que
ha entrado en vigor a medianoche del 3 de abril de 2016, y se ha materializado
en la “deportación” de los primeros 201 migrantes, en dos barcos, de Grecia a
Turquía, “no es en absoluto una solución a la crisis europea de los refugiados”
, según la organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF), que ha
decidido suspender sus actividades en el “hotspot” (punto de acceso) de Moria,
en la isla de Lesbos, así como en lo relativo al transporte de refugiados hacia
el “hotspot” de la isla de Samos.
Para
Aurélie Ponthieu, consejera en asuntos humanitarios de MSF, “el acuerdo con
Turquía demuestra hasta qué punto los jefes de gobierno europeos han perdido
cualquier sentido de la realidad. El cálculo grosero que lleva a que cualquier
sirio que haya arriesgado su vida en el mar pueda ser reemplazado por otro
llegado directamente desde Turquía reduce a las personas a simples cifras y les
retira el trato humanitario que merecen, así como el derecho de asilo. Pero
esas personas no son cifras, son mujeres, niños, familias… Alrededor del 88% de
la gente que emprende ese camino lo hace buscando seguridad en Europa, y más de
la mitad son mujeres y niños a los que habría que tratar humana y dignamente”.
Con
respecto a las consecuencias humanitarias que MSF espera de la aplicación del
tratado, la consejera de la organización afirma: “Diariamente estamos
asistiendo ya a violaciones de la dignidad de esas poblaciones en Grecia y en
los Balcanes, rechazos arbitrarios, actuaciones violentas en las fronteras y
condiciones de acogida. Diga lo que diga el Consejo europeo, un plan destinado
a impedir que puedan pedir asilo en Europa y devolverlos en masa a Turquía, un
país que ya tiene tres millones de refugiados registrados, solo puede generar
más sufrimiento. No podemos dar la espalda a los miles de personas que huyen de
guerras y persecuciones, provocar una crisis humanitaria en Grecia y esperar
solucionar el problema enviando dinero”.
La
consejera de MSF no es la única voz crítica que se alza denunciando que lo que
Europa pretende, creando una nueva crisis humanitaria en Grecia, es desanimar a
otras personas que se han planteado emigrar, «lo que es una forma de proceder
irreflexiva y muy cruel. Las infraestructuras en Grecia están desbordadas. En
este momento hay más de 40.000 hombres, mujeres y niños, bloqueados en el país.
Al menos 12.000 de ellos se encuentran amontonados en Idomeni, en la frontera
con Macedonia donde hemos visto cosas tan terribles como que niños nacidos en
suelo europeo están obligados a dormir en tiendas pasando frío”.
Para
esta responsable «el acuerdo UE-Turquía, que se presenta como solución a la
crisis actual, no se basa en las necesidades de protección y asistencia de los
refugiados, sino en la capacidad de Turquía para frenar las migraciones hacia
Europa”, y los dirigentes europeos están exacerbando las causas de la “crisis
migratoria” al centrarse en estrategias inadecuadas como el programa de
relocalización, que “no ha funcionado tampoco: hasta la fecha solo se han
relocalizado en países europeos 937 solicitantes de asilos, cuando la promesa
era de 160.000”.
Médicos
sin Fronteras ha creado en Facebook la página “Voices from the road” (Voces
desde el camino), destinada a recoger testimonios de refugiados.
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