En un momento de
su exilio argentino, el médico nazi, Josef Mengele, especializado en morbosas
investigaciones para depurar la raza, se cruza con una familia que va camino
del sur para intentar volver a poner en marcha una vieja hostería familiar. El
doctor se gana la confianza de una adolescente que crece con retraso para su
edad, y hasta cierto punto también de su madre que, lo que son las casualidades,
está embarazada de gemelos, uno de los platos fuertes de los experimentos del galeno
alemán, quien continúa con las prácticas alentadas durante el gobierno de
Hitler mientras, quince años después de la guerra mundial y el holocausto,
continúa su huida de los cazanazis israelíes, que persiguen a los criminales de
guerra hasta los últimos rincones del planeta.
Esta es la
historia que se cuenta en El médico alemán, título de la adaptación
cinematográfica de la novela Wakolda, de la argentina Lucia Puenzo, autora del
libro y la película. Esta es parte también de la Historia con mayúscula y, de
hecho, en el trascurso del film se presencia un informativo televisado de 1960
que anuncia la detención y secuestro de uno de los mayores criminales del nazismo:
Adolf Eichmann, funcionario del tercer Reich, oficial de las SS encargado de la
logística de la “solución final”, capturado por agentes del Mossad en Buenos
Aires, donde llevaba diez años viviendo con el nombre de Riccardo Klement y un
pasaporte de la Cruz Roja Internacional, trasladado en un avión secreto a
Israel, juzgado y condenado a muerte, sentencia que ejecutó el agente
penitenciario Shalom Nagar, ahorcándole el 31 de mayo de 1962, en el patio de
la cárcel de Ramla, en Jerusalem. Cumpliendo una última voluntad del criminal,
sus cenizas se arrojaron al Mediterráneo (fuera de las aguas territoriales
israelíes).
Con un tema tan
apasionante entre la manos, la realizadora ha hecho una película lenta, larga,
pesada, a la que faltan inspiración y sensibilidad y que –como tantos otros
relatos, escritos y filmados, sobre los años de la barbarie nazi- se detienen
en la anécdota e ignoran la mayor parte del contexto. No se puede explicar con
una anécdota lo que fue la prolongación durante décadas de una gran tragedia
para la humanidad en su conjunto. Los criminales nazis intentaron escapar a la
justicia de Nuremberg refugiándose en distintos países de América del Sur,
ayudados por antiguos camaradas y simpatizantes de su reinado del terror. El
paso por la historia de Mengele, el “ángel de la muerte” nazi que participó
activamente en crueles investigaciones “científicas” y en la selección de
los prisioneros destinados a las cámaras de gas en el campo de Auschwitz , y
estuvo durante 35 años, hasta su muerte, escondido en distintos países
americanos (Argentina, Paraguay, Brasil, donde se ahogó en 1979) con diferentes
identidades y sin ser atrapado nunca, no puede reducirse a la prueba de sus
experimentos sobre el ganado, en el culo del mundo argentino, en el cuerpo de
una niña prematura que además lleva el simbólico nombre judío de Lilith, lo
mismo que su madre se llama Eva (según la kábala, Lilith es el nombre de la
primera mujer de Adán en el Edén, anterior a Eva) . Pero está claro que es
solamente esto lo que quería contar la autora; en la película Mengele se llama
Helmut Gregor y su relación con la niña y la madre es de posesión, aunque fría
y distante, como la de los verdugos con sus víctimas.
“Entre película
iniciática y drama histórico” –que fue como se definió este film cuando su
presentación en la sección Un certain regard del Festival de Cannes 2013- los
cuerpos desnudos de las muñecas que fabrica el padre artesano de la pequeña,
expuestos en el taller donde se terminan con pinturas y telas, son el mejor
recordatorio de tantas y tantos cadáveres recogidos con pala y arrojados a las
fosas comunes de los campos de exterminio nazi. El protagonismo de la película
se lo reparten el catalán de origen alemán Alex Brendemühl (Insesinbles) y la
pequeña Florencia Bado, cuya muñeca lleva el nombre de Wakolda (título con el
que este film se va a estrenar en otros países y legendario nombre de la esposa
de un antiguo cacique de Patagonia).
Después de pasar
por el reciente Festival de San Sebastián, El médico alemán se estrena en España
el 11 de octubre de 2013.
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