jueves, 3 de octubre de 2013

Gloria: un película conmovedora, feminista y muy estimulante




Gloria es una espléndida película del chileno Sebastián Lelio que consiguió el Premio Cine en Construcción en el Festival de San Sebastián 2012; con el dinero del premio se pudo terminar la producción y presentarla en el Festival de Berlín 2013 donde la actriz protagonista, Paulina García, inmensa en el papel de Gloria, consiguió el Oso de Plata y Lelio (39 años, El año del tigre, La sagrada familia) decidió quedarse a vivir; allí ha abierto un restaurante con el nombre de la película en el barrio de Kreuzberg, en la parte conocida como SO 36 (cuando existía le Muro de Berlín, rodeaba a SO 36 en tres de sus cuatro lados y allí se desarrolló una cultura propia, alternativa a la de Berlín Oeste).

Aplaudida por la crítica alemana como “una joya… (que) forma parte de esas películas que compensan al espectador de un madrugón y le ponen de buen humor para el resto del día”, llega ahora a los cines españoles el 4 de octubre de 2013, después de volver a San Sebastián 2013, esta vez  con los deberes hechos,  llevarse de nuevo una ovación de gala y pasar también por el Festival de Toronto.

Comedia dramática y feminista con mucho sentido del humor, retrato sublime de una mujer y una situación, cuenta con excelentes actores y una historia simple, redonda y bien narrada, que aborda temas muy universales… En el Chile de ahora mismo, Gloria es una mujer a punto de cumplir 60 años, divorciada y con los hijos emancipados, que trabaja y se busca actividades de todo tipo para llenar los días y por las noches acude a los clubs de solteros en busca de no se sabe bien qué, pero en cualquier caso no de la insípidas aventuras que le surgen.

Gloria tiene el corazón disponible, “lascia aperto il cuore” como grita a los cuatro vientos Umberto Tozzi en la canción que lleva su nombre. Cuando decide iniciar un romance con otro de los solteros de oro que conoce en una de las salas de baile acaba dándose de bruces con una situación por la que pasan muchas mujeres y que Maruja Torres definía hace bastante tiempo ya como “el penúltimo imbécil de tu vida”: la aparición de un capullo que asegura acabar de separarse a los 65 años, Rodolfo (Sergio Hernández, muy ajustado en su papel secundario), mientras  conserva una enfermiza dependencia de su ex mujer y sus hijos. Fracasado el intento, Gloria sigue cantando a gritos que “deja el corazón abierto”.

Había diversas opciones para contar esta historia. El realizador ha optado por hacer con ella una película conmovedora y estimulante, convertirla en un mensaje lleno de ternura y sobriedad en la manifestación de los sentimientos: Gloria observa a los demás sin rechistar, respeta a todos, se sabe una mujer que está envejeciendo, pero no muerta. Está convencida de que hay vida después de un matrimonio fracasado, de unos hijos que se marchan lejos, de algunas emociones inevitables. Desde las primeras escenas en que aparecen juntos, la pareja Gloria/Rodolfo se presenta como un desafío a las convenciones tejiendo un romance que les rejuvenece y les propulsa lejos de las barreras de la edad. “En su camaradería recién estrenada –escribían en enero de 2013 en indiwire.com- la personalidad de Gloria estalla con una energía que Lelio explora íntimamente, mostrando a la pareja al desnudo (sic) en ese nuevo despertar sexual”.

Con mucho, lo mejor de Gloria son las expresiones de incomprensión de la protagonista: ella –escondida tras las gafas enormes llenas de simbolismo, con las que juega con la excusa de una enfermedad oftalmológica, como una llamada constante a ver la vida de otra manera-, que entiende muy bien la nueva relación de su ex marido y se niega a dar a los hijos más explicaciones que las necesarias sobre sus intereses, no entiende muy bien por qué otra gente hace lo que hace (aunque lo cierto es que tampoco le preocupa mucho, lo que pretende es seguir viva pese a la edad y las convenciones), no entiende por qué los demás se tienen que complicar tanto la vida con subterfugios y mentiras, no entiende que una relación de pareja tenga que ser algo “acompañado” por el resto de la familia más cercana… La ovación que Gloria consiguió en la Berlinale iba dirigida tanto al film como a la actriz.

«Gloria es como Rocky –dijo el realizador en la rueda de prensa posterior- cuando cae, se levanta y continúa… la vida es una poesía cotidiana con un equilibrio entre risas y llanto, dulce y doloroso como una bossa nova”. Como el Waters of March, de Tom (Antonio Carlos) Jobin, “hilo conductor de una historia” en la que Lelio ha conseguido a la perfección ese sabor agridulce; en Gloria nada es solo rosa o solo gris, toda la historia está llena de los mismos matices que presenta la vida. Dice haberse inspirado en la generación de su madre. “Hay muchas Glorias en el mundo… esta película quiere reivindicar el derecho de esa generación a seguir disfrutando de la vida. Trata de un asunto que concierne a toda la humanidad: ahora la vida dura más tiempo pero cuando se llega a los 60 años las cosas ya no son como antes. Es como si empezara un capítulo nuevo y en la película hemos querido explorar todas las oportunidades”.

No solo aborda las relaciones amorosas entre sujetos de la hasta ahora llamada tercera edad, y ahora personas mayores, sino también la descomposición de la estructura familiar tradicional, la angustia generacional y las actuales manifestaciones de estudiantes: “El mensaje –dice Lelio- también va dirigido a los jóvenes, que un día serán mayores y tendrán que reivindicar su derechos a vivir, bailar y amar”.

Para la protagonista, Gloria muestra «todos los cambios acontecidos en mi país en los últimos cuarenta años. Se puede sobrevivir a todos los golpes y renacer de las cenizas”.







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