En “Los recuerdos”, una película sensible y optimista sobre
la familia y las relaciones entre hijos, padres y abuelos, hay momentos de risa
y escenas para llorar.
Basada en una novela de David Foenkinos, es el tercer
largometraje de Jean-Paul Rouve, un conocido actor francés que ha participado
en medio centenar de películas, obras teatrales y telefilmes, además de haber
realizado vídeoclips y cortometrajes; y está protagonizada por Mathieu Spinosi
(Los ojos amarillos de los cocodrilos) , Michel Blanc (ganador dos veces
en Cannes, como guionista por Grosse fatigue y como actor por Tenue
de soirée, y premiado con un César al mejor actor de reparto por L’exercice
de l’État), Chantal Lauby (Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?) y
Annie Cordy (Las malas hierbas). Una
comedia agridulce, muy agradable para el espectador si no tuviera que soportar
una desangelada versión del tema “Que reste-t-il de nos amours?”, emocionante
canción que escribió y popularizó Charles Treneten en 1942.
Romain (Mathieu Spinosi) tiene 23 años, quiere ser escritor
aunque de momento es portero nocturno en un hotel, y mantiene una tierna
relación con su abuela (Annie Cordie, 87 años, una histórica: más de medio
siglo de cantante, artista de music-hall, actriz, intérprete de comedias
musicales), a la que los padres de Romain (Michael Blanc y Chantal Lauby) han
decidido internar en una residencia. Ella se pregunta qué diablos hace allí con
todos esos viejos. Un día decide desaparecer. Los padres temen que haya muerto
y Romain decide ir en su búsqueda ayudado por los recuerdos tantas veces
escuchados.
El mayor valor de esta comedia dramática, melancólica,
sobre el tiempo que pasa y los momentos desperdiciados, reside en su casting.
Los actores dan muestras de tacto, humor y sensibilidad. Evidentemente, para el
realizador lo que cuenta es la infancia y los recuerdos que guardamos de ella.
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